Honrando a San Miguel, los pueblos atraen
incalculables beneficios. Invocándole nos defiende y conduce al Cielo.
ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS
YO PECADOR
Yo, pecador me confieso a Dios todopoderoso a la Bienaventurada
siempre Virgen María, al Bienaventurado San Miguel Arcángel, al Bienaventurado
San Juan Bautista, a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los Santos,
y a vosotros, hermanos, que pequé gravemente con el
pensamiento, palabra y obra; por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima
culpa.
Por tanto, ruego a la Bienaventurada siempre Virgen María, al Bienaventurado San Miguel Arcángel, al Bienaventurado San Juan Bautista,
a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los Santos, y a vosotros, hermano, que roguéis por mí a Dios nuestro Señor.
Por tanto, ruego a la Bienaventurada siempre Virgen María, al Bienaventurado San Miguel Arcángel, al Bienaventurado San Juan Bautista,
a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los Santos, y a vosotros, hermano, que roguéis por mí a Dios nuestro Señor.
Amén.
San Miguel, Primado entre los Príncipes del Cielo, os ofrezco mis
alabanzas y devoción, porque Dios os ha creado tan excelente y tan perfecto y
os ha dotado de un celo tan grande por su gloria y de una sumisión tan
admirable a sus divinos decretos.
ORACIÓN DE LEÓN XIII.
San Miguel Arcángel, defiéndenos
en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la
perversidad y acechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su
poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia
Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás,
y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.
Celestial y purísimo Mensajero de Dios, dignaos alcanzarme de los
Sagrados Corazones de Jesús y María un verdadero amor por Ellos, la sumisión a
la divina Voluntad y la gracia de…
(hágase aquí la petición que se desea obtener con
la novena).
REZAR UN PADRENUESTRO, TRES
AVEMARÍAS Y GLORIA.
JACULATORIAS
Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros Tu reino.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, la Inmaculada Concepción de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, la Inmaculada Concepción de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
María Inmaculada, Madre y dulce Medianera, Reina de los Cielos,
humildemente os suplicamos intercedáis por nosotros. Ruega a Dios que envíe a
San Miguel y a sus ángeles para apartar los obstáculos que se oponen al reinado
del Sagrado Corazón en el mundo.
San Miguel, Ángel de los Santos combates, os ofrezco mis alabanzas y
devoción por la inefable complacencia con que Dios os mira como defensor de su
gloria
San Miguel, Ángel de la Victoria, con devoción os alabo por la alegría
con que Nuestro Señor Jesucristo os ve como celoso defensor de su divinidad y
las victorias que conseguís sobre los enemigos de nuestras almas.
San Miguel, Ministro del Altísimo, con devoción os alabo por la ternura
con que os mira la Santísima Virgen viendo los combates que habéis librado y
libráis sin cesar para establecer el reinado de su amado Hijo, Dios y Redentor
nuestro, en el mundo.
San Miguel, Guardián del Cielo, os alabo con devoción por la veneración,
el amor y el honor que os rinden las jerarquías celestiales de las cuales sois
augusto Príncipe.
San Miguel, Ángel del Santo Sacrificio, os alabo con devoción por el
honor que os ha hecho nuestro Señor Jesucristo confiándoos la custodia de la
Iglesia, su querida esposa y os ofrezco el reconocimiento y amor que la Santa
Iglesia os profesa.
San Miguel, Portador del estandarte de salvación, os ofrezco mis
alabanzas con devoción por la importante misión que Dios os ha dado al
confiaros las almas de todos los predestinados, defendiéndolas en la hora de la
muerte de los asaltos del infierno, presentándolas ante Dios enteramente puras.
San Miguel, Ángel de la Paz, os alabo con devoción por toda la fuerza,
la dulzura y suavidad encerradas en vuestro santo nombre, delicia de vuestros
verdaderos devotos.
San Miguel, Ángel del Perdón, os alabo con devoción por los inmensos
beneficios que habéis derramado sobre nuestra Patria, siempre que ésta ha sido
fiel a Dios, así como por la abnegación, reconocimiento y amor que os rinden
vuestros servidores. Dignaos, os suplicamos, obtener de los Corazones de Jesús
y de María aumenten vuestros devotos para obtener la salvación.
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