Puesto de rodillas delante de NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, hecha la
Señal de la Cruz, se dice el siguiente:
ACTO DE CONTRICCIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y
Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser vos quien sois, y porque os
amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. Propongo
enmendarme y confesarme a su tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de
mis pecados, y confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que me
perdonéis y me des gracia para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión
de mi Madre, nuestra Señora la Virgen de Guadalupe. Amén.
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Virgen
de Guadalupe, Madre de Dios y Madre nuestra, que te dignaste hablar a tu siervo
Juan Diego con estas tiernas palabras:
“Hijito mío, que no se turbe tu corazón... No
temas... ¿No estoy aquí Yo que soy tu Madre? ¡No estás acaso bajo mi protección
y amparo?” Llenos, pues de confianza
con estas palabras venimos hoy a tus plantas para pedirte que nos concedas
todas las gracias que necesitamos y que deseamos obtener de tu bondad en
esta novena.
Pídase la gracia que se desea
alcanzar…
CONSIDERACIONES DEL DÍA
SÉPTIMO DÍA
Dos
fueron las visitas inmediatas que Juan Diego tuvo que realizar al Obispo para
cumplir con el deseo de la Santísima Virgen y, en ambas, se sintió humillado y
fracasado por el rechazo normal por parte de las autoridades eclesiásticas.
Ante la negativa natural de Juan Diego para continuar su misión, la Virgen no
sólo no le abandonó sino que le animó con estas hermosas palabras:
“Ten entendido, hijo mío el más pequeño, que son
muchos mis servidores y mensajeros, a quienes puedo encargar que lleven mi
mensaje y hagan mi voluntad; pero es de todo punto preciso que tú mismo
solicites y ayudes y que con tu mediación se haga mi voluntad”.
Dos cosas
nos admiran en este diálogo y en la actitud de la Virgen con Juan
Diego. Una es el respeto a la dignidad de la persona humana por parte de
nuestra Señora para con Juan Diego, y otra su amor y su misericordia con los
pobres.
MEDITEMOS:
¿Hemos
aprendido a respetar a todos y
ayudar
a los que sufren?
ACLAMACIONES A LA VIRGEN DE
GUADALUPE
Aclamemos con amor a nuestra
MADRE DE GUADALUPE pidiéndole también su ayuda:
Bendita seas, oh VIRGEN DE
GUADALUPE, porque nos regalaste tu propia imagen y quisiste quedarte con
nosotros para ser nuestro modelo y conducirnos a Cristo, Camino, Verdad y Vida
para todos los hombres.- Un Ave María.
Bendita seas, oh VIRGEN DE
GUADALUPE, porque quisiste quedarte en medio de nosotros para demostrarnos todo
tu amor y compasión y ser nuestro auxilio y defensa en todas nuestras
necesidades.- Un Ave María.
Bendita seas, oh VIRGEN DE
GUADALUPE, porque quisiste quedarte con nosotros para ser nuestra piadosa
Madre, oír nuestros lamentos y remediar todas nuestras miserias, penas y
dolores.- Un Ave María.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Virgen de Guadalupe, “Madre del verdadero Dios por quien se vive”,
aquí estamos a tus pies para recordarte una vez más la gran promesa que hiciste
a tu siervo Juan Diego de escuchar siempre nuestras súplicas y remediar todas
nuestras necesidades.
Te
rogamos pues, Madre nuestra: que seamos fieles a nuestra fe y la vivamos; que
en cada uno de nosotros reine siempre Cristo y lo
sigamos; que haya Paz en nuestras familias; que puedan ver la eficacia de
tu misericordia todos los que, en medio de
sus sufrimientos, se encomiendan a Ti; que imitemos fielmente todas tus
virtudes; que crezca constantemente nuestro amor y confianza en Ti; y que, por
fin, nos alcances de Dios lo que especialmente queremos conseguir de tu bondad
en esta novena. Así sea.
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