LA IGLESIA VIVE LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS. En la
Eucaristía esta comunión, que es don de Dios, actúa como unión espiritual que nos
une a los creyentes con los Santos y los Beatos cuyo número es incalculable
(cfr Ap 7,4). Su santidad viene en ayuda de nuestra
fragilidad, y así la Madre Iglesia es
capaz con su oración y su vida de ir al encuentro de la debilidad de unos con
la santidad de otros. VIVIR ENTONCES
LA INDULGENCIA EN EL AÑO SANTO SIGNIFICA ACERCARSE A LA MISERICORDIA DEL PADRE
CON LA CERTEZA QUE SU PERDÓN SE EXTIENDE SOBRE TODA LA VIDA DEL CREYENTE. Indulgencia es experimentar la santidad de
la Iglesia que participa a todos de los beneficios de la redención de Cristo,
para que el perdón sea extendido hasta las extremas consecuencias a la cual
llega el amor de Dios. Vivamos
intensamente el Jubileo pidiendo al Padre el perdón de los pecados y la
dispensación de su indulgencia misericordiosa.
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