2015-03-05
El Papa Francisco volvió a reflexionar sobre la ancianidad ante los
participantes de la Asamblea General de la Pontificia Academia por la
Vida.
Dijo que lo primero que necesitan los ancianos enfermos es que su
familia les cuide. Su cariño, señaló, no puede ser sustituido por nadie, ni
siquiera, por los mejores médicos.
FRANCISCO
"La
persona humana será siempre un bien precioso aunque esté marcada por la
ancianidad y la enfermedad. La persona, de hecho, es un bien en sí mismo y para
los demás y es amada por Dios”.
Francisco dijo que "la enfermedad más
grave” y la "injusticia más grande” que puede sufrir un anciano
es el abandono. Los hijos les deben la transmisión de tantas enseñanzas.
FRANCISCO
"Por
eso cuando su vida se vuelve frágil y se acerca el fin de su existencia
terrena, sentimos la responsabilidad de asistirlo y acompañarlo del mejor
modo”.
El Papa concluyó advirtiendo que en la actualidad la "lógica de la
utilidad” prevalece a la lógica de la solidaridad y la gratuidad incluso dentro
de las familias.
Se trata de un concepto que ya había subrayado en la catequesis de la
audiencia general el miércoles. Allí Francisco dijo que una sociedad que
abandona a los ancianos lleva consigo "el virus de la muerte”.
Entre los asistentes estaba Birthe Bringsted la mujer del descubridor del Síndrome de Down, el médico e
investigador francés Jérôme Lejeune.
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