15/01/2015 18:47
(RV).- Un encuentro de oración, de diálogo y de fiesta
‘en’ familia, ‘con’ la familia y ‘por’ la familia, en el abarrotado palacio de
deportes ‘Mall of Asia Arena’ de Manila, con capacidad para 20 mil personas, a
las que se sumaron muchísimas más, que pudieron seguir el encuentro con el Papa
en todas las salas del circuito cinematográfico, de la cadena de los centros
comerciales SM.
En la celebración de la Liturgia de la Palabra, reflexionando sobre la
lectura del Evangelio, en la que «un ángel le revela a san José la voluntad
de Dios en sueños», para salvar al Niño Jesús y a María, el Santo Padre
destacó que «Dios nos habla» también a nosotros cuando nos detenemos a
descansar en el Señor. Y añadió: «me gustaría descansar en el Señor con todos
ustedes, y reflexionar sobre el don de la familia».
TEXTO Y AUDIO COMPLETO DE LAS PALABRAS DEL PAPA
FRANCISCO
Estimadas familias
«Queridos amigos en Cristo
Muchas gracias por su
presencia aquí esta noche y por su testimonio de amor a Jesús y a su Iglesia.
Agradezco a monseñor Reyes, Presidente de la Comisión Episcopal de Familia y
Vida, sus palabras de bienvenida. Y, de una manera especial, doy las gracias a
los que han presentado sus testimonios y han compartido su vida de fe con
nosotros. La Iglesia en Filipinas está bendecida por el apostolado de muchos
movimientos que se dedican a la familia y yo les agradezco por su testimonio.
Las Escrituras rara vez hablan de san José,
pero cuando lo hacen, a menudo lo encuentran descansando, mientras un ángel le
revela la voluntad de Dios en sueños. En el pasaje del Evangelio que acabamos
de escuchar, nos encontramos con José que descansa no una vez sino dos veces.
Esta noche me gustaría descansar en el Señor con todos ustedes. ¿Necesito
descansar en el Señor con las familias y recordar a mi familia: a mi Padre, a
mi madre, a mi abuelo y a mi abuela? Hoy, yo descanso con ustedes y quisiera y
reflexionar sobre el don de la familia.
¡Pero antes quisiera decir
algo sobre el sueño, pero mi inglés es tan pobre!
Si me lo permiten, le
pediré a Mons. Miles que traduzca y hablaré en español.
¡A mí me gusta mucho esto de soñar en una familia! Toda mamá y todo papá soñó
a su hijo durante nueve meses ¿es verdad o no? (respuesta sí!!!!) Soñar cómo
será el hijo. No es posible una familia
sin soñar. Cuando en una familia se pierde la capacidad de soñar los chicos no
crecen, el amor no crece la vida se debilita y se apaga (aplausos) Por eso les
recomiendo que a la noche, cuando hacen el examen de conciencia, se hagan
también – también – esta pregunta: ¿hoy soñé con el futuro de mis hijos? ¿hoy
soñé con el amor de mi esposo, de mi esposa? ¿hoy soñé con mis padres, mis
abuelos que llevaron la historia.. también?
¡Es tan importante soñar! Primero de todo soñar en
una familia. No pierdan esta capacidad de soñar (aplausos...) Y también cuántas
dificultades en la vida del matrimonio se solucionan si nos tomamos un espacio
de sueño. Si nos detenemos y pensamos en el cónyuge, en la cónyuge. Y soñamos
con las bondades que tiene, las cosas buenas que tiene.
Por eso es muy importante recuperar el amor a
través de la ilusión de todos los días.
¡Nunca dejen de ser novios!
A José le fue revelada la voluntad de Dios durante
el descanso. En este momento de descanso en el Señor, cuando nos detenemos de
nuestras muchas obligaciones y actividades diarias, Dios también nos habla. Él
nos habla en la lectura que acabamos de escuchar, en nuestra oración y
testimonio, y en el silencio de nuestro corazón. Reflexionemos sobre lo que el
Señor nos quiere decir, especialmente en el Evangelio de esta tarde. Hay tres
aspectos de este pasaje que me gustaría que considerásemos: PRIMERO, DESCANSAR EN EL SEÑOR; SEGUNDO,
LEVANTARSE CON JESÚS Y MARÍA; Y, TERCERO, SER UNA VOZ PROFÉTICA.
DESCANSAR EN EL SEÑOR. El descanso es necesario para la salud de nuestras mentes y cuerpos,
aunque a menudo es muy difícil de lograr debido a las numerosas obligaciones
que recaen sobre nosotros. Pero el
descanso es también esencial para nuestra salud espiritual, para que podamos
escuchar la voz de Dios y entender lo que él nos pide. José fue elegido por
Dios para ser el padre putativo de Jesús y el esposo de María. Como cristianos,
también ustedes están llamados, al igual que José, a construir un hogar para
Jesús. ¡Construir una casa para Jesús! Ustedes le prepararan un hogar en sus
corazones, sus familias, en sus parroquias y comunidades.
Para oír y aceptar la llamada de Dios, y preparar
una casa para Jesús, deben ser capaces de descansar en el Señor. Deben dedicar
tiempo cada día para descansar en el Señor, para la oración. ORAR ES DESCANSAR
EN EL SEÑOR. Es posible que me digan:
Santo Padre, yo quiero orar, pero tengo mucho
trabajo. Tengo que cuidar a mis hijos; además están las tareas del hogar; estoy
muy cansado incluso para dormir bien. Y es justo. Y seguramente es así, pero si
no oramos, no conoceremos la cosa más importante de todas: la voluntad de Dios
sobre nosotros. Y a pesar de toda nuestra actividad y ajetreo, sin la oración,
lograremos muy poco.
DESCANSAR EN LA ORACIÓN ES ESPECIALMENTE IMPORTANTE
PARA LAS FAMILIAS. Donde
primero aprendemos a orar es en la familia. No olviden: cuando la familia reza
unida, permanece unida. Esto es importante. Allí conseguimos conocer a Dios,
crecer como hombres y mujeres de fe, vernos como miembros de la gran familia de
Dios, la Iglesia. En la familia aprendemos a amar, cómo perdonar, cómo ser
generosos y abiertos, no cerrados y egoístas. Aprendemos a ir más allá de
nuestras propias necesidades, para encontrar a los demás y compartir nuestras
vidas con ellos. Por eso es tan importante rezar en familia ¡muy importante!. POR
ESO LAS FAMILIAS SON TAN IMPORTANTES EN EL PLAN DE DIOS SOBRE LA IGLESIA.
DESCANSAR EN EL SEÑOR ES ORAR. ORAR JUNTOS EN FAMILIA.
Yo quisiera decirles
también una cosa personal. Yo quiero mucho a San José porque es un hombre
fuerte y de silencio y en mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo
y ¡durmiendo cuida a la Iglesia!
¡Y cuando tengo un
problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José,
para que lo sueñe!
¡Esto significa para que
rece por ese problema!
El segundo aspecto, ‘LEVANTARSE CON JESÚS Y MARÍA’. Esos momentos preciosos de reposo, de descanso con el Señor en la
oración, son momentos que quisiéramos tal vez prolongar. Pero, al igual que san
José, una vez que hemos oído la voz de Dios, debemos despertar, levantarnos y
actuar (cf. Rm 13,11). ¡En familia, debemos levantarnos y actuar! La
fe no nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profundamente en él.
¡Esto es muy importante! Debemos profundizar en el
mundo con el poder de la oración. Cada uno de nosotros tiene un papel especial
que desempeñar en la preparación de la venida del reino de Dios a nuestro
mundo.
Del mismo modo que el don de la sagrada Familia fue
confiado a san José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y
su lugar en el plan de Dios.
Lo mismo que con San José. A San José el regalo de
la Sagrada Familia le fue encomendado para que lo llevara adelante, a
cada uno de ustedes y de nosotros – porque yo también soy hijo de una familia –
nos entregaron el plan de Dios para llevarlo adelante.
El ángel del Señor le reveló a José los peligros
que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a
instalarse en Nazaret. Así también, en nuestro tiempo, Dios nos llama a
reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de
cualquier daño.
Cuidado con las nuevas colonizaciones ideológicas.
Existen colonizaciones ideológicas que buscan
destruir la familia. No nacen del sueño, de la oración, del encuentro con Dios,
de la misión que Dios nos da. Vienen de afuera, por eso digo que son
colonizaciones. ¡No perdamos la libertad de la misión que Dios nos da, la
misión de la familia!
Y así como nuestros pueblos en un momento de su
historia llegaron a l madurez de decir ‘no’ a cualquier colonización política,
como familia tenemos que ser muy, muy sagaces. ¡Muy hábiles Muy fuertes para
decir ‘no’ a cualquier intento de colonización ideológica sobre la familia! Y
pedirle a San la intercesión a San José, que es amigo del ángel, para saber
cuando decir ‘sí’ y cuando decir ‘no’.
Las dificultades que hoy pesan sobre la vida
familiar son muchas. Aquí, en las Filipinas, multitud de familias siguen
sufriendo los efectos de los desastres naturales. La situación económica ha
provocado la separación de las familias a causa de la migración y la
búsqueda de empleo, y los problemas financieros gravan sobre muchos hogares.
Si, por un lado, demasiadas personas viven en pobreza extrema, otras, en
cambio, están atrapadas por el materialismo y un estilo de vida que destruye la
vida familiar y las más elementales exigencias de la moral cristiana. Esas son
las colonizaciones ideológicas. La familia se ve también amenazada por el
creciente intento, por parte de algunos, de redefinir la institución misma del
matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta de
apertura a la vida.
Pienso en el Beato Pablo VI en un momento donde se
le proponía el problema del crecimiento de la población tuvo la valentía de
defender la apertura a la vida de la familia. Él sabía las dificultades que
había en cada familia, por eso en su Carta Encíclica era tan misericordioso con
los casos particulares. Y pidió a los confesores que fueran muy misericordiosos
y comprensivos con los casos particulares. Pero él miró más allá, miró a los pueblos
de la tierra y vio esta amenaza de destrucción de la familia por la privación
de los hijos. Pablo VI era valiente, era un buen pastor y alertó a sus ovejas
de los lobos que venían. ¡Que desde el cielo nos bendiga esta tarde!
NUESTRO MUNDO NECESITA FAMILIAS BUENAS Y FUERTES
PARA SUPERAR ESTOS PELIGROS. Filipinas necesita familias santas y unidas para
proteger la belleza y la verdad de la familia en el plan de Dios y para que
sean un apoyo y ejemplo para otras familias. Toda amenaza para la familia es una
amenaza para la propia sociedad. Como afirmaba a menudo san Juan Pablo II, el
futuro de la humanidad pasa por la familia (cf. Familiaris Consortio, 85).
¡El futuro pasa por la familia! Así pues, ¡protejan a sus familias! ¡Protejan a
sus familias!
Vean en ellas el mayor tesoro de su país y
susténtenlas siempre con la oración y la gracia de los sacramentos. Las
familias siempre tendrán dificultades, así que no le añadan otras. Más bien,
sean ejemplo vivo de amor, de perdón y atención. Sean santuarios de respeto a
la vida, proclamando la sacralidad de toda vida humana desde su concepción
hasta la muerte natural. ¡Qué don para la sociedad si cada familia cristiana
viviera plenamente su noble vocación! Levántense con Jesús y María, y sigan el
camino que el Señor traza para cada uno de ustedes.
Por último, EL EVANGELIO QUE HEMOS ESCUCHADO NOS
RECUERDA NUESTRO DEBER CRISTIANO DE SER VOCES PROFÉTICAS EN MEDIO DE
NUESTRA SOCIEDAD. José escuchó al ángel del Señor, y respondió a la llamada de
Dios a cuidar de Jesús y María. De esta manera, cumplió su papel en el plan de
Dios, y llegó a ser una bendición no sólo para la sagrada Familia, sino para
toda la humanidad.
Con María, José sirvió de modelo para el niño
Jesús, mientras crecía en sabiduría, edad y gracia (cf. Lc 2,52).
Cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos valores, y les
enseñan a colaborar en la sociedad, se convierten en una bendición para nuestro
mundo.
La familia puede ser una bendición para el mundo.
El amor de Dios se hace presente y operante a través de cómo es nuestro amor y
de las buenas obras que hacemos. Extendemos el reino de Cristo en este mundo. Y
al hacer esto, somos fieles a la misión profética que hemos recibido en el
bautismo.
Durante este año, que sus obispos han establecido
como el Año de los Pobres, LES PEDIRÍA, COMO FAMILIAS, QUE FUERAN
ESPECIALMENTE CONSCIENTES DE SU LLAMADA A SER DISCÍPULOS MISIONEROS DE JESÚS.
ESTO SIGNIFICA ESTAR DISPUESTOS A SALIR DE SUS CASAS Y ATENDER A NUESTROS
HERMANOS Y HERMANAS MÁS NECESITADOS. LES PIDO ADEMÁS QUE SE PREOCUPEN DE
AQUELLOS QUE NO TIENEN FAMILIA, EN PARTICULAR DE LOS ANCIANOS Y NIÑOS SIN
PADRES. NO DEJEN QUE SE SIENTAN NUNCA AISLADOS, SOLOS Y ABANDONADOS; AYÚDENLOS
PARA QUE SEPAN QUE DIOS NO LOS OLVIDA.
Hoy quedé sumamente conmovido en el corazón después
de la Misa, cuando visité ese hogar de niños solos, sin familia.
¡Cuánta gente trabaja en la Iglesia para que ese
hogar sea una familia!
¡Esto significa llevar adelante proféticamente qué
significa una familia!
Incluso si ustedes mismos sufren la pobreza
material, tienen una abundancia de dones cuando dan a Cristo y a la comunidad
de su Iglesia. No escondan su fe, no escondan a Jesús, llévenlo al mundo y den
el testimonio de su vida familiar.
Queridos amigos en Cristo, sepan que yo rezo
siempre por ustedes. Rezo hoy por las familias. ¡Lo hago! Rezo para que el
Señor siga haciendo más profundo su amor por él, y que este amor se manifieste
en su amor por los demás y por la Iglesia. NO OLVIDEN A JOSÉ QUE DUERME. JESÚS
DURMIÓ CON LA PROTECCIÓN DE JOSÉ. NO OLVIDEN: EL SUEÑO DE LA FAMILIA ES LA
ORACIÓN. NO OLVIDEN DE ORAR POR LA FAMILIA. NO DEJEN DE REZAR A MENUDO Y QUE SU
ORACIÓN DÉ FRUTOS EN TODO EL MUNDO, DE MODO QUE TODOS CONOZCAN A JESUCRISTO Y
SU AMOR MISERICORDIOSO. POR FAVOR, DUERMAN TAMBIÉN POR MÍ, RECEN TAMBIÉN POR
MÍ, PORQUE NECESITO VERDADERAMENTE SUS ORACIONES Y SIEMPRE CUENTO CON ELLAS.
¡MUCHAS GRACIAS!»
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