¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

miércoles, 25 de marzo de 2015

LA FAMILIA OCUPA UN PUESTO CENTRAL, EL PAPA EN SU CATEQUESIS, Texto completo de la Catequesis del Papa ORACIÓN PARA EL SÍNODO SOBRE LA FAMILIA

 Miles de fieles y peregrinos asistieron a la última audiencia general de marzo para escuchar y rezar con el Papa a pesar de la lluvia - REUTERS
25/03/2015 10:05
(RV).- En su catequesis de la audiencia general, celebrada el cuarto y último miércoles de marzo, en coincidencia con la fiesta de la Anunciación, el Papa Francisco propuso un momento de oración a los miles de fieles y peregrinos que a pesar de la lluvia se habían dado cita en la Plaza de San Pedro.

Al recordar la visita a María del Arcángel Gabriel, que le anuncia que concebirá y dará a luz al Hijo de Dios, el Obispo de Roma explicó que con este anuncio, el Señor ilumina y refuerza la fe de la Virgen, como hará luego con su esposo, José, para que Jesús nazca y sea acogido en el calor de una familia.

Teniendo en cuenta que en muchos países se celebra la Jornada por la Vida, en el 20º aniversario de la promulgación de la Evangelium vitae, la encíclica de San Juan Pablo II sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana, en la que – como dijo el Papa – la familia ocupa un puesto central, Francisco destacó que desde el principio, Dios bendijo al hombre y a la mujer para que formaran una comunidad de amor para transmitir la vida. 

También recordó que en el sacramento del matrimonio, los esposos cristianos se comprometen con esta bendición durante toda la vida; y la Iglesia, por su parte, se obliga a no abandonar a la nueva familia, ni siquiera cuando ésta se aleje o caiga en el pecado, llamándola siempre a la conversión y a la reconciliación con el Señor.
Por eso –  dijo también el Santo Padre –  la Iglesia necesita una oración llena de amor por la familia y por la vida. De ahí su propuesta de rezar insistentemente por el próximo Sínodo de los Obispos, sobre la familia, para que la Iglesia esté cada vez más comprometida y más unida en su testimonio del amor y la misericordia de Dios con todas las familias.
(María Fernanda Bernasconi - RV).

Texto completo de la Catequesis del Papa
ORACIÓN PARA EL SÍNODO SOBRE LA FAMILIA

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Buenos días pero no una linda jornada ¿eh?
Hoy la audiencia se lleva a cabo en dos lugares diferentes, como hacemos cuando llueve: ustedes aquí en la plaza, y muchos enfermos en el Aula Pablo VI que siguen la audiencia a través de las pantallas gigantes. Ahora, como un gesto de fraternal cortesía, los saludamos con un aplauso. ¡Y no es fácil aplaudir con el paraguas en la mano! ¿Eh?

En nuestro camino de catequesis sobre la familia, hoy es una etapa un poco especial: será una pausa de oración.

El 25 de marzo, de hecho, en la Iglesia celebramos solemnemente la Anunciación, el inicio del misterio de la Encarnación. El Arcángel Gabriel visita la humilde muchacha de Nazaret y le anuncia que concebirá y dará a luz al Hijo de Dios. Con este anuncio, el Señor ilumina y fortalece la fe de María, como luego hará también con su esposo José, para que Jesús pueda nacer en una familia humana. Esto es muy bello: nos muestra que profundo es el misterio de la Encarnación, así como Dios lo ha querido, que comprende no solamente la concepción en el vientre de la madre, sino también la acogida en una verdadera familia. Hoy me gustaría contemplar con ustedes la belleza de este vínculo. La belleza de esta condescendencia de Dios; y podemos hacerlo recitando juntos el Ave María, que en la primera parte retoma precisamente las mismas palabras del Ángel, aquellas que le dirigió a la Virgen. Oremos juntos:

«Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahorade nuestra muerte. Amén»

Y ahora un segundo aspecto: el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación, en muchos países se celebra la Jornada por la Vida. Por ello, veinte años atrás, San Juan Pablo II en esta fecha firmó la Encíclica Evangelium vitae. Para conmemorar este aniversario hoy están presentes en la Plaza muchos adherentes del Movimiento por la Vida. En la Evangelium Vitae la familia ocupa un lugar central, en cuanto es el seno de la vida humana. La palabra de mi venerado Predecesor nos recuerda que la pareja humana ha sido bendecida por Dios desde el principio para formar una comunidad de amor y de vida, a la que ha sido confiada la misión de la procreación. Los esposos cristianos, celebrando el sacramento del matrimonio, se vuelven disponibles para honrar esta bendición, con la gracia de Cristo, para toda la vida. La Iglesia, por su parte, se compromete solemnemente a cuidar a la familia que nace, como un don de Dios para su propia vida, en las buenas y en las malas: el vínculo entre la Iglesia y la familia es sagrado e inviolable. La Iglesia, como madre, nunca abandona la familia, aun cuando esta está abatida, herida y mortificada de tantas maneras. Ni siquiera cuando cae en el pecado, o se aleja de la Iglesia; siempre hará de todo para tratar de curarla y de sanarla, para invitarla a la conversión y para reconciliarla con el Señor.

Y bien, si esta es la tarea, es claro cuánta oración necesita la Iglesia para ser capaz, en todo tiempo, de cumplir esta misión. Una oración llena de amor por la familia y por la vida. Una oración que sabe regocijarse con los que gozan y sufrir con los que sufren.

He aquí entonces lo que junto con mis colaboradores, hemos pensado proponerles hoy: renovar la oración para el Sínodo de los Obispos sobre la familia. Relanzamos este compromiso hasta el próximo octubre, cuando tendrá lugar la Asamblea sinodal ordinaria dedicada a la familia. Quisiera que esta oración, al igual que todo el camino sinodal, esté animada por la compasión del Buen Pastor por su rebaño, especialmente por las personas y familias que por diversos motivos están «cansadas y abatidas, como ovejas que no tienen pastor» (Mt 9,36). Así, sostenida y animada por la gracia de Dios, la Iglesia podrá estar aún más comprometida y más unida, en el testimonio de la verdad del amor de Dios y de su misericordia por las familias del mundo, ninguna excluida, tanto dentro como fuera del redil.

Les pido que por favor no hagan faltar su oración. Todos - el Papa, Cardenales, Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos - todos estamos llamados a rezar por el Sínodo. De esto hay necesidad, ¡no de habladurías! Invito a rezar también a cuantos se sienten alejados, o que ya no están acostumbrados a hacerlo. Esta oración por el Sínodo sobre la familia es por el bien de todos. Sé que esta mañana les entregaron una estampita, y que la tienen entre sus manos. Tal vez estará un poco mojada… Los invito a conservarla y llevarla con ustedes, para que en los próximos meses puedan recitarla a menudo, con santa insistencia, como Jesús nos ha pedido. Ahora la rezamos juntos:

Jesús, María y José,
en ustedes contemplamos
el esplendor del amor verdadero,
a ustedes nos dirigimos con fe.
Santa Familia de Nazaret
hagan nuestras familias
lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más en las familias haya
violencia, cerrazón y división:
quienquiera haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.
Santa Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
pueda volver a despertar en todos la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchen, atiendan nuestra súplica. Amén.

Traducción del italiano: Griselda Mutual, RV

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