Por la señal…
ACTO DE CONTRICIÓN:
Señor mío,
Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser Vos quien
sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido. Propongo firmemente nunca más volver a pecar y apartarme de todas las
ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que me fuere
impuesta. Ofrezco mi vida, obra y trabajos en satisfacción de todos mis
pecados. Y así confío en que por vuestra infinita bondad me has de conceder el
perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén
INVOCACIÓN.
Benignísima Madre de Misericordia Hija de Dios Padre,
Madre de Dios, Esposa del Espíritu Santo, Noble descanso de todos.
Vos sois en las cosas dudosas nuestra luz; en las tristes
das consuelo; en las angustias alivio; y en los peligros y tentaciones fiel
socorro.
Sois paraíso de gracia y espirituales dones.
Bienaventurados los que de veras os aman y sirven, y los que por santidad de
vida se hacen siervos y devotos nuestros, a vuestra piedad pues, recurro,
Reina
y Señora mía para
que me enseñéis, gobernéis y defendáis en todas las horas y momentos de mi vida
suplicándoos humildemente ahora me alcancéis de la Majestad Divina la gracia
que al presente os pido,
si conviniere para
bien de mi alma y si no conviene, vos, como Abogada mía, dirigid mi voluntad
sólo a lo que se honra y gloria de Dios y salvación de mi alma.
ORACIÓN PREPARATORIA
Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al
hijo que viene a Ti, lleno de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte
gracias por el gran don celestial de tu bendita
Medalla Milagrosa. Creo y espero
en tu Medalla, Madre mía del Cielo,
y la amo con todo mi corazón, y tengo la plena seguridad de que
no me veré desatendido. Amén
De las
manos de María Milagrosa, como de una fuente luminosa, brotaban en cascada los
rayos de luz. Y la Virgen explicó: "Es
el símbolo de las gracias que Yo derramo sobre cuantas personas me las
piden", haciéndome comprender -añade Santa Catalina- lo mucho que le
agradan las súplicas que se le hacen, y la liberalidad con que las atiende.
La Virgen
Milagrosa es la Madre de la divina gracia que quiere confirmar y afianzar
nuestra fe en su omnipotente y universal mediación.
¿Por qué,
pues, no acudir a Ella en todas nuestras necesidades?.
SUPLICAS.
Oh Madre del amor hermoso,
purísima María, por la manifestación de vuestra santa Medalla, inflamad
nuestros corazones en el amor divino, para que insensibles a las cosas
terrenas, solo suspiren por las celestiales y eternas.
Dios te salve, María, etc.
Oh refugio de pecadores,
poderosísima María, por la manifestación de vuestra Santa Medalla, tened piedad
de
nuestras culpas y miserias y
alcanzadnos la gracia de
morir antes que pecar.
Dios te salve, María, etc.
Oh puerta del paraíso, dulcísima
María, por la manifestación de vuestra santa Medalla, concedednos la
perseverancia en el bien morir santamente y participar de vuestra gloria en los
cielos.
Dios te salve, María, etc.
OFRECIMIENTO.
Oh Milagrosa Virgen María, Madre
de Dios y Madre nuestra, prosternados a vuestras plantas os encomendamos
nuestros corazones, nuestros afectos, nuestros intereses, la salud de nuestros
cuerpos, la salvación de nuestras almas, la paz de nuestras familias y el
bienestar de nuestro pueblo. Velad por nosotros desde los cielos, apartadnos de
todo peligro, endulzad nuestros pesares, santificad nuestros trabajos y
colmadnos de vuestras gracias y virtudes, oh siempre Virgen y siempre Madre y
siempre buena, María.
V. Oh María sin pecado concebida
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
ORACIÓN FINAL
Jesús, Dios nuestro, que quisiste
esclarecer a
Tu Bienaventurada Madre, la
Virgen María, Inmaculada
ya desde su origen, con multitud
de milagros:
Concédenos que por la invocación constante de su
patrocinio consigamos las eternas alegrías del cielo.
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