(COMIENZA El 23 de
octubre para terminar el día de 1 de Nov y también se puede hacer por
nueve días seguidos en cualquier fecha)
Esta novena la
rezamos por nuestros difuntos o almas del Purgatorio, para que nuestras
oraciones y sufragios de buenas obras les aprovechen y lleguen pronto a unirse
con Dios en el cielo.
Recemos más por los difuntos. Ofrezcamos por ellos Misas, Comuniones, Ayudas a los pobres y otras buenas obras.
Los muertos no vienen a espantar a nadie, pero rezan y obtienen favores por quienes rezan por ellos.
Recemos más por los difuntos. Ofrezcamos por ellos Misas, Comuniones, Ayudas a los pobres y otras buenas obras.
Los muertos no vienen a espantar a nadie, pero rezan y obtienen favores por quienes rezan por ellos.
Cuando
una persona fallece en muchos países se le realiza un novenario al día
siguiente de su sepelio, donde acuden familiares y vecinos a orar por su alma
La
práctica de orar por los difuntos es antigua.
El libro 2º. de los Macabeos en la S. Biblia dice:
"Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios
por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46).
La Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por
los difuntos (Cuenta San Agustín que su madre Santa Mónica
lo único que les pidió al morir fue esto: "No se olviden de ofrecer
oraciones por mi alma").
San Gregorio Magno afirma: "Si
Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en
el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo.
Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin
perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y
limosnas por su eterno descanso".
De San Gregorio se
narran dos hechos interesantes.
El primero, que él ofreció 30 misas por el alma de un difunto, y después
el muerto se le apareció en sueños a darle las gracias porque por esas misas
había logrado salir del purgatorio.
Y el segundo, que un día estando celebrando la Misa, elevó San Gregorio
la Santa Hostia y se quedó con ella en lo alto por mucho tiempo. Sus ayudantes
le preguntaron después por qué se había quedado tanto tiempo con la hostia
elevada en sus manos, y les respondió: "Es que vi que mientras ofrecía la
Santa Hostia a Dios, descansaban las benditas almas del purgatorio".
Desde tiempos de San Gregorio (año 600) se ha popularizado mucho en la
Iglesia Católica la costumbre de ofrecer misas por el descanso de las benditas
almas.
La respuesta de San
Agustín: a este gran Santo le preguntó uno:
"¿Cuánto rezarán por mí
cuando yo me haya muerto?", y él le respondió:
"Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el
evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa
medida se empleará para darle a él".
Beato Juan Pablo II
“...la Iglesia no se detiene en el
umbral del cementerio, sino que va más allá, guiando y sosteniendo la esperanza
del Pueblo de Dios con la luz de las oraciones de sufragio, que pueden
establecer una mediación entre nosotros y las almas de los fieles difuntos.”
Beato Juan Pablo II
"El Apóstol San Pablo ora por
Onesíforo después de su muerte: "Que Dios, en aquel Día, le permita
alcanzar misericordia delante del Señor" (II Tim.1,16-18)
¡San Pablo como buen judío y Cristiano,
oró por un difunto!
Aún cuando este difunto
era comprobado un cristiano "
“Les hemos amado durante la vida,
no debemos abandonarlos, hasta que
que nuestras oraciones los hayan conducido hasta
la casa del Señor ”. San Ambrosio
no debemos abandonarlos, hasta que
que nuestras oraciones los hayan conducido hasta
la casa del Señor ”. San Ambrosio
“Los paganos deshojaban rosas y tejían
guirnaldas en honor de los difuntos. Nosotros debemos hacer más. “un cristiano”
-dice San Ambrosio- tiene mejores presentes. Cubrid de rosas, si queréis, los
mausoleos pero envolvedlos, sobre todo, en aromas de oraciones”.
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