Oh Jesús, buen Pastor, acoge nuestra alabanza y
nuestro humilde agradecimiento por todas las Vocaciones
que mediante tu Espíritu, regalas a Tu Iglesia. asiste a los Obispos, Presbíteros, Misioneros y a todas las personas consagradas; Haz que den ejemplo de vida auténticamente Evangélica. Da fortaleza y perseverancia en su propósito
A aquellos que se preparan al Sagrado Ministerio y a la Vida consagrada. Multiplica los evangelizadores para Anunciar Tú Nombre a todas las gentes. Protege a todos los jóvenes de nuestras familias y comunidades: concédeles prontitud y generosidad para seguirte. Vuelve también hoy Tu mirada sobre ellos y llámalos, concede a todos los llamados la fuerza de abandonar todo para elegirte solo a Ti que eres el amor. Perdona la no correspondencia y las infidelidades de aquellos que has escogido. Escucha, Oh Cristo, nuestras preces por intercesión de María Santísima, Madre tuya y Reina de los Apóstoles.
Ella, que por haber creído y respondido generosamente, es la causa de nuestra alegría, acompaña con su presencia y su ejemplo a aquellos que llamas al servicio total de tu Reino. Amén.
(Beato Juan Pablo II)
DÍA QUINTO:
“volved, hijos apóstatas – oráculo del Yahvé- porque Yo Soy el vuestro Señor, Os iré recogiendo uno a uno de cada ciudad, y por parejas de cada familia, y os traeré a Sión. Os pondré pastores según mi corazón, que os den pasto de conocimiento y prudencia”
(Jeremías 3, 14-15)
REFLEXIÓN:
Señor Jesús, Tú eres nuestro PASTOR, y has suscitado en tu Iglesia pastores que nos conduzcan por los pastos del conocimiento y de la prudencia. Tú quieres que no falten hoy día, hombres y mujeres de fe, que consagren sus vidas al servicio del Evangelio y al cuidado de la Iglesia. Haz que el Espíritu Santo ilumine los corazones, y fortalezca las voluntades de tus fieles, para que, acogiendo tu llamada, lleguen a ser los Sacerdotes y diáconos, Religiosos, Religiosas y consagrados que tu pueblo necesita. La cosecha es abundante, y los operarios pocos. Envía Señor, operarios a tu mies. Amén.
PADRENUESTRO:
“Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre – venga a nosotros tu Reino – hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén”.
EL GLORIA:
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, es ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
COMPROMISO:
Hoy voy a pedir de manera especial por todos los Religiosos y Religiosas que trabajan por mi comunidad.
Leeré en oración el Salmo 30.
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