ACTO DE CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad. Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto, te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia, que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar. "¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!". Amén.
De rodillas frente a la gran multitud de testigos celestiales me ofrezco, en alma y cuerpo, a Ti, Eterno Espíritu de Dios. Adoro la brillantez de tu Pureza, la inequívoca precisión de tu Justicia, y el poder de tu Amor. Tú eres la Fuerza y la Luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y soy. Deseo no contristarte nunca por la infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi corazón apartarme del mínimo pecado contra Ti. Misericordiosamente cuida de mi íntimo pensamiento y concédeme que pueda siempre observar tu Luz, escuchar tu Voz, y seguir las inspiraciones de tu gracia. Yo me aferro a Ti y me entrego a Ti y te pido, por tu Compasión, que me cuides en mi debilidad. Sosteniendo los pies traspasados de Jesús y viendo sus Cinco Llagas, y confiando en su Preciosa Sangre y adorando su Costado y su Corazón Abierto, te imploro, Adorable Espíritu, Ayuda de mi enfermedad, mantenme en tu gracia, que nunca peque contra Ti. ¡Dame la gracia, Oh Espíritu Santo, Espíritu del Padre y del Hijo, de decirte siempre que sí en todo tiempo y lugar. "¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!". Amén.
ORACIÓN A MARÍA
SANTÍSIMA PARA PEDIR ALGUNA GRACIA AL ESPÍRITU SANTO
¡Oh María, Hija humildísima
del Padre, Madre Purísima del Hijo, Esposa amadísima del Espíritu Santo! Yo te
amo y te ofrezco todo mi ser para que lo bendigas. Madre admirable, Consuelo
del que llora, Abogada dulcísima de los pecadores, ten piedad de todos aquellos
a quienes amo; y por tu Inmaculado Corazón, Sagrario de la Santísima Trinidad,
Asiento de tu poder, Trono de Sabiduría y Piélago de bondad, alcánzanos que el
Espíritu Santo forme en nuestro corazón un nido en que repose para siempre,
Alcánzame lo que con todo el
fervor de mi alma te pido, por los merecimientos de Jesús y los tuyos, si es
para Gloria de la Trinidad Santísima y bien de mi alma, ¡Virgen Santa, Esposa
del Espíritu Santo, acuérdate de que eres mi Madre! Amén.
ORACIÓN POR LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor.
Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor.
Concédeme el Espíritu de
Sabiduría para que
pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas
que son eternas, el Espíritu de
Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda
siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que pueda
llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos que se
opongan a mi salvación, el Espíritu de
Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer
en la perfección de la ciencia de los Santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios
dulce y amable, y el Espíritu de Temor
de Dios para que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que
tema en cualquier modo disgustarlo.
Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y
anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén.
OCTAVO DÍA
Dobla la voluntad y el corazón obstinado, funde lo que está helado,
calienta lo que está frío. Guía los pasos que se han desviado!
EL DON DE SABIDURÍA
Abarcando a todos los otros dones, como la
caridad abraza a todas las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de
los dones. De la Sabiduría está escrito: “todo
lo bueno vino a mí con Ella, y riquezas innumerables me llegaron a través de
sus manos”. Es el don de la Sabiduría el que fortalece nuestra fe,
fortifica la esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la
virtud en el más alto grado. La Sabiduría ilumina la mente para discernir y
apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra pierden su
sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a las
palabras del Salvador: “Toma tu cruz
y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.
ORACIÓN
Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las
cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas
sobre todo y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la
tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria, 7 veces.
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