1. Nos hacemos la señal
de la Cruz:
“Por la señal de la
Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor Dios Nuestro.
En el Nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
2. Nos ponemos en presencia de Dios y para que la oración llegue al Cielo,
pedimos humildemente perdón al Señor por nuestras faltas (silencio…) y decimos:
“Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón por haberos ofendido –
Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí – pero mucho más me
pesa – porque pecando ofendí a un Dios tan bueno – y tan grande como Vos. –
Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no
pecar más – y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén”.
3. Decimos: En el primer misterio
contemplamos… (nombramos el misterio que corresponde al día (*)
4.
Rezamos en la cuenta
grande un Padrenuestro:
“Padre nuestro, que
estás en el cielo, santificado sea tu Nombre – venga a nosotros tu Reino –
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada
día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén”.
5.
Rezamos en las
cuentas pequeñas diez Avemarías:
“Dios te salve,
María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas
las mujeres, – y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. – Santa María, Madre
de Dios, – ruega por nosotros pecadores – ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén”.
6.
Rezamos en la cuenta grande un Gloria:
“Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo – como era
en un principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén”.
7.
Finalizamos
el misterio diciendo:
“Oh Jesús mío,
perdona nuestras culpas, presérvanos del fuego del
infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más
necesitadas de tu misericordia”.
10. Continuamos rezando
de la misma forma el 2º, 3º, 4º y 5º misterio.
11. Al final del Santo Rosario
podemos decir la siguiente oración:
“Padre,
líbranos de todo mal – con tu Santa Sabiduría, Señor,
sálvanos de todo pecado. En nombre de todos cuantos te queremos, Señor,
llévanos por el camino del bien. Amén”.
(Esta oración la enseñó María del Rosario de
San Nicolás, y Ella promete que:
“El que reza esta oración nueve días
seguidos, acompañada con un Rosario, le concederé una gracia especial”)
12. Podemos
agregar al final una Salve a la Virgen, un Bendita sea tu pureza, un Padre
nuestro y tres Ave Marías para ganar las santas indulgencias y por las
intenciones del Santo Padre. Y si tenemos tiempo le hacemos un regalo a la
Virgen rezando las Letanías Lauretanas.
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