15
de julio, 2013. (Romereports.com)
Francisco
ha
dado su estilo personal a su próximo viaje a Río y ha pedido que incluya una visita a un santuario
de la Virgen María
y encuentros con enfermos
y necesitados. El resultado es una intensa agenda que regalará
escenas inolvidables.
El Papa despegará del aeropuerto de Fiumicino, en Roma, a las 8,45 del lunes 22 de julio. Tras casi 12 horas de vuelo, aterrizará en Río de Janeiro a las cuatro de la tarde. La ceremonia oficial de bienvenida con la presidenta Dilma Rousseff no será en el aeropuerto sino en el palacio Guanabara.
Luego, el Papa se retirará a descansar a la residencia del arzobispo de Río y durante su primer día en Brasil no mantendrá encuentros públicos para recuperarse del jet-lag.
El miércoles viajará en helicóptero al santuario de Nuestra Señora de Aparecida, la patrona de Brasil, a unos 200 kilómetros de Río. Allí celebrará una Misa y almorzará con jóvenes seminaristas.
De regreso visitará el Hospital San Francisco de Asís, que atiende a enfermos de sida.
El jueves 25 de julio recibirá las llaves de oro de la ciudad y bendecirá las banderas olímpicas. Luego visitará la favela de Manguinhos, en la que viven unas 50.000 personas. Por la tarde, a las seis, tendrá el primer gran encuentro con los jóvenes peregrinos, en las playas de Copacabana.
El viernes 26 confesará a algunos de ellos en un parque de la ciudad, y se reunirá con otros jóvenes de la cárcel de Río de Janeiro. Al anochecer participará en un evocador Vía Crucis por las calles de Río, en el que rezará por los problemas que afrontan los jóvenes en todo el mundo.
El sábado 27 de julio mantendrá un encuentro con políticos y empresarios en el Teatro Municipal de Río. Por la noche será la emocionante vela de oración junto a al menos un millón de jóvenes.
El Papa despegará del aeropuerto de Fiumicino, en Roma, a las 8,45 del lunes 22 de julio. Tras casi 12 horas de vuelo, aterrizará en Río de Janeiro a las cuatro de la tarde. La ceremonia oficial de bienvenida con la presidenta Dilma Rousseff no será en el aeropuerto sino en el palacio Guanabara.
Luego, el Papa se retirará a descansar a la residencia del arzobispo de Río y durante su primer día en Brasil no mantendrá encuentros públicos para recuperarse del jet-lag.
El miércoles viajará en helicóptero al santuario de Nuestra Señora de Aparecida, la patrona de Brasil, a unos 200 kilómetros de Río. Allí celebrará una Misa y almorzará con jóvenes seminaristas.
De regreso visitará el Hospital San Francisco de Asís, que atiende a enfermos de sida.
El jueves 25 de julio recibirá las llaves de oro de la ciudad y bendecirá las banderas olímpicas. Luego visitará la favela de Manguinhos, en la que viven unas 50.000 personas. Por la tarde, a las seis, tendrá el primer gran encuentro con los jóvenes peregrinos, en las playas de Copacabana.
El viernes 26 confesará a algunos de ellos en un parque de la ciudad, y se reunirá con otros jóvenes de la cárcel de Río de Janeiro. Al anochecer participará en un evocador Vía Crucis por las calles de Río, en el que rezará por los problemas que afrontan los jóvenes en todo el mundo.
El sábado 27 de julio mantendrá un encuentro con políticos y empresarios en el Teatro Municipal de Río. Por la noche será la emocionante vela de oración junto a al menos un millón de jóvenes.
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