¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

viernes, 25 de octubre de 2013

ORACIÓN DEL PAPA JUAN PABLO II A LA VIRGEN SANTÍSIMA POR LA SANTIFICIÓN DE LOS SACERDOTES



Oh María, Madre de Jesucristo y Madre de los Sacerdotes:
acepta este título con el que hoy te honramos para exaltar tu maternidad
y contemplar contigo el Sacerdocio de tu Hijo unigénito y de tus hijos,
oh Santa Madre de Dios.
Madre de Cristo, que al Mesías Sacerdote diste un cuerpo de carne por la unción del Espíritu Santo para salvar a los pobres y contritos de corazón: custodia en tu seno y en la Iglesia a los Sacerdotes, oh Madre del Salvador.
Madre de la fe, que acompañaste al templo al Hijo del hombre, en cumplimiento de las promesas hechas a nuestros Padres:
presenta a Dios Padre, para su gloria, a los Sacerdotes de tu Hijo,
 Oh Arca de la Alianza.
Madre de la Iglesia, que con los discípulos en el Cenáculo implorabas el Espíritu para el nuevo Pueblo y sus Pastores:
alcanza para el orden de los Presbíteros la plenitud de los dones,
Oh Reina de los Apóstoles.
Madre de Jesucristo, que estuviste con Él al comienzo de su vida y
de su misión, lo buscaste como Maestro entre la muchedumbre,
lo acompañaste en la cruz, exhausto por el sacrificio único y eterno,
y tuviste a tu lado a Juan, como hijo tuyo:
acoge desde el principio a los llamados al Sacerdocio,
 protégelos en su formación y acompaña a tus hijos en su vida y
en su ministerio, oh Madre de los Sacerdotes.
Amén.

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