El AYUNO,
era una de las tres grandes obligaciones de la piedad judía. El antiguo pueblo
de Israel, en casos de ruptura o desviación de la trayectoria hacia Dios,
organizaba ayunos de reencuentro o conversión. Con Jesús no queda abolido, sino
restituido a su justo contexto. Se vuelve así a la enseñanza de los profetas:
liberar de la injusticia, de la opresión, de la miseria, es el ayuno agradable
a Yahvé.
La
prioridad absoluta la tiene el amor. El ayuno de Jesús se orienta en dirección
hacia los hombres: Si los hombres ayunan para ir al encuentro del Señor, Jesús
se prepara con ayuno para ir al encuentro de los hombres.
Salmo 109,24 - ayuno hasta debilitarse las
rodillas.
En arrepentimiento y para evitar castigo:
La ciudad
de Nínive ayuna colectivamente al escuchar la predicación de Jonás (Jonás 3,4-7)
"Volved
a mí de todo corazón, con ayuno, con llanto, con lamentos" (Joel 2,12)
En caso de peligro:
"En
cuanto a mí, me estuve en el Monte, como la primera vez, cuarenta días y
cuarenta noches, en ayuno. También esta vez me escucho Yahveh y renuncio a
destruirte". (Deuteronomio 10,10)
Saúl
ayunó ante la batalla con los filisteos (I Samuel 28, 20-22)
Ajab
ayunó al escuchar la profecía de desgracia pronunciada por Elías (I Reyes 21, 27)
Josafat
ayunó cuando las naciones le hicieron la guerra (II Crónicas 20, 3-4)
David
ayunó ante la persecución injusta. Ayuna y hace penitencia (Salmo 35,13)
Ante la
amenaza de Nabucodonosor, los Israelitas ofrecen alabanzas, intercesión,
penitencia y ayuno. El Señor oyó sus voces y vio su angustia. (Judit 4, 9-15)
Ester
dice a Mardoqueo: "vete a reunir a todos los judíos que hay en Susa y
ayunad por mi. No comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo
y mis siervas ayunaremos. Y así, a pesar de la ley, me presentare ante el rey;
y si tengo que morir, moriré". (Ester 4,16 )
(Ester va
a ir ante el rey a defender a su pueblo que estaba condenado a morir.
Va a desenmascarar al enemigo. Pareciera la
petición de la Virgen en Fátima,
se
aparece con una estrella en su vestido. Ester: estrella)
Ante decisiones y actos importantes:
Moisés
está cuarenta días y cuarenta noches, si comer pan, ni beber agua. Y escribió
las nuevas tablas de la ley. (Éxodo 34,28)
Mientras
estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo:
«Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.»
Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les
enviaron. (Hechos 13, 2-3)
"Designaron
presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los
encomendaron al Señor en quien habían creído". (Hechos 14,23)
En la batalla contra el demonio
"Esta
clase de demonio solo puede ser expulsado por la oración y el ayuno" (Marcos
9, 29)
El beneficio del ayuno en la batalla se deduce también de
estos pasajes:
"Ahora
me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne
lo que falta a las tribulaciones
de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia" (Colosenses 1, 24)
"Los
atletas se privan de todo y eso por una corona corruptible, nosotros, en
cambio, por una incorruptible." (1
Corintios 9, 25)
"Pues
la carne tiene apetencias contrarias al espíritu y el espíritu contrarias a la
carne, como entre si antagónicos, de forma que no hacéis lo que
quisierais" (Galatas 5, 17)
En caso de duelo:
Los
hombres de Yabes de Galaad ayunaron por siete días después de enterrar a Saúl y
sus hijos (I Samuel 31,13)
David
ayunó al conocer la muerte de Saúl y Jonatán (II Samuel 1, 12) y al enterarse que Abner
había muerto (II Samuel 3, 35)
Después de un desastre:
Los
israelitas ayunaron cuando fueron derrotados por los benjamitas (Jueces 20, 26)
El
profeta Joel proclama el ayuno público tras una plaga. (Joel 1, 14)
Día de expiación
Era día
anual de ayuno para los israelitas. (Levítico 16, 29-30) "ayunareis. Porque en ese día se hará
expiación por vosotros para purificaros". Además de ese día, los
reyes o profetas podían llamar a un día especial de ayuno.
Después
de la destrucción del Templo y del exilio en Babilonia se instituyeron al menos
cuatro días de ayuno: el ayuno en el cuarto mes (el día noveno de Tammuz,
cuando las murallas de Jerusalén fueron tomadas por los babilonios); el ayuno
del quinto mes (cuando el Templo fue incendiado del séptimo al décimo día del
mes); el ayuno del séptimo mes (en memoria del asesinato de Guedalías en el año
nuevo) (Jeremías 41, 1-2);
y el ayuno del décimo mes (el noveno día
cuando Jerusalén fue sitiado por los Babilonios (Zacarías 8,19).
Ayuno personal
Los
salmos invitan frecuentemente al ayuno personal en ocasiones de dificultad:
Salmos
35, 69, 109. También en Daniel 9,3s.; 10,3; Esdras 10,6; Nehemías 1,4.
La
práctica del ayuno era frecuente en el judaísmo del primer siglo y aparece en
el Nuevo Testamento, especialmente con los discípulos de Juan Bautista (Marcos
2,18).
Jesús
ayunaba (Mateo 4) y
su
advertencia a no manipular esta práctica para atraer atención (Mateo 6,17);
Lc 18,12) no debe interpretarse como un
rechazo.
Como los
profetas, Jesús enfatizó la contrición y el arrepentimiento como la esencia del
ayuno.
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