La palabra PASCUA viene del latín páscae,
o paso. Se supone generalmente que su nombre viene de
pasah, “pasar” en el sentido de dispensar (cf. Éx 12, 23), aludiendo a que el
Señor pasa sin herir con sus plagas delante de las cases marcadas con la sangre
del cordero inmolado por los hebreos.
La
PASCUA es la fiesta principal y más antigua de los cristianos. Comienza el DOMINGO DE
RESURRECCIÓN y termina el DOMINGO DE PENTECOSTÉS y comprende cincuenta (50)
días (en griego = "pentecostés"), que deben ser vividos y
celebrados con alegría y júbilo, como si fueran un GRAN DOMINGO; los primeros ocho días de la PASCUA son
llamados OCTAVA y se celebran como solemnidades del Señor.
La
PASCUA, es el corazón del AÑO LITÚRGICO para los CATÓLICOS y conmemora la
RESURRECCIÓN de NUESTRO SEÑOR JESUCRITO, el CORDERO INMOLADO; Manifiesta la
victoria ganada en la Cruz por Jesús sobre el demonio. Los hombres estábamos
bajo la esclavitud de Satanás pero en Cristo tenemos vida
nueva.
El Papa León I, en su “Sermón xvii en Exodum” la llamó la “FESTUM
FESTORUM” O FIESTA MAYOR, y dice que la Navidad se celebra en preparación
para la PASCUA y debe verse reflejada en nuestras familias con el
espíritu de la alegría y la victoria de nuestro Señor Jesucristo.
Según
el CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA No. 1169,
“La Pascua no es simplemente una
fiesta entre otras: es la Fiesta de las Fiestas, Solemnidad de las
solemnidades, como la Eucaristía es el Sacramento de los sacramentos (“el
gran Sacramento”). S. Atanasio la llama “el gran domingo”, así como la
Semana Santa es llamada en Oriente “la gran semana”. El Misterio de la
Resurrección, en el cual Cristo ha aplastado a la muerte, penetra en nuestro
viejo tiempo con su poderosa energía, hasta que todo le esté sometido”.
El AGUA
BENDECIDA en la VIGILIA PASCUAL será usada para los BAUTISMOS durante toda la época
PASCUAL.
En el día
40 de la PASCUA se celebra la ASCENSIÓN DEL SEÑOR y los 9 días siguientes a la ASCENSIÓN
realizamos las NOVENAS A PENTECOSTÉS de
preparación para la VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO.
La PASCUA
coincide con la celebración de la liberación del pueblo de Israel de Egipto, convirtiéndose
en memorial de esa liberación (cf. Éx 12 y 2 Re, 23, 21-23); por lo que se
celebra concomitantemente LA PASCUA y el ÉXODO SALVADOR, el retorno del exilio
será descrito como un nuevo éxodo, una nueva pascua (cf. Os 2, 16 ss; Is 63, 7
ss).
En el
Nuevo Testamento, San Lucas describirá el anuncio hecho a los discípulos de la
muerte de Jesús, en la transfiguración, como su éxodo que debía cumplirse en
Jerusalén (9, 31, cf. Jn 13, 1, al hablar de su paso de este mundo al Padre, en
el momento de la pascua). Es probable también que la imagen del cordero
inmolado, en Is 53, 7, implicara desde el principio una referencia pascual. En
todo caso, san Pablo describirá la pasión salvadora de Cristo diciendo:
“Cristo, nuestra pascua, ha sido inmolado” (I Cor 5, 7).
Cristo
nos trasporta sino “del reino de las tinieblas al reino del Hijo” (Cal 1, 13),
que es lo mismo que la entrada en participación de “la heredad de los santos en
la luz” (v. 12).
La
parusía de Cristo será finalmente descrita a su vez como el definitivo
cumplimiento de esta pascua en la eternidad (cf Lc 22, 16 y Mt 26, 29).
(Bouyerdi,
Diccionario)
www.corazones.org
(La Pascua, P. Jordi Rivero)
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