¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE CON APARICIONES, EMPERATRIZ DE AMÉRICA, PATRONA DE LAS VOCACIONES, 04 DE DICIEMBRE, SEGUNDO DÍA

ORACIÓN INICIAL

Oh Virgen de Guadalupe, Madre de Dios y Madre nuestra, que te dignaste hablar a tu siervo Juan Diego con estas tiernas palabras: “Hijito mío, que no se turbe tu corazón... No temas... ¿No estoy aquí Yo que soy tu Madre? ¡No estás acaso bajo mi protección y amparo?”  Llenos, pues de confianza con estas palabras venimos hoy a tus plantas para pedirte que nos concedas todas  las gracias que necesitamos y que deseamos obtener de tu bondad en esta novena.

REFLEXIÓN

El relato sencillo de las Apariciones de nuestra Señora de Guadalupe nos cuenta así el primer momento del encuentro de Juan Diego con la Virgen: “Cuando llegó a la cumbre del cerrito vio una  Señora que estaba allí de pie y  le dijo que se acercara.  Llegado a su presencia se maravilló mucho de su sobrehumana hermosura; su vestido era radiante como el sol; la roca sobre la que posaba sus pies semejaba una ajorca de piedras preciosas, y relumbraba la tierra como el arcoíris.  Entonces Ella con palabras muy dulces y llenas de ternura le dijo: ‘Pequeñito mío, Juan, óyeme, ¿a dónde vas?’ El respondió: ‘Señora y niña mía, tengo que llegar a tu casa de México Tlaltilolco, a seguir las cosas divinas, que nos dan y enseñan nuestros sacerdotes, delegados de nuestro Señor”.  

Estas palabras de Juan Diego tienen un gran mensaje para nosotros hoy. 
 ¿Nos preocupamos de “las cosas divinas y de la enseñanza religiosa”, como él? 
¿Amamos y respetamos a la Iglesia y a nuestros sacerdotes, como él?  Meditémoslo.

ACLAMACIONES A LA VIRGEN DE GUADALUPE

Aclamemos con amor a nuestra Madre de Guadalupe  pidiéndole  también  su ayuda:

-Bendita seas, oh Virgen de Guadalupe, porque nos regalaste tu propia imagen y quisiste quedarte con nosotros para ser nuestro modelo y conducirnos a Cristo, Camino, Verdad y Vida para todos los hombres.- Ave María.

-Bendita seas, oh Virgen de Guadalupe, porque quisiste quedarte en medio de nosotros para demostrarnos todo tu amor y compasión y ser nuestro auxilio y defensa en todas nuestras necesidades.- Ave María.

-Bendita seas, oh Virgen de Guadalupe, porque quisiste quedarte con nosotros para ser nuestra piadosa Madre, oír nuestros lamentos y remediar todas nuestras miserias, penas y dolores.-  Ave María.

SÚPLICA FINAL

Oh Virgen de Guadalupe, “Madre del verdadero Dios por quien se vive”, aquí estamos a tus pies para recordarte una vez más la gran promesa que hiciste a tu siervo Juan Diego de escuchar siempre nuestras súplicas y remediar todas nuestras necesidades.  Te rogamos pues, Madre nuestra, que seamos fieles a nuestra fe y la vivamos; que en cada uno de nosotros reine  siempre  Cristo  y  lo  sigamos;  que haya paz en nuestras familias; que puedan ver la eficacia de tu misericordia  todos  los  que, en  medio de  sus  sufrimientos, se encomiendan a Ti; que imitemos fielmente todas tus virtudes; que crezca constantemente nuestro amor y confianza en Ti; y que, por fin, nos alcances de Dios lo que especialmente queremos conseguir de tu bondad en esta  novena.   Así sea.


No hay comentarios:

Publicar un comentario