EL
PONTIFICIO CONSEJO «JUSTICIA Y PAZ» Y LA PONTIFICIA ACADEMIA DE CIENCIAS
SOCIALES han patrocinado el ENCUENTRO MUNDIAL DE MOVIMIENTOS POPULARES que tuvo
lugar en Roma del 27 al 29 octubre de 2014.
En
el discurso que el Santo Padre pronunció en el Aula Vieja del Sínodo la mañana
del martes 28 de octubre, dirigiéndose a los participantes y a sus movimientos,
les compartió afectuosamente:
“Yo los acompaño de corazón en ese camino”.
Con este mismo espíritu, el PONTIFICIO CONSEJO «JUSTICIA Y PAZ» Y LA PONTIFICIA
ACADEMIA DE CIENCIAS SOCIALES se congratulan por la publicación de la DECLARACIÓN
FINAL que ha sido aprobada de manera unánime por los representantes de los
movimientos, durante la última sesión del mencionado Encuentro.
DECLARACION
FINAL ENCUENTRO MUNDIAL MOVIMIENTOS POPULARES
En
el marco de la finalización del EMMP, queremos hacer llegar a la opinión
pública un breve resumen de lo que sucedió durante estos tres históricos días.
1.
Convocado
por el PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ, LA ACADEMIA PONTIFICIA DE LAS
CIENCIAS SOCIALES y diversos movimientos populares del mundo bajo la
inspiración del Papa Francisco una delegación de más de 100 dirigentes sociales
de todos los continentes nos reunimos en Roma para debatir en base a tres ejes
–tierra, trabajo, vivienda– los grandes problemas y desafíos que enfrenta la
familia humana (especialmente exclusión, desigualdad, violencia y crisis
ambiental) desde la perspectiva de los pobres y sus organizaciones.
2.
Las jornadas se desarrollaron intentando
practicar la Cultura del Encuentro e integrando compañeros, compañeras, hermanos
y hermanas, de distintos continentes, generaciones, oficios, religiones, ideas
y experiencias. Además de los sectores representativos de los tres ejes
principales del encuentro, participaron un importante número de obispos y
agentes pastorales, intelectuales y académicos, que contribuyeron
significativamente al encuentro pero siempre respetando el protagonismo de los
sectores y movimientos populares. El Encuentro no estuvo exento de tensiones
que pudimos asumir colectivamente como hermanos.
3.
En
primer lugar, siempre desde la perspectiva de los pobres y los pueblos pobres,
en este caso de los campesinos, trabajadores sin derechos y habitantes de
barrios populares (villas, favelas, chabolas, slums), se analizaron las causas
estructurales de la desigualdad y la exclusión, desde su raigambre sistémica
global hasta sus expresiones locales. Se compartieron las cifras horrorosas de
la desigualdad y la concentración de la riqueza en manos de un puado de
megamillonarios. Los panelistas y oradores coincidieron en que debe buscarse en
la naturaleza inequitativa y depredatoria del sistema capitalista que pone el
lucro por encima del ser humano la raíz de los males sociales y ambientales. El
enorme poder de las empresas trasnacionales que pretenden devorar y privatizarlo
todo –mercancías, servicios, pensamiento– son primer violín de esta sinfonía de
la destrucción.
4.
Durante
el trabajo en talleres se concluyó que el acceso pleno, estable, seguro e
integral a la tierra, el trabajo y la vivienda constituyen derechos humanos
inalienables, inherentes a las personas y su dignidad, que deben ser
garantizados y respetados. La vivienda y el barrio como un espacio inviolable
por Estados y corporaciones, la tierra como un bien común que debe ser
compartido entre todos los que la trabajan evitando su acaparamiento y el
trabajo digno como eje estructurador de un proyecto de vida fueron algunos de
los reclamos compartidos.
5.
También
abordamos el problema de la violencia y la guerra, una guerra total o como dice
Francisco, una tercera guerra mundial en cuotas. Sin perder de vista el
carácter global de estos problemas, se trató con particular intensidad la
situación en Medio Oriente, principalmente la agresión contra el pueblo
palestino y kurdo. La violencia que desatan las mafias del narcoterrorismo, el
tráfico de armas y la trata de personas fueron también objeto de profundo
debate. Los desplazamientos forzados por la violencia, el agronegocio, la
minería contaminante y todas las formas de extractivismo, y la represión sobre
campesinos, pueblos originarios y afrodecendientes estuvieron presentes en
todos los talleres. También el grave problema de los golpes de estado como en
Honduras y Paraguay y el intervencionismo de grandes potencias sobre los países
más pobres.
6.
La
cuestión ambiental estuvo presente en un rico intercambio entre la perspectiva
académica y la popular. Pudimos conocer los datos más recientes sobre
contaminación y cambio climático, las predicciones sobre futuros desastres
naturales y las pruebas científicas de que el consumismo insaciable y la
práctica de un industrialismo irresponsable que promueve el poder económico
explica la catástrofe ecológica en ciernes. Debemos combatir la cultura del
descarte y aunque sus causas son estructurales, nosotros también debemos promover
un cambio desde abajo en los hábitos y conductas de nuestros pueblos
priorizando los intercambios al interior de la economía popular y la
recuperación de lo que este sistema deshecha.
7.
Nuevamente,
pudimos concluir que la guerra y la violencia, la agudización de los conflictos
étnicos y la utilización de la religión para la legitimación de la violencia,
así como la desforestación, el cambio climático y la pérdida de la
biodiversidad, tiene su principal motor en la búsqueda incesante del lucro y la
pretensión criminal de subordinar a los pueblos más pobres para saquear sus
riquezas naturales y humanas. Consideramos que la acción y las palabras de los
movimientos populares y la Iglesia son imprescindibles para frenar este
verdadero genocidio y terricidio.
8.
Particular
atención merece la situación de las mujeres particularmente golpeadas por este
sistema. Reconocemos en esa realidad la urgente necesidad de un compromiso
profundo y serio con esa causa justa e histórica de todas nuestra compañeras,
motor de luchas, procesos y propuestas de vida, emancipatorias e inspiradoras.
También exigimos la finalización de la estigmatización, descarte y abandono de
los niños y jóvenes, especialmente los pobres, afrodecendientes y migrantes. Si
los niños no tienen infancia, si los jóvenes no tienen proyecto, la Tierra no
tiene futuro.
9.
Lejos
de regodearnos en la autocompasión y los lamentos por todas estas realidades
destructoras, los movimientos populares, en particular los reunidos por este
Encuentro, reivindicamos que los excluidos, los oprimidos, los pobres no
resignados, organizados, podemos y debemos enfrentar con todas nuestras fuerzas
la caótica situación a la que nos ha llevado este sistema. En ese sentido, se
compartieron innumerables experiencias de trabajo, organización y lucha que han
permitido la creación de millones de fuentes de trabajo digno en el sector
popular de la economía, la recuperación de millones de hectáreas de tierra para
la agricultura campesina y la construcción, integración, mejoramiento o defensa
de millones de viviendas y comunidades urbanas en el mundo. La participación
protagónica de los sectores populares en el marco de democracias secuestradas o
directamente plutocracias es indispensable para las transformaciones que
necesitamos.
10. Teniendo en cuenta el especial
contexto de este encuentro y el invalorable aporte de la Iglesia Católica que
en cabeza del Papa Francisco permitió su realización, nos detuvimos para
analizar en el marco de nuestras realidades el imprescindible aporte de la
doctrina social de la iglesia y el pensamiento de su pastor para la lucha por
la justicia social. Nuestro material principal de trabajo fue la Evengelii
Gaudium que se abordó teniendo en cuenta la necesidad de recuperar pautas
éticas de conducta en la dimensión individual, grupal y social de la vida
humana. Es dable desatacar la participación e intervención de numerosos
sacerdotes y obispos católicos a lo largo de todo el Encuentro, viva
encarnación de todos aquellos agentes pastorales laicos y consagrados,
comprometidos con las luchas populares que, consideramos, deben ser reforzados
en su importante labor.
11. Todos y todas, muchos de nosotros
católicos, pudimos asistir a la celebración de una misa en la Basilica de San
Pedro celebrada por uno de nuestros anfitriones el Cardenal Peter Turkson donde
se presentaron como ofrendas tres símbolos de nuestros anhelos, carencias y
luchas: un carro de cartoneros, frutos de la tierra campesina y una maqueta de
una casilla típica de los barrios pobres. Contamos con la presencia de un
importante número de obispos de todos los continentes.
12. En este ambiente de debate apasionado
y fraternidad intercultural, tuvimos la inolvidable oportunidad de asistir a un
momento histórico: la participación del Papa Francisco en nuestro Encuentro que
sintetizó en su discurso gran parte de nuestra realidad, nuestras denuncias y
nuestras propuestas. La claridad y contundencia de sus palabras no admiten
dobles interpretaciones y reafirman que la preocupación por los pobres está en
el centro mismo del Evangelio. En coherencia con sus palabras, la actitud
fraterna, paciente y cálida de Francisco con todos y cada uno de nosotros, en
especial con los perseguidos, también expresa su solidaridad con nuestra lucha
tantas veces desvalorizada y prejuzgada, incluso perseguida, reprimida o
criminalizada.
13. Otro de los momentos importantes fue
la participación del hermano Evo Morales, presidente de la Asamblea Mundial de
los Pueblos Indígenas, que participó en carácter de dirigente popular y nos ofreció
una exposición centrada en la crítica al sistema capitalista y en todo lo que
podemos hacer los excluidos en términos de tierra, trabajo, vivienda, paz y
ambiente cuando nos organizamos y logramos acceder a posiciones de poder, pero
de un poder entendido como servicio y no como privilegio. Su abrazo con
Francisco nos emocionó y quedará por siempre en nuestra memoria.
14. Entre los productos inmediatos del
encuentro, nos llevamos dos cosas: la “Carta a los Movimientos Populares” para
trabajar con las bases de los sectores y movimientos populares, la cual nos
comprometemos a distribuir masivamente junto al Discurso del Papa Francisco y
las memorias; y la propuesta de crear un Espacio de Interlocución permanente
entre los movimientos populares y la Iglesia.
15. Junto a este breve comunicado, le
pedimos especialmente a todos los trabajadores y trabajadoras de prensa que nos
ayuden a difundir la versión completa del discurso del Papa Francisco que,
repetimos, sintetiza gran parte de nuestra experiencia, pensamiento y anhelos.
Repitamos junto al: ¡Tierra, Techo y Trabajo son derechos sagrados! ¡Ningún
trabajador sin derechos! ¡Ninguna familia sin viviendas! ¡Ningún campesino sin
tierra! ¡Ningún pueblo sin territorio! ¡Arriba los pobres que se organizan y
luchan por una alternativa humana a la globalización excluyente! ¡Larga vida al
Papa Francisco y su Iglesia pobre para los pobres!