30/04/2015 11:48
ENTRE SERVIRSE Y SERVIR
(RV).- El cristiano está colocado en una historia
de pecado y de gracia, puesto siempre ante la alternativa de servir o de
servirse de los hermanos. Es uno de los conceptos que expresó el Papa Francisco
en su homilía de la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa
Marta.
HOMBRE Y MUJER DE HISTORIA ES EL
CRISTIANO
“La historia y el servicio”. En su homilía, el Papa
Bergoglio se detuvo sobre estos “dos rasgos de la identidad del cristiano”.
Y, ante todo, de la historia. San Pablo, San Pedro y
los primeros discípulos “no anunciaban a un Jesús sin historia: ellos
anunciaban a Jesús en la historia del pueblo, un pueblo que Dios ha hecho
caminar durante siglos para llegar” a la madurez, “a la plenitud de los
tiempos”. Dios entra en la historia y camina con su pueblo:
“El cristiano es un hombre y una mujer de historia,
porque no pertenece a sí mismo, está integrado en un pueblo, un pueblo que
camina. No se puede pensar en un egoísmo cristiano, no, esto no va. El
cristiano no es un hombre, una mujer espiritual de laboratorio, es un hombre,
es una mujer espiritual colocado en un pueblo, que tiene una historia larga y
sigue caminando hasta que el Señor vuelva”.
HISTORIA DE GRACIA Y DE PECADO
Es una “historia de gracia, pero también una
historia de pecado”:
“Cuántos pecadores, cuántos crímenes. También hoy
Pablo menciona al Rey David, santo, pero antes de llegar a ser santo fue un
gran pecador. Un gran pecador. Nuestra historia debe asumir a santos y
pecadores. Y mi historia personal, de cada uno, debe asumir nuestro pecado, el
propio pecado y la gracia del Señor que está con nosotros, acompañándonos en el
pecado para perdonar y acompañándonos en la gracia. No hay identidad cristiana
sin historia”.
SERVIR, NO SERVIRSE
El segundo rasgo de la identidad cristiana es el
servicio: “Jesús lava los pies a los discípulos invitándonos a hacer como él, es
decir servir:
“La identidad cristiana es el servicio, no el
egoísmo. ‘Pero padre, todos somos egoístas’. ¿Ah sí? Es un pecado, es un hábito
del que debemos desprendernos. Pedir perdón, que el Señor nos convierta.
Estamos llamados al servicio. Ser cristiano no es una apariencia o incluso una
conducta social, no es un poco maquillarse el alma, para que sea un poco más
bella. Ser cristiano es hacer lo que ha hecho Jesús: servir”.
El Papa concluyó su homilía invitando a plantearnos
la siguiente pregunta: “¿En mi corazón qué es lo que más hago? ¿Me
hago servir por los demás, me sirvo de los demás, de la comunidad, de la
parroquia, de mi familia, de mis amigos, o sirvo, estoy al servicio de…?”.
(María
Fernanda Bernasconi - RV).
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