El Papa Francisco celebra la Misa matutina en la
Capilla de la Casa de Santa Marta - OSS_ROM
19/02/2015 13:03
(RV).- En cada circunstancia de la vida, el
cristiano debe elegir a Dios y no dejarse desviar por hábitos que lo llevan
lejos de Él. Lo afirmó el Papa Francisco al comentar las lecturas del día
durante la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
Elegir a Dios, elegir el bien, para no ser un
fracasado con éxito. Elogiado sí, por la masa pero al final sólo un adorador de
“pequeñas cositas que pasan”. En el centro de la liturgia y, por tanto, de la
reflexión del Papa, se destaca el pasaje de la Biblia en que Dios dice a
Moisés: “Mira, yo pongo hoy ante ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Hoy,
por tanto, yo te mando que ames al Señor, tu Dios, que camines por sus
caminos”.
SEGUIDORES DE DIOSES QUE NO CUENTAN
La elección de Moisés – afirmó Francisco – es la
que el cristiano debe hacer cada día. Y es una elección difícil. “Es más
fácil – reconoció el Papa – vivir dejándose llevar por la inercia
de la vida, de las situaciones, de las costumbres”. Es más fácil, en el fondo,
convertirse en servidor de “otros dioses”:
“Elegir entre Dios y los otros dioses, aquellos que
no tienen el poder de darnos nada, sólo pequeñas cositas que pasan. Y no es
fácil elegir, nosotros tenemos siempre esta costumbre de ir un poco donde va la
gente, un poco como todos. Como todos. Todos y nadie. Y hoy la Iglesia nos
dice: ‘Pero, ¡detente! Detente y elige’. Es un buen consejo. Y hoy nos hará
bien detenernos y durante la jornada pensar un poco: ¿cómo es mi estilo de
vida? ¿Por cuáles calles camino?”.
MONUMENTO A LOS FRACASADOS
Y junto a esta pregunta, excavar más a fondo –
prosiguió diciendo el Papa Bergoglio – y preguntarnos también cuál es
nuestra relación con Dios, con Jesús. La relación con los padres, los hermanos,
la esposa o el marido, los hijos. A continuación, el Santo Padre pasó a
considerar el Evangelio del día, cuando Jesús explica a los discípulos que un
hombre “que gana el mundo entero, pero pierde o se arruina a sí mismo” no
obtiene ninguna “ventaja”:
“Un camino equivocado es el de buscar siempre el
propio éxito, los propios bienes, sin pensar en el Señor, sin pensar en la
familia. Estas dos preguntas: ¿cómo es mi relación con Dios, cómo es mi
relación con la familia? Y uno puede ganar todo, pero al final, convertirse en
un fracasado. Ha fracasado. Esa vida es un fracaso. ‘Pero no, le han hecho un
monumento, le han pintado un cuadro…”. Pero has fracasado: no has sabido elegir
bien entre la vida y la muerte”.
NO ELEGIMOS SOLOS
Preguntémonos – insistió el Papa – cuál es “la
velocidad de mi vida”, si “reflexiono sobre las cosas que hago”. Y pidamos a
Dios la gracia de tener ese “pequeño valor” necesario para elegirlo cada vez.
Nos ayudará – concluyó Francisco – el “consejo tan bello” del Salmo
1:
“Bienaventurado el hombre que confía en el Señor”.
Cuando el Señor nos da este consejo – ‘¡Detente! Elige hoy, elige – no
nos deja solos. Está con nosotros y quiere ayudarnos. Sólo nosotros debemos
confiar, tener confianza en Él. ‘Bienaventurado el hombre que confía en el
Señor’. Hoy, en el momento en que nosotros nos detenemos a pensar en estas
cosas y tomar decisiones, elegir algo, sabemos que el Señor está con nosotros,
está junto a nosotros, para ayudarnos. Jamás nos deja ir solos, jamás. Está
siempre con nosotros. También en el momento de la elección está con nosotros”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
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