ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Por la señal…
ACTO DE CONTRICIÓN:
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y
Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me
pesa de todo corazón haberos ofendido. Propongo firmemente nunca más volver a
pecar y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta. Ofrezco mi vida, obra y trabajos en
satisfacción de todos mis pecados. Y así confío en que por vuestra infinita
bondad me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida
eterna. Amén.
Jaculatoria:
¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
INVOCACIÓN.
Acordaos, oh piadosísima Virgen
María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra
protección, implorado vuestro socorro y reclamado vuestra asistencia haya sido
abandonado de Vos. Con esta confianza a Vos corremos, oh Virgen de las
vírgenes; y. gimiendo bajo el peso de nuestros pecados, nos postramos a
vuestros pies. Oh Madre del Verbo, no despreciéis nuestras súplicas, antes bien
escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
En su primera aparición, la Virgen Milagrosa enseñó a
Santa Catalina la manera como había de portarse en las penas
y tribulaciones que se
avecinaban.
"Venid al pie de este altar -decíale la celestial Señora-,
aquí se distribuirán las gracias sobre cuantas personas las pidan
con confianza y fervor, sobre grandes y pequeños."
Que la Virgen de la santa medalla y Jesús del sagrario sean siempre luz,
fortaleza y guía de nuestra vida.
SUPLICAS.
Oh Madre del amor hermoso, purísima María, por la manifestación de vuestra santa Medalla, inflamad nuestros corazones en el amor divino, para que insensibles a las cosas terrenas, solo suspiren por las celestiales y eternas.
Dios te salve, María, etc.
Oh refugio de pecadores,
poderosísima María, por la manifestación de vuestra santa Medalla, tened piedad
de
nuestras culpas y miserias y
alcanzadnos la gracia de
morir antes que pecar.
Dios te salve, María, etc.
Oh puerta del paraíso, dulcísima
María, por la manifestación de vuestra santa Medalla, concedednos la
perseverancia en el bien morir santamente y participar de vuestra gloria en los
cielos.
Dios te salve, María, etc.
OFRECIMIENTO.
Oh Milagrosa Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, prosternados a vuestras plantas os encomendamos nuestros corazones, nuestros afectos, nuestros intereses, la salud de nuestros cuerpos, la salvación de nuestras almas, la paz de nuestras familias y el bienestar de nuestro pueblo. Velad por nosotros desde los cielos, apartadnos de todo peligro, endulzad nuestros pesares, santificad nuestros trabajos y colmadnos de vuestras gracias y virtudes, oh siempre Virgen y siempre Madre y siempre buena, María.
V. Oh María sin pecado concebida
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
ORACIÓN FINAL
Jesús, Dios nuestro, que quisiste esclarecer a
Tu Bienaventurada Madre, la
Virgen María, Inmaculada
ya desde su origen, con multitud
de milagros:
Concédenos que por la invocación
constante de su patrocinio consigamos las eternas alegrías del cielo.
Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén.
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