Sur de
Samar Oriental, en Filipinas. Foto: International
Organization for Migration. (CC BY-NC-ND 2.0)
ROMA, 18
Nov. 13 / 12:05 am (ACI/EWTN Noticias).-
Hace unos
días el Papa Francisco recibió y reconfortó en el Vaticano a los familiares de
19 víctimas que perecieron en el terrible tifón “Haiyan”, que provocó la muerte
a miles de personas y arrasó la ciudad de Nassiriya en Filipinas el pasado 7 de
noviembre.
Según informó el 14 de noviembre L’Osservatore Romano, los familiares eran algunos de los heridos y supervivientes del tifón, quienes llegaron al Vaticano junto al Capellán filipino Mariano Asunis, quien prestó su ayuda durante los primeros días de la catástrofe.
El grupo estuvo compuesto por 140 personas incluyendo al sacerdote italiano Mons. Santo Marcianò, quien quiso “abrazar a estas personas que sufren y que buscan en la fe el sentido a un dolor imposible de eliminar”, explicó.
“Son personas que, precisamente en el sacrificio de sus seres queridos, están redescubriendo el gran valor y el sentido mismo de la vida, y que por esta razón quisieron venir a encontrar al Papa”, añadió.
Al final de la audiencia, el Papa Francisco también recibió a más de tres mil miembros de la asociación italiana de personas con enfermedades raras, quienes llegaron a la Plaza de San Pedro liderados por el Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, Mons. Zygmunt Zimowski.
La asociación pidió al Papa su apoyo en su batalla por la vida y por vencer “la escasa atención política y el peso de la burocracia”, expresaron.
Entre las decenas de personas enfermas a las que abrazó el Santo Padre, también se encontraba Asan Awad, un niño israelí afectado por un tumor en el cerebro.
Según informó el 14 de noviembre L’Osservatore Romano, los familiares eran algunos de los heridos y supervivientes del tifón, quienes llegaron al Vaticano junto al Capellán filipino Mariano Asunis, quien prestó su ayuda durante los primeros días de la catástrofe.
El grupo estuvo compuesto por 140 personas incluyendo al sacerdote italiano Mons. Santo Marcianò, quien quiso “abrazar a estas personas que sufren y que buscan en la fe el sentido a un dolor imposible de eliminar”, explicó.
“Son personas que, precisamente en el sacrificio de sus seres queridos, están redescubriendo el gran valor y el sentido mismo de la vida, y que por esta razón quisieron venir a encontrar al Papa”, añadió.
Al final de la audiencia, el Papa Francisco también recibió a más de tres mil miembros de la asociación italiana de personas con enfermedades raras, quienes llegaron a la Plaza de San Pedro liderados por el Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, Mons. Zygmunt Zimowski.
La asociación pidió al Papa su apoyo en su batalla por la vida y por vencer “la escasa atención política y el peso de la burocracia”, expresaron.
Entre las decenas de personas enfermas a las que abrazó el Santo Padre, también se encontraba Asan Awad, un niño israelí afectado por un tumor en el cerebro.
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