¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

miércoles, 31 de julio de 2013

“LA FRATERNIDAD, FUNDAMENTO Y CAMINO PARA LA PAZ”: PRIMER MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ EL 1º DE ENERO DE 2014 TEXTO COMPLETO DEL COMUNICADO




RV).-
 «“La fraternidad, fundamento y camino para la paz”. Éste es el tema de la 47ª JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ, la primera del Papa Francisco». Lo anuncia un comunicado del PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ, hecho público este miércoles, recordando que la JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ fue iniciada por el Papa Pablo VI y se celebra el primer día de cada año, SOLEMNIDAD DE MARÍA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS.

«El Papa Francisco ha elegido como tema de su primer Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz la fraternidad. Desde el inicio de su ministerio como Obispo de Roma, el Papa ha subrayado la importancia de superar una “cultura del descarte” y promover la «cultura del encuentro», para avanzar en la consecución de un mundo más justo y pacífico», añade el comunicado, señalando luego que «frente a los múltiples dramas que afectan a la familia de los pueblos —pobreza, hambre, subdesarrollo, conflictos bélicos, migraciones, contaminación, desigualdad, injusticia, crimen organizado, fundamentalismos —, la fraternidad es fundamento y camino para la paz».

«La globalización de la indiferencia debe ser sustituida por una globalización de la fraternidad», invita una vez más, también con este mensaje, el Papa Bergoglio y recuerda que «la fraternidad toca todos los aspectos de la vida, incluida la economía, las finanzas, la sociedad civil, la política, la investigación, el desarrollo, las instituciones públicas y culturales».

El Pontificio Consejo Justicia y Paz termina su comunicado, haciendo hincapié en que «el Papa Francisco, al inicio de su ministerio, con un Mensaje que está en continuidad con el de sus Predecesores, propone a todos el camino de la fraternidad, para dar un rostro más humano al mundo».

(CdM – RV)

TEXTO COMPLETO DEL COMUNICADO:

“LA FRATERNIDAD, FUNDAMENTO Y CAMINO PARA LA PAZ”
EL SANTO PADRE FRANCISCO ANUNCIA EL TEMA PARA LA CELEBRACIÓN
DE LA 47ª JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ

“La fraternidad, fundamento y camino para la paz”. Éste es el tema de la 47ª Jornada Mundial de la Paz, la primera del Papa Francisco.
La Jornada Mundial de la Paz fue iniciada por el Papa Pablo VI y se celebra el primer día de cada año. El Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz se envía a las Iglesias particulares y a las cancillerías del todo el mundo para destacar el valor esencial de la paz y la necesidad de trabajar incansablemente para lograrla.

El Papa Francisco ha elegido como tema de su primer Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz la fraternidad. Desde el inicio de su ministerio como Obispo de Roma, el Papa ha subrayado la importancia de superar una “cultura del descarte” y promover la «cultura del encuentro», para avanzar en la consecución de un mundo más justo y pacífico.

La fraternidad es una dote que todo hombre y mujer lleva consigo en cuanto ser humano, hijo de un mismo Padre. Frente a los múltiples dramas que afectan a la familia de los pueblos —pobreza, hambre, subdesarrollo, conflictos bélicos, migraciones, contaminación, desigualdad, injusticia, crimen organizado, fundamentalismos —, la fraternidad es fundamento y camino para la paz.

La cultura del bienestar lleva a la pérdida del sentido de la responsabilidad y de la relación fraterna. Los demás, en lugar de ser nuestros «semejantes», se convierten en antagonistas o enemigos, y frecuentemente son cosificados. No es extraño que los pobres sean considerados un «lastre», un impedimento para el desarrollo. A lo sumo son objeto de una ayuda asistencialista o compasiva. No son vistos como hermanos, llamados a compartir los dones de la creación, los bienes del progreso y de la cultura, a participar en la misma mesa de la vida en plenitud, a ser protagonistas del desarrollo integral e inclusivo.

La fraternidad, don y tarea que viene de Dios Padre, nos convoca a ser solidarios contra la desigualdad y la pobreza que debilitan la vida social, a atender a cada persona, en especial de los más pequeños e indefensos, a amarlos como a uno mismo, con el mismo corazón de Jesucristo.
En un mundo cada vez más interdependiente, no puede faltar el bien de la fraternidad, que vence la difusión de esa globalización de la indiferencia, a la cual se ha referido en repetidas ocasiones el Papa Francisco. La globalización de la indiferencia debe ser sustituida por una globalización de la fraternidad.

La fraternidad toca todos los aspectos de la vida, incluida la economía, las finanzas, la sociedad civil, la política, la investigación, el desarrollo, las instituciones públicas y culturales.
El Papa Francisco, al inicio de su ministerio, con un Mensaje que está en continuidad con el de sus Predecesores, propone a todos el camino de la fraternidad, para dar un rostro más humano al mundo.

LA MINISTRA DEL INTERIOR DE FINLANDIA COMPARA EL ABORTO CON UNA CARNICERÍA



La Ministra del Interior de Finlandia, Päivi Räsänen, ha causado un revuelo en su país con unas declaraciones en un evento celebrado por una iglesia luterana, en las cuales compara el aborto con una «carnicería» y lamenta que los animales están mejor protegidos por la ley que los seres humanos no nacidos. La ministra pidió valentía para actuar en contra de la opinión pública y los grupos de presión si contradicen la palabra de Dios.

30/07/13 9:20 AM | Imprimir | Enviar

 (Notifam) «Los animales no pueden sacrificarse de manera dolorosa, pero ni siquiera está permitido discutir lo doloroso del aborto», dijo Räsänen, quien es médico además de líder del Partido Demócrata Cristiano, en un evento de la Iglesia Luterana en Kankaanpää.
Describió el aborto como un «tabú silenciado y una caja de Pandora», y añadió que «se temen las consecuencias de abrirla».
Dijo que el aborto no debería ser permitido en ninguna etapa del embarazo. «Un niño en edad de ser abortado no es un pedazo de tejido insensible, sino una persona que puede sentir dolor», dijo. Räsänen también lamentó queFinlandia y Suecia son los únicos países de Europa donde no se les permite a los médicos negarse a participar en un aborto.
«Tenemos que reflexionar si tenemos la valentía de actuar en contra de la opinión pública o las normas, los grupos de presión e incluso a veces la ley, si éstas contradicen la palabra de Dios», dijo Räsänen. Añadió: «Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres», cuando la ley está en conflicto con la conciencia.
La culpan de abandonos de la iglesia luterana
Al día siguiente, los periódicos finlandeses informaron que 960 personas habían renunciado formalmente a la Iglesia Luterana en respuesta a sus comentarios. Culparles de las renuncias a la iglesia estatal es un arma comúnmente usada en contra de políticos conservadores en Finlandia.
En 2010, Räsänen apareció en un programa de televisión hablando en contra del «matrimonio» homosexual. Al día siguiente, los medios de comunicación atribuyeron a sus comentarios – cuando explicó que ella entiende las relaciones homosexuales como pecaminosas – las 40.000 renuncias repentinas a la iglesia, según el monitoreo del sitio secular www.eroakirkosta.fi.
La táctica es efectiva ya que los miembros registrados de las dos iglesias oficiales de Finlandia, la Iglesia Evangélica Luterana y la Iglesia Ortodoxa de Finlandia, pagan impuestos eclesiásticos que ascienden a alrededor del uno por ciento de sus ingresos anuales. Los que desean salirse de una iglesia pueden hacerlo por internet, y tales renuncias de protesta masiva se dan con frecuencia después de comentarios de políticos, lo que hace perder tanto al gobierno como a las iglesias el impuesto sobre la renta.
El arzobispo luterano Kari Mäkinen, el primer arzobispo luterano en el país en expresar públicamente apoyo al «matrimonio» homosexual, escribió en Twitter: «Se puede estar de acuerdo con ella o bien tener una opinión diferente, pero sus puntos de vista no deben ser confundidos con la posición de la iglesia. No es más que la opinión de cualquier otro miembro de la iglesia».
Muchos mensajes de apoyo
En una entrevista con la compañía de radiodifusión nacional finlandesa YLE, Räsänen expresó su sorpresa por el escándalo que causaron sus comentarios en los medios de comunicación. Dijo que de los miles de emails que ha recibido la mayoría fueron positivos y de apoyo.
«Estaban preocupados por los cristianos devotos que creen que no hay total libertad para practicar la religión y para ser francos en sus puntos de vista en esta sociedad», dijo.
Añadió que no es el único miembro del gobierno que tiene reparos sobre la falta de protecciones de conciencia, apuntando a las observaciones formuladas por el Ministro de Relaciones Exteriores Erkki Tuomioja, un socialdemócrata, quien escribió en su blog que los trabajadores de la salud podrían estar justificados para usar desobediencia civil y negarse a participar en un aborto. Pero Tuomioja, ateo y socialista, agregó que esto no debería incluir la negativa basada en creencias religiosas.
«La convicción que lleva a esto sólo puede basarse en normas éticas humanas universales, no en directivas impuestas desde el cielo, como en el caso de la Biblia, el Corán, o el Mein Kampf», dijo Tuomioja.
Räsänen también dijo a YLE que su casa ha sido objeto de vandalismo, pero dijo que mantiene sus creencias y que quiere continuar con su responsabilidad en asuntos de la iglesia, ya que pertenecen a su cartera como ministro del Interior.
El periódico Savon Sanomat publicó una encuesta que muestra que el 55% de los 1.100 encuestados desea que los asuntos de la iglesia sean removidos de la cartera del Ministro del Interior. El número, sin embargo, se redujo a alrededor del 10% de los votantes del Partido Demócrata Cristiano.

CARTA ENCÍCLICA LUMEN FIDEI DEL SUMO PONTÍFICE FRANCISCO A LOS OBISPOS A LOS PRESBÍTEROS Y A LOS DIÁCONOS A LAS PERSONAS CONSAGRADAS Y A TODOS LOS FIELES LAICOS SOBRE LA FE CAPÍTULO PRIMERO HEMOS CREÍDO EN EL AMOR (cf. 1 Jn 4,16)



Abrahán, nuestro padre en la fe
8. La fe nos abre el camino y acompaña nuestros pasos a lo largo de la historia. Por eso, si queremos entender lo que es la fe, tenemos que narrar su recorrido, el camino de los hombres creyentes, cuyo testimonio encontramos en primer lugar en el Antiguo Testamento. En él, Abrahán, nuestro padre en la fe, ocupa un lugar destacado. En su vida sucede algo desconcertante: Dios le dirige la Palabra, se revela como un Dios que habla y lo llama por su nombre. La fe está vinculada a la escucha. Abrahán no ve a Dios, pero oye su voz. De este modo la fe adquiere un carácter personal. Aquí Dios no se manifiesta como el Dios de un lugar, ni tampoco aparece vinculado a un tiempo sagrado determinado, sino como el Dios de una persona, el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, capaz de entrar en contacto con el hombre y establecer una alianza con él. La fe es la respuesta a una Palabra que interpela personalmente, a un Tú que nos llama por nuestro nombre.


9. Lo que esta Palabra comunica a Abrahán es una llamada y una promesa. En primer lugar es una llamada a salir de su tierra, una invitación a abrirse a una vida nueva, comienzo de un éxodo que lo lleva hacia un futuro inesperado. La visión que la fe da a Abrahán estará siempre vinculada a este paso adelante que tiene que dar: la fe « ve » en la medida en que camina, en que se adentra en el espacio abierto por la Palabra de Dios. Esta Palabra encierra además una promesa: tu descendencia será numerosa, serás padre de un gran pueblo (cf. Gn 13,16; 15,5; 22,17). Es verdad que, en cuanto respuesta a una Palabra que la precede, la fe de Abrahán será siempre un acto de memoria. Sin embargo, esta memoria no se queda en el pasado, sino que, siendo memoria de una promesa, es capaz de abrir al futuro, de iluminar los pasos a lo largo del camino. De este modo, la fe, en cuanto memoria del futuro, memoria futuri, está estrechamente ligada con la esperanza.

10.  Lo que se pide a Abrahán es que se fíe de esta Palabra. La fe entiende que la palabra, aparentemente efímera y pasajera, cuando es pronunciada por el Dios fiel, se convierte en lo más seguro e inquebrantable que pueda haber, en lo que hace posible que nuestro camino tenga continuidad en el tiempo. La fe acoge esta Palabra como roca firme, para construir sobre ella con sólido fundamento. Por eso, la Biblia, para hablar de la fe, usa la palabra hebrea’emûnah, derivada del verbo ’amán, cuya raíz significa « sostener ». El término ’emûnah puede significar tanto la fidelidad de Dios como la fe del hombre. El hombre fiel recibe su fuerza confiándose en las manos de Dios. Jugando con las dos acepciones de la palabra —presentes también en los correspondientes términos griego (pistós) y latino (fidelis)—, san Cirilo de Jerusalén ensalza la dignidad del cristiano, que recibe el mismo calificativo que Dios: ambos son llamados « fieles »[8]. San Agustín lo explica así: « El hombre es fiel creyendo a Dios, que promete; Dios es fiel dando lo que promete al hombre »[9].
  
11. Un último aspecto de la historia de Abrahán es importante para comprender su fe. La Palabra de Dios, aunque lleva consigo novedad y sorpresa, no es en absoluto ajena a la propia experiencia del patriarca. Abrahán reconoce en esa voz que se le dirige una llamada profunda, inscrita desde siempre en su corazón. Dios asocia su promesa a aquel « lugar » en el que la existencia del hombre se manifiesta desde siempre prometedora: la paternidad, la generación de una nueva vida: « Sara te va a dar un hijo; lo llamarás Isaac » (Gn 17,19). El Dios que pide a Abrahán que se fíe totalmente de él, se revela como la fuente de la que proviene toda vida. De esta forma, la fe se pone en relación con la paternidad de Dios, de la que procede la creación: el Dios que llama a Abrahán es el Dios creador, que « llama a la existencia lo que no existe » (Rm 4,17), que « nos eligió antes de la fundación del mundo… y nos ha destinado a ser sus hijos » (Ef 1,4-5). Para Abrahán, la fe en Dios ilumina las raíces más profundas de su ser, le permite reconocer la fuente de bondad que hay en el origen de todas las cosas, y confirmar que su vida no procede de la nada o la casualidad, sino de una llamada y un amor personal. El Dios misterioso que lo ha llamado no es un Dios extraño, sino aquel que es origen de todo y que todo lo sostiene. La gran prueba de la fe de Abrahán, el sacrificio de su hijo Isaac, nos permite ver hasta qué punto este amor originario es capaz de garantizar la vida incluso después de la muerte. La Palabra que ha sido capaz de suscitar un hijo con su cuerpo « medio muerto » y « en el seno estéril » de Sara (cf.Rm 4,19), será también capaz de garantizar la promesa de un futuro más allá de toda amenaza o peligro (cf. Hb11,19; Rm 4,21).

martes, 30 de julio de 2013

CARTA ENCÍCLICA LUMEN FIDEI

CARTA ENCÍCLICA
LUMEN FIDEI
DEL SUMO PONTÍFICE
FRANCISCO
A LOS OBISPOS
A LOS PRESBÍTEROS Y A LOS DIÁCONOS
A LAS PERSONAS CONSAGRADAS
Y A TODOS LOS FIELES LAICOS
SOBRE LA FE
 
 LA LUZ DE LA FE: la tradición de la Iglesia ha indicado con esta  expresión el gran don traído por Jesucristo, que en el Evangelio de san Juan se presenta con estas palabras: « Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas » (Jn 12,46). También san Pablo se expresa en los mismos términos: « Pues el Dios que dijo: “Brille la luz del seno de las tinieblas”, ha brillado en nuestros corazones » (2 Co 4,6). En el mundo pagano, hambriento de luz, se había desarrollado el culto al Sol, al Sol invictus, invocado a su salida. Pero, aunque renacía cada día, resultaba claro que no podía irradiar su luz sobre toda la existencia del hombre. Pues el sol no ilumina toda la realidad; sus rayos no pueden llegar hasta las sombras de la muerte, allí donde los ojos humanos se cierran a su luz. « No se ve que nadie estuviera dispuesto a morir por su fe en el sol »[1], decía san Justino mártir. Conscientes del vasto horizonte que la fe les abría, los cristianos llamaron a Cristo el verdadero sol, « cuyos rayos dan la vida »[2]. A Marta, que llora la muerte de su hermano Lázaro, le dice Jesús: « ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? » (Jn 11,40). Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso.

¿Una luz ilusoria?
  1. Sin embargo, al hablar de LA FE COMO LUZ, podemos oír la objeción de muchos contemporáneos nuestros. En la época moderna se ha pensado que esa luz podía bastar para las sociedades antiguas, pero que ya no sirve para los tiempos nuevos, para el hombre adulto, ufano de su razón, ávido de explorar el futuro de una nueva forma. En este sentido, la fe se veía como una luz ilusoria, que impedía al hombre seguir la audacia del saber. El joven Nietzsche invitaba a su hermana Elisabeth a arriesgarse, a « emprender nuevos caminos… con la inseguridad de quien procede autónomamente ». Y añadía: « Aquí se dividen los caminos del hombre; si quieres alcanzar paz en el alma y felicidad, cree; pero si quieres ser discípulo de la verdad, indaga »[3]. Con lo que creer sería lo contrario de buscar. A partir de aquí, Nietzsche critica al cristianismo por haber rebajado la existencia humana, quitando novedad y aventura a la vida. La fe sería entonces como un espejismo que nos impide avanzar como hombres libres hacia el futuro. 

  1. De esta manera, la fe ha acabado por ser asociada a la oscuridad. Se ha pensado poderla conservar, encontrando para ella un ámbito que le permita convivir con la luz de la razón. El espacio de la fe se crearía allí donde la luz de la razón no pudiera llegar, allí donde el hombre ya no pudiera tener certezas. La fe se ha visto así como un salto que damos en el vacío, por falta de luz, movidos por un sentimiento ciego; o como una luz subjetiva, capaz quizá de enardecer el corazón, de dar consuelo privado, pero que no se puede proponer a los demás como luz objetiva y común para alumbrar el camino. Poco a poco, sin embargo, se ha visto que la luz de la razón autónoma no logra iluminar suficientemente el futuro; al final, éste queda en la oscuridad, y deja al hombre con el miedo a lo desconocido. De este modo, el hombre ha renunciado a la búsqueda de una luz grande, de una verdad grande, y se ha contentado con pequeñas luces que alumbran el instante fugaz, pero que son incapaces de abrir el camino. Cuando falta la luz, todo se vuelve confuso, es imposible distinguir el bien del mal, la senda que lleva a la meta de aquella otra que nos hace dar vueltas y vueltas, sin una dirección fija.
  2. ENCÍCLICA LUMEN FIDEI TEXTO DEL VATICANO

lunes, 29 de julio de 2013

EL PAPA AL CELAM: ES TIEMPO DE CURAR HERIDAS

28 de julio, 2013 (Romereports.com)
En el marco de la JMJ, el Papa Francisco mantuvo un encuentro con los obispos latinoamericanos  miembros del Comité de Coordinación del CELAM. El documento de Aparecida fue el trasfondo sobre el que giró el discurso que el Papa pronunció ante los miembros de este organismo creado en 1955 y que se encarga de guiar el camino de la Iglesia en América Latina.
En sus palabras Francisco reflexionó sobre dos desafíos para la Iglesia  como son la renovación interna y el diálogo con el mundo actual. Recordó que la Iglesia es una madre que debe curar las heridas.

PAPA FRANCISCO
“Marcaría como prioridad ese...no sé, es reducirlo decirlo así, pero ese apostolado de la Misericordia, la dimensión misericordiosa de la Santa Madre Iglesia. La maternalidad de la Iglesia que cura heridas, que va ayudando. Este cambio de época, lo comentaba ayer con los obispos brasileños, esta lleno de heridos: gente que dejó la Iglesia por la mitad, que se fue, que volvió...y uno puede pensar: "Bueno, vamos a hacer un curso, que esto, que aquello...” Después de una batalla, lo primero que hay que hacer en un hospital de campaña es curar las heridas. ”

Habló también de los peligros que rodean a la evangelización como la ideologización del mensaje, el funcionalismo o el clericalismo. Por eso, pidió a los obispos que planteen su acción pastoral desde la “revolución de la ternura”, para lograr el encuentro con Jesucristo. Además, con humor, les invitó a ser cercanos a la gente y amar a la Iglesia tal y como es. 

PAPA FRANCISCO
“Hombres que no tengan "psicología de príncipes". Hombres que no sean ambiciosos y que sean esposos de una Iglesia sin estar a la expectativa de otra. Más importante. El fenómeno de los obispos polígamos, ¿no? Están casados con una pero esperando a ver cuando viene la promoción.”

Para concluir, el Papa subrayó que el Obispo debe conducir y “no mandonear”, y pidió a los obispos que cuiden sus homilías para que no resulten lejanas o abstractas.

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN MISA DE ENVÍO DE LA JMJ RÍO 2013: TEXTO COMPLETO DE HOMILÍA




RÍO DE JANEIRO, 28 Jul. 13 / 08:58 am (ACI).-
Queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,

Queridos jóvenes

«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás».
Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.

1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde.
La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9).

Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, sino: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no algo de sí, sino todo él, ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios.
Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a hombres libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.

¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente.
El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.

En particular, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo.
San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza.
La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. Éste es el camino que hay que recorrer.

2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías, un joven como ustedes, cuando fue llamado por Dios para ser profeta.
Recién hemos escuchado sus palabras: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios dice a ustedes lo que dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros.

«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca les deja solos. Les acompaña siempre.

Además Jesús no ha dicho: «Ve», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles a vivir aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad.
Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo en esta eucaristía: han venido para acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Pero es una etapa en el camino. Sigan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos.

3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo que hemos proclamado están estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1).
¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de su vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio.

San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos».
Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.

Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio.
En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes.
El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén.