El superior del convento de los
capuchinos en Pietrelcina, P. Marciano Guarino, informó que los restos del
Santo Padre Pío llegarán a esa localidad italiana 100 años después de que el
fraile dejara su ciudad natal. Así se cumplirá la profecía que hizo sobre su
regreso algunos años después de su muerte.
La urna con los restos del Padre Pío llegará a Pietrelcina para estar unos días
allí luego de permanecer los primeros días de febrero en la Basílica de San
Pedro en el Vaticano en ocasión del JUBILEO DE LA MISERICORDIA,
gracias al Papa Francisco que ha querido que esto sea un importante signo de la
misericordia de Dios.
En agosto de 1968, poco antes de su muerte, el Padre Pío conversaba con el Padre
Mariano da Santa Croce, quien le dijo que volvería a su ciudad natal “algunos
años después de su muerte (…) El Señor sabe… y lo llamará también a usted al
Paraíso. Luego de su muerte, habrá signos, prodigios, milagros y la Iglesia
lo elevará a los altares. Entonces traerán su cuerpo aquí y se hará una bella
procesión hacia Pietrelcina ¿Lo he dicho bien?”
El Santo, señala el diario Avvenire de los obispos italianos, juntó sus manos y tras
mover la cabeza dos veces le dijo al otro sacerdote: “Y así será”.
El 17 de febrero de 1916 y luego de un
periodo de convalecencia que transcurrió en varios conventos de la zona y en
Pietrelcina, el Padre Pío dejó su ciudad natal para ingresar a la comunidad
religiosa de Santa Ana en Foggia, un lugar en donde
“aprendió a convivir con las fuerzas demoníacas que lo atormentaban en su celda
durante las noches”.
Luego de una temporada en Foggia partió a San Giovanni Rotondo en donde sirvió hasta
su muerte el 23 de septiembre de 1968.
El P. Marciano Guarino dijo que ha llegado el momento para que “nuestro hermano
regrese a ‘su’ Pietrelcina en donde ha nacido y ha respirado el aire de un
barrio y una ciudad particular, elegida por Dios para ser cuna de un santo”.
Los restos del Santo estarán Pietrelcina del 11 al 13 de febrero, según informa Teleradio Padre Pio.
San Pío de Pietrelcina vivió entre 1887 y 1968. Aunque nació en Pietrelcina, este
sacerdote de la Orden de los Frailes Capuchinos Menores ejerció su ministerio
en San Giovanni Rotondo desde 1916 hasta su muerte.
También recibió los estigmas y tuvo visiones místicas de Cristo. El Santo tenía
"la frente alta y serena, la mirada vivaz, dulce; y la expresión con visos
de bondad y sinceridad". Era muy gentil con sus hermanos; muy amado por
sus superiores; transcurría de 10 a 12 horas al día confesando y celebraba la Misa
con gran devoción.
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