30 de
septiembre, 2013. (Romereports.com)
El Papa Francisco pidió durante la homilía de
la Misa en Casa Santa Marta evitar la tentación de caer en el
'funcionalismo' e intentar buscar en todo la eficacia. Por eso pidió tener
siempre en cuenta a niños y ancianos: los ancianos con sus consejos son la
memoria de los pueblos y los niños son la promesa del futuro.
PAPA
FRANCISCO
“Yo lo
entiendo, los discípulos querían la eficacia, querían que la Iglesia fuese
adelante sin problemas y esto puede convertirse en una tentación para la
Iglesia: ¡La Iglesia del funcionalismo! ¡La Iglesia bien organizada! ¡Todo
preparado, pero sin memoria y sin promesa! Esta Iglesia, así, no funcionará:
será la Iglesia de la lucha por el poder, será la Iglesia de los celos entre
los bautizados y muchas otras cosas que ocurren cuando no hay ni memoria ni
promesa”.
El Papa
explicó que la paz y la alegría que se percibe en los niños y en los
ancianos son la verdadera señal de la presencia de Dios en la sociedad.
EXTRACTO
DE LA HOMILIA
(Fuente:
Radio Vaticana)
"El
futuro del un pueblo está precisamente aquí y aquí: en los ancianos y en los
niños. Un pueblo que no cuida de sus ancianos y de sus niños no tiene futuro,
¡porque no tendrá memoria y no tendrá promesa! ¡Los ancianos y los niños son el
futuro de un pueblo! Es muy común dejarlos de lado. A los niños tranquilizarlos
con un caramelo, con un juego: 'haz, haz, ve, ve' Y los ancianos no dejarlos
hablar, despreciar sus consejos: 'Son ancianos, pobrecillos...'".
“Yo lo
entiendo, los discípulos querían la eficacia, querían que la Iglesia fuese
adelante sin problemas y esto puede convertirse en una tentación para la
Iglesia: ¡La Iglesia del funcionalismo! ¡La Iglesia bien organizada! ¡Todo
preparado, pero sin memoria y sin promesa! Esta Iglesia, así, no funcionará:
será la Iglesia de la lucha por el poder, será la Iglesia de los celos entre
los bautizados y muchas otras cosas que ocurren cuando no hay ni memoria ni
promesa”.
“Es bello
esto que el profeta nos dice de la vitalidad de la Iglesia. Él no nos dice yo
estaré con vosotros y cada semana tendréis un documento para pensar; cada mes
haremos una reunión para planificar y hacer bien las cosas, ese no es el signo
es necesario pero no es el signo de la presencia de Dios. La señal de la
presencia de Dios es esta, así dice el Señor: 'Ancianos y ancianas se sentarán
entonces en las plazas de Jerusalén, cada uno con el bastón en la mano por su
longevidad. Y las plazas de la ciudad, hormiguearán con niños y niñas que
jugarán sobre las plazas'. El juego nos hace pensar en alegría: en la alegría
del Señor. Y estos ancianos, sentados con el bastón en la mano, tranquilos nos
hacen pensar en la paz. Paz y alegría: este es el ambiente de la
Iglesia”.
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