¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

martes, 30 de septiembre de 2014

"Cuidar a los ancianos que son la memoria y la sabiduría de un pueblo", peregrinos en Roma

(RV).-(Con audio) RealAudioMP3 Los abuelos tienen la gran tarea de transmitir la propia experiencia de vida, la historia de una familia, de una comunidad, de un pueblo; compartir con simplicidad su sabiduría y su fe, que es la herencia más preciosa. Este domingo se celebró en la Plaza de San Pedro el encuentro con los ancianos y personas mayores de todo el mundo promovido por el Pontificio Consejo para la Familia y en el cual estuvo presente también el Papa Emérito Benedicto XVI. Los micrófonos de Radio Vaticana tomaron el testimonio de quienes participaron de esta gran fiesta intitulada “La Bendición de la larga vida”:   (GM – RV)


Evitar lamentos teatrales y rezar por quien sufre verdaderamente, pidió el Papa en su homilía de la misa matutina

(RV).- (Con audio) RealAudioMP3 También el lamento, en los momentos oscuros, se convierte en oración, pero estemos atentos a los “lamentos teatrales”. Lo subrayó el Papa en su homilía de la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. Inspirándose en un pasaje del Libro de Job, Francisco recordó a quienes viven “grandes tragedias”, como los cristianos echados de sus casas a causa de su fe.

Job maldice el día en que ha nacido, su oración se presenta como una maldición. El Papa Francisco centró su homilía en la Primera Lectura del día, que nos muestra a Job maldiciendo su vida. Al respecto el Papa recordó que “fue puesto a prueba”. “Perdió toda su familia; perdió todos sus bienes; perdió la salud y todo su cuerpo se convirtió en una llaga, una llaga asquerosa”. En aquel momento – subrayó Francisco – “perdió la paciencia y dijo esas cosas feas”. Pero él estaba acostumbrado a hablar con la verdad y esa es la verdad que “él siente en aquel momento”. También Jeremía – destacó el Papa – “usa casi las mismas palabras: ‘¡Maldito el día en que nací!’”. “¿Pero este hombre blasfema? Es la pregunta que hago, dijo el Pontífice. Este hombre que está solo, así, en ese momento, ¿blasfema?”.

Jesús, cuando se lamenta – ‘Padre, ¡por qué me has abandonado!’ - ¿blasfema? El misterio es éste. Tantas veces yo he escuchado a personas que están viviendo situaciones difíciles, dolorosas, que han perdido tanto o se sienten solas y abandonadas y vienen a lamentarse y hacen estas preguntas: ¿Por qué? ¿Por qué? Se rebelan contra Dios. Y yo digo: ‘Sigue rezando así, porque también ésta es una oración’. Era una oración cuando Jesús dijo a su Padre: ‘¡Por qué me has abandonado!’”.
Es una “oración la que hace Job aquí. Porque – evidenció el Papa – rezar es llegar a ser verdad ante Dios. Y Job no podía rezar de otro modo”. “Se reza con la realidad – añadió Francisco – la verdadera oración viene del corazón, del momento que uno vive”. “Es la oración de los momentos de oscuridad, de los momentos de la vida donde no hay esperanza, donde no se ve el horizonte”:

“Y tanta gente, tanta hoy, está en la situación de Job. Tanta gente buena, como Job, no entiende lo que le ha sucedido, porqué es así. Tantos hermanos y hermanas que no tienen esperanza. Pensemos en las tragedias, en las grandes tragedias, por ejemplo estos hermanos nuestros que por ser cristianos son echados de sus casas y pierden todo: ‘Pero, Señor, yo he creído en ti. ¿Por qué? ¿Creer en Ti es una maldición, Señor?’”.
“Pensemos en los ancianos dejados de lado – prosiguió diciendo el Papa – pensemos en los enfermos, en tanta gente sola, en los hospitales”. Para toda esta gente, y “también para nosotros cuando vamos por el camino de la oscuridad – aseguró Francisco – la Iglesia reza. ¡La Iglesia reza! Y toma sobre sí este dolor y reza”. Y nosotros, “sin enfermedades, sin hambre, sin necesidades importantes – exhortó el Pontífice – cuando tenemos un poco de oscuridad en el alma, nos creemos mártires y dejamos de rezar”. Y hay quien dice: “¡Estoy enojado con Dios, no voy más a Misa!”. “Pero, ¿por qué?” – se preguntó el Papa –. La respuesta, dijo, es “por una cosa pequeñita”. Francisco recordó que Santa Teresita del Niño Jesús, en los últimos meses de su vida, “trataba de pensar en el cielo, y sentía dentro de sí como si una voz le dijera: ‘Pero no seas tonta, no te crees fantasías. ¿Sabes qué cosa te espera? ¡Nada!’”.

“Tantas veces pasamos por esta situación, vivimos esta situación. Y tanta gente que cree que terminará en la nada. Y ella, Santa Teresa, rezaba y pedía fuerza para ir adelante, en la oscuridad. Esto se llama entrar en paciencia. Nuestra vida es demasiado fácil, nuestros lamentos son lamentos teatrales. Ante éstos, ante estos lamentos de tanta gente, de tantos hermanos y hermanas que están en la oscuridad, que prácticamente han perdido la memoria, la esperanza – que viven ese exilio de sí mismos, son exiliados, también de sí mismos – ¡nada! Y Jesús ha hecho este camino: de la noche al Monte de los Olivos hasta la última palabra de la Cruz: ‘Padre, ¡por qué me has abandonado!’”.
Francisco indicó por último dos “cosas” que pueden servir. “Primero: prepararse, para cuando vendrá la oscuridad”, que quizá no sea tan dura como la de Job, si bien, dijo “tendremos un tiempo de oscuridad. Preparar el corazón para aquel momento”. Y segundo: “Rezar, como reza la Iglesia, con la Iglesia por tantos hermanos y hermanas que padecen el exilio de sí mismos, en la oscuridad y en el sufrimiento, sin esperanza a la mano”. Es la “oración de la Iglesia – concluyó el Papa – por estos tantos ‘Jesús que sufren, que están por doquier”.

(María Fernanda Bernasconi – RV).

El Papa: Satanás siempre trata de destruir al hombre

viernes, 26 de septiembre de 2014

LOS ARCÁNGELES EN LA SANTA BIBLIA

Según las Sagradas Escrituras hay siete Arcángeles:

"Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que tiene entrada
a la gloria del Señor" (Tb 12:15)

"Reciban gracia y paz de Aquel que Es, que era y que viene de parte de los Siete Espíritus que están delante de Su Trono" (Ap 1:4),

Las Sagradas Escritura mencionan el nombre de solo tres: Miguel (Ap 12:7-9), Gabriel (Lc 1:11-20; 26-38) Rafael (Tobit 12:6, 15).

Los nombres de los otros cuatro arcángeles (San Uriel, San Barachiel ó Baraquiel, San Jehudiel,  Saeltiel) no aparecen en la  Biblia.
Se encuentran en libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en la literatura rabínica.
La Iglesia reconoce los nombres que se encuentran en las Sagradas Escrituras.
Los demás nombres pueden tenerse como referencia pero, no son doctrina de la Iglesia ya que provienen de libros que no son parte del canon de la Sagrada Escritura.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL POR LOS JÓVENES Y NIÑOS

Arcángel San Miguel, protector y guardián de los hombres, Tú que brillas con resplandor, líbranos de todo mal. Tú que eres la "Victoria de Dios", haz que nuestros niños y jóvenes vivan el Reino de Dios con generosidad y entrega. Libra a los niños y a los jóvenes de las mentiras del maligno; del engaño del consumismo y del individualismo. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL PARA PEDIR PROTECCIÓN DEL CIELO

Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales. Humildemente te rogamos, te dignes librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad. Amén

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL POR LOS QUE SUFREN

Arcángel San Miguel, protector y guardián de los hombres, Tú que brillas con resplandor, líbranos de todo mal. Humildemente te pedimos que asistas a los que sufren en su cuerpo y en su alma. No permitas que ningún espíritu maligno se nos acerque para perjudicar nuestro caminar hacia el Eterno Padre. Ayúdanos a sufrir con amor lo que nos toca en esta vida para llegar purificados a Dios. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL POR LOS SACERDOTES, CONSAGRADOS Y VOCACIONES

Arcángel San Miguel, protector y guardián de los hombres, Tú que brillas con resplandor, líbranos de todo mal. Asístenos con tu presencia para que los Consagrados y Sacerdotes sean más fieles a la Palabra de Dios y más generosos en el servicio a los hermanos. Que por tu intercesión muchos jóvenes se consagren al seguimiento de Jesús en la vida sacerdotal y religiosa. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL POR LA FAMILIA

Arcángel San Miguel, protector y guardián de los hombres, tú que brillas con resplandor, líbranos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a tí para que guardes en unión y amor a nuestras familias. Fortalece con tu presencia la unión familiar y libérala de todo egoísmo y discordia. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL PARA REZAR EN EL LUGAR DE TRABAJO

 San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia Celestial, acompáñanos con tus ángeles en este lugar de trabajo. Que tus ángeles nos protejan. No permitas que nada malo nos pase y que nada malo hagamos. Y que otra partida de tus ángeles, ¡Oh, Príncipe de la Milicia Celestial! vuelen a nuestros hogares, Invadan nuestras habitaciones, rodeen a nuestros seres queridos y los protejan allí donde estén, allí donde vayan, para que nada malo les pase. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL PRÍNCIPE GLORIOSÍSIMO

 Glorioso Príncipe, San Miguel Arcángel, yo, tu humilde siervo te saludo por intermedio del Sacratísimo Corazón de nuestro Señor Jesucristo,  te ofrezco mi amor por el aumento de tu alegría, de tu fortaleza y de tu gloria. Doy gracias a Dios por las bendiciones que Él trae para ti y con el que quiere honrarte y exaltarte a ti por encima de todos los otros Ángeles. Yo especialmente me encomiendo a tu cuidado en la vida y en la muerte. Quédate junto a mí, ahora y siempre, sobre todo al final de mi vida. Tuviste la amabilidad de la consolarme, fortalecerme y protegerme. Obtuviste para mí un aumento en la fe, en la esperanza y en la caridad. No permitas que me aparte de  la fe, ni que caiga en la trampa de la desesperación, ni dar por sentado las buenas obras que realizo y pensar que siempre me encuentro en medio de la gracia de Dios. Obtener para mí el perdón de mis pecados, la humildad, la paciencia y otras virtudes, la perseverancia en el bien verdadero, y la gracia final que me puede dar la gloria a Dios. Amén.

SAN MIGUEL ARCÁNGEL PRIMER MINISTRO DE DIOS


Glorioso Príncipe del Cielo, divino Miguel Arcángel, Primer ministro de Dios, Amigo de Jesucristo, Defensor de la fe y abogado de los hombres: 
Tú que estás defendiendo todas las religiones, 
Tú que tanto favoreces a tus devotos. Haz que yo sepa amar y servir, protégeme de la injusticia, ayúdame a amar a mis enemigos, a fin de convertirlos en amigos. Alcánzame del Señor lo que te pido en este momento (hacer petición) para mayor honra y Gloria suya y provecho de mi Alma. Amén.

SÚPLICA A DIOS PADRE POR SAN MIGUEL

 
Omnipotente y Eterno Dios, os adoramos y bendecimos. En vuestra maravillosa bondad, y con el misericordioso deseo de salvar las almas del género humano, habéis escogido al Glorioso Arcángel, San Miguel, como Príncipe de Vuestra Iglesia.

Humildemente os suplicamos, Padre Celestial, que nos libréis de nuestros enemigos. En la hora de la muerte, no permitáis que ningún espíritu maligno se nos acerque, para perjudicar nuestras almas. Oh Dios y Señor Nuestro, guiadnos por medio de este mismo Arcángel. Enviadle que nos conduzca a la Presencia de Vuestra Excelsa y divina Majestad. Os lo pedimos por los méritos de Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

GLORIOSO PRÍNCIPE SAN MIGUEL

 Oh Glorioso Príncipe, San Miguel, Jefe Principal de la Milicia Celestial; Guardián fidelísimo de las almas; Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes; fiel Servidor en el Palacio del Rey Divino, sois nuestro admirable Guía y Conductor. Vos que brilláis con excelente resplandor y con virtud sobrehumana, libradnos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a vos. Asistidnos con vuestra afable protección; para que seamos más y más fieles al servicio de Dios, todos los días de nuestra vida.

V. Rogad por nosotros, Oh Glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar Sus Promesas.

ORACIÓN DE COMBATE A SAN MIGUEL

Se llama primero a San Miguel, pidiéndole permiso al Padre celestial con el rezo de un Padrenuestro. Luego se dice la oración que se enseñó para estos tiempos:

San Miguel Arcángel: Defiéndenos en la pelea contra Satanás y sus demonios; sed nuestro amparo y protección; que el Altísimo os dé el poder y el permiso para que nos asistáis y que Dios haga oír su voz imperiosa para que expulse a Satanás y sus demonios que quieren hacer perder la humanidad. Que tu grito: "Quién como Dios, nadie es como Dios", someta a Satanás y sus demonios bajo nuestros pies. Amén.

SALUDO A SAN MIGUEL




Oh San Miguel, príncipe glorioso de las Milicias Celestiales, el Señor está contigo, tú eres bendito entre todos los angélicos coros, y bendita sea siempre la Santísima Trinidad, que tantos dones, gracias, favores y privilegios te quiere enriquecer. San Miguel, Protector de la Iglesia Universal, ruega por nosotros y socórrenos en nuestra miseria. Libéranos del demonio ahora y en el fin de nuestras vidas, después de la cual esperamos la liberación de las penas del purgatorio y ser introducidos a la presencia de Dios. Amén.

NOVENA COMPLETA A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

Honrando a San Miguel, los pueblos atraen incalculables beneficios. Invocándole nos defiende y conduce al Cielo.

ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

YO PECADOR

Yo, pecador me confieso a Dios todopoderoso a la Bienaventurada siempre Virgen María, al Bienaventurado San Miguel Arcángel, al Bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los Santos,
y a vosotros, hermanos, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra; por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa.
Por tanto, ruego a la Bienaventurada siempre Virgen María, al  Bienaventurado San
Miguel Arcángel, al Bienaventurado San Juan Bautista,
a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los Santos, y a vosotros, hermano, que roguéis por mí a Dios nuestro Señor.
Amén.

San Miguel, Primado entre los Príncipes del Cielo, os ofrezco mis alabanzas y devoción, porque Dios os ha creado tan excelente y tan perfecto y os ha dotado de un celo tan grande por su gloria y de una sumisión tan admirable a sus divinos decretos.

ORACIÓN DE LEÓN XIII.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

Celestial y purísimo Mensajero de Dios, dignaos alcanzarme de los Sagrados Corazones de Jesús y María un verdadero amor por Ellos, la sumisión a la divina Voluntad y la gracia de…

(hágase aquí la petición que se desea obtener con la novena).

REZAR UN PADRENUESTRO, TRES AVEMARÍAS Y GLORIA.

JACULATORIAS

Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros Tu reino.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, la Inmaculada Concepción de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.

DÍA PRIMERO

María Inmaculada, Madre y dulce Medianera, Reina de los Cielos, humildemente os suplicamos intercedáis por nosotros. Ruega a Dios que envíe a San Miguel y a sus ángeles para apartar los obstáculos que se oponen al reinado del Sagrado Corazón en el mundo.

DÍA SEGUNDO

San Miguel, Ángel de los Santos combates, os ofrezco mis alabanzas y devoción por la inefable complacencia con que Dios os mira como defensor de su gloria

DÍA TERCERO
San Miguel, Ángel de la Victoria, con devoción os alabo por la alegría con que Nuestro Señor Jesucristo os ve como celoso defensor de su divinidad y las victorias que conseguís sobre los enemigos de nuestras almas.

DÍA CUARTO
San Miguel, Ministro del Altísimo, con devoción os alabo por la ternura con que os mira la Santísima Virgen viendo los combates que habéis librado y libráis sin cesar para establecer el reinado de su amado Hijo, Dios y Redentor nuestro, en el mundo.

DÍA QUINTO
San Miguel, Guardián del Cielo, os alabo con devoción por la veneración, el amor y el honor que os rinden las jerarquías celestiales de las cuales sois augusto Príncipe.

DÍA SEXTO
San Miguel, Ángel del Santo Sacrificio, os alabo con devoción por el honor que os ha hecho nuestro Señor Jesucristo confiándoos la custodia de la Iglesia, su querida esposa y os ofrezco el reconocimiento y amor que la Santa Iglesia os profesa.

DÍA SÉPTIMO
San Miguel, Portador del estandarte de salvación, os ofrezco mis alabanzas con devoción por la importante misión que Dios os ha dado al confiaros las almas de todos los predestinados, defendiéndolas en la hora de la muerte de los asaltos del infierno, presentándolas ante Dios enteramente puras.

DÍA OCTAVO
San Miguel, Ángel de la Paz, os alabo con devoción por toda la fuerza, la dulzura y suavidad encerradas en vuestro santo nombre, delicia de vuestros verdaderos devotos.

DÍA NOVENO
San Miguel, Ángel del Perdón, os alabo con devoción por los inmensos beneficios que habéis derramado sobre nuestra Patria, siempre que ésta ha sido fiel a Dios, así como por la abnegación, reconocimiento y amor que os rinden vuestros servidores. Dignaos, os suplicamos, obtener de los Corazones de Jesús y de María aumenten vuestros devotos para obtener la salvación.