(RV).- El Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes ha hecho
público su Mensaje con ocasión de la JORNADA
MUNDIAL DEL TURISMO 2013 que se celebrará el 27 de septiembre, bajo el tema
que la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL TURISMO propone para el presente año: “TURISMO Y AGUA: PROTEGER NUESTRO FUTURO
COMÚN”.
La Santa Sede desea unirse a esta conmemoración, aportando su contribución desde el ámbito que le es propio, consciente de la importancia que el fenómeno del turismo tiene en el momento actual, y de los retos y posibilidades que ofrece a nuestra acción evangelizadora.
Teniendo una visión de futuro, el turismo supondrá un real beneficio en la medida en que gestione los recursos de acuerdo con los criterios de una economía cuyo impacto ambiental se mantenga dentro de unos límites aceptables. Estamos llamados, pues, a promover un turismo ecológico, respetuoso y sostenible.
La atención al medio ambiente es un tema importante para el Papa Francisco, al cual ha hecho numerosas alusiones. Ya en la celebración eucarística de inicio de su ministerio petrino decía:
Seamos «custodios» de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro.
Si cultivamos esta actitud de escucha, podremos descubrir cómo el agua también nos habla de su Creador y nos recuerda su historia de amor para con la humanidad.
El agua nos habla de vida, de purificación, de regeneración y de transcendencia. En la liturgia, el agua manifiesta la vida de Dios que se nos comunica en Cristo. El mismo Jesús se presenta como aquél que sacia la sed, de cuyas entrañas manan ríos de agua viva.
Por esto, es importante insistir en que todos los implicados en el fenómeno del turismo tienen una seria responsabilidad a la hora de gestionar el agua, de manera que este sector sea efectivamente fuente de riqueza a nivel social, ecológico, cultural y económico. Al tiempo que se debe trabajar por reparar el mal causado, también ha de favorecerse su uso racional y minimizar el impacto, promoviendo políticas adecuadas e implementando equipamientos eficientes, que ayuden a proteger nuestro futuro común.
Esta situación requiere sobre todo un cambio de mentalidad que lleve a adoptar un estilo de vida diverso, caracterizado por la sobriedad y la autodisciplina. Se ha de favorecer que el turista sea consciente y reflexione sobre sus responsabilidades y sobre el impacto de su viaje.
ER - RV
La Santa Sede desea unirse a esta conmemoración, aportando su contribución desde el ámbito que le es propio, consciente de la importancia que el fenómeno del turismo tiene en el momento actual, y de los retos y posibilidades que ofrece a nuestra acción evangelizadora.
Teniendo una visión de futuro, el turismo supondrá un real beneficio en la medida en que gestione los recursos de acuerdo con los criterios de una economía cuyo impacto ambiental se mantenga dentro de unos límites aceptables. Estamos llamados, pues, a promover un turismo ecológico, respetuoso y sostenible.
La atención al medio ambiente es un tema importante para el Papa Francisco, al cual ha hecho numerosas alusiones. Ya en la celebración eucarística de inicio de su ministerio petrino decía:
Seamos «custodios» de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro.
Si cultivamos esta actitud de escucha, podremos descubrir cómo el agua también nos habla de su Creador y nos recuerda su historia de amor para con la humanidad.
El agua nos habla de vida, de purificación, de regeneración y de transcendencia. En la liturgia, el agua manifiesta la vida de Dios que se nos comunica en Cristo. El mismo Jesús se presenta como aquél que sacia la sed, de cuyas entrañas manan ríos de agua viva.
Por esto, es importante insistir en que todos los implicados en el fenómeno del turismo tienen una seria responsabilidad a la hora de gestionar el agua, de manera que este sector sea efectivamente fuente de riqueza a nivel social, ecológico, cultural y económico. Al tiempo que se debe trabajar por reparar el mal causado, también ha de favorecerse su uso racional y minimizar el impacto, promoviendo políticas adecuadas e implementando equipamientos eficientes, que ayuden a proteger nuestro futuro común.
Esta situación requiere sobre todo un cambio de mentalidad que lleve a adoptar un estilo de vida diverso, caracterizado por la sobriedad y la autodisciplina. Se ha de favorecer que el turista sea consciente y reflexione sobre sus responsabilidades y sobre el impacto de su viaje.
ER - RV
No hay comentarios:
Publicar un comentario