(RV).- (Con audio)
La autoridad del cristiano viene del Espíritu Santo, no de la
sabiduría humana o de las licenciaturas en teología. Lo subrayó el Papa
Francisco en la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de
Santa Marta. El Pontífice reafirmó que la identidad cristiana es tener
el Espíritu de Cristo, y no el “espíritu del mundo”.
La gente
se sentía sorprendida por la enseñanza de Jesús, porque su palabra
“tenía autoridad”. Francisco se inspiró en este pasaje del Evangelio del
día para detenerse precisamente en la naturaleza de la autoridad del
Señor y, en consecuencia, del cristiano. Jesús – constató el Papa – no
era un predicador común”, porque su “autoridad” le viene de la “unción
especial del Espíritu Santo”. Jesús – añadió – es “el Hijo de Dios
ungido y enviado” a “traer la salvación, a traer la libertad”. Y algunos
– notó – “se escandalizaban” por este “estilo de Jesús”, por su
identidad y libertad:
“Y nosotros podemos preguntarnos ¿cuál
es nuestra identidad de cristianos? Y Pablo hoy lo dice bien. ‘De estas
cosas – dice San Pablo – nosotros hablamos no con palabras sugeridas por
la sabiduría humana’. La predicción de Pablo no es porque ha hecho un
curso en la Lateranense, en la Gregoriana… ¡No, no, no! ¡Sabiduría
humana, no! Sino enseñada por el Espíritu: Pablo predicaba con la unción
del Espíritu, expresando cosas espirituales del Espíritu en términos
espirituales. Pero el hombre dejado a sus fuerzas no comprende las cosas
del Espíritu de Dios: ¡el hombre solo no puede comprender esto!”
Y
por esto – prosiguió el Santo Padre – “si nosotros los cristianos no
comprendemos bien las cosas del Espíritu, no damos y no ofrecemos un
testimonio, no tenemos identidad”. Para ellos – prosiguió – “estas
cosas del Espíritu son una locura, no son capaces de entenderlas”. En
cambio, el hombre movido por el Espíritu, “juzga cada cosa: es libre,
sin poder ser juzgado por nadie”:
“Ahora, nosotros tenemos el
pensamiento de Cristo y el Espíritu de Cristo. Ésta es la identidad
cristiana. No tener el espíritu del mundo, ese modo de pensar, ese modo
de juzgar… Tú puedes tener cinco licenciaturas en teología, ¡pero no
tener el Espíritu de Dios! Quizá tú seas un gran teólogo, pero no eres
un cristiano, ¡porque no tienes el Espíritu de Dios! Lo que da
autoridad, lo que te da identidad es el Espíritu Santo, la unción del
Espíritu Santo”.
Por esta razón, dijo el Papa, “el pueblo no
amaba a aquellos predicadores, a aquellos doctores de la ley, porque
hablaban verdaderamente de teología, pero no llegaban al corazón, no
daban libertad”. Estos, añadió Francisco, “no eran capaces de hacer que
el pueblo encontrara su propia identidad, porque no estaban ungidos por
el Espíritu Santo”:
“La autoridad de Jesús – y la autoridad del cristiano – viene
precisamente de esta capacidad de comprender las cosas del Espíritu, de
hablar la lengua del Espíritu. Viene de esta unción del Espíritu Santo.
Y tantas veces, tantas veces nosotros encontramos entre nuestros
fieles, ancianitas simples que quizá no han terminado la escuela
primaria, pero que te hablan de estas cosas mejor que un teólogo, porque
tienen el Espíritu de Cristo. Lo que tiene San Pablo. Y todos nosotros
debemos pedir esto. Señor danos la identidad cristiana, la que Tú
tenías. Danos Tu Espíritu. Danos Tu modo de pensar, de sentir, de
hablar: es decir, Señor, danos la unción del Espíritu Santo”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO:
LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN:
PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA,
TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO,
Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…".
"ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN;
NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA.
¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE?
¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO?
¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA?
¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?.
QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …”
Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.
martes, 2 de septiembre de 2014
La identidad cristiana es tener el Espíritu de Cristo, no el “espíritu del mundo”, dijo el Papa en su homilía
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario