"Oh,
Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme
de salvación, a Ti queremos hoy consagrar nuestro matrimonio.
En estos tiempos
de gran batalla espiritual entre los valores familiares auténticos y la
mentalidad permisiva del mundo, te pedimos que Tu, Madre y Maestra, nos
muestres el camino verdadero del amor, del compromiso, de la fidelidad, del
sacrificio y del servicio.
Te pedimos que hoy, al consagrarnos a Ti, nos
recibas en tu Corazón, nos refugies en tu manto virginal, nos protejas con tus
brazos maternales y nos lleves por camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo,
Jesús.
Tu que
eres la Madre de Cristo, te pedimos nos formes y moldees, para que ambos seamos
imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo.
Tu que
eres Virgen y Madre, derrama sobre nosotros el espíritu de pureza de corazón,
de mente y de cuerpo.
Tu que
eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia y de
la santidad, y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos
las gracias ganadas por tu Hijo en la Cruz.
Tu que
eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con
obediencia y agradecimiento toda la Verdad revelada por Cristo en su Palabra y
en la Iglesia.
Tu que
eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros
recibamos las gracias de conversión, de amor, de paz, de comunicación, de
unidad y comprensión.
Tu que
eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa sobre nosotros,
y acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino
que nos hace falta.
Tu que
eres Corredentora, enséñanos a ser fieles, el uno al otro, en los momentos de
sufrimiento y de cruz. Que no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino
el bien del otro. Que nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios,
y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado.
En virtud
de la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús,
pedimos que nuestro matrimonio sea fortalecido en la unidad, en el amor, en la
responsabilidad a nuestros deberes, en la entrega generosa del uno al otro y a
los hijos que el Señor nos envíe.
Que nuestro hogar sea un santuario doméstico
donde oremos juntos y nos comuniquemos con alegría y entusiasmo. Que siempre
nuestra relación sea, ante todos, un signo visible del amor y la fidelidad. Te
pedimos, Oh Madre, que en virtud de esta consagración, nuestro matrimonio sea
protegido de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado
reine en nuestro hogar para que así Jesucristo sea amado y obedecido en nuestra
familia. Qué sostenidos por Su amor y Su gracia nos dispongamos a construir,
día a día, la civilización del amor: el Reinado de los Dos Corazones.
Amén.
Amén.
Madre Adela Galindo, Fundadora SCTJM
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