Según las
Sagradas Escritura, el único SALVADOR Y
REDENTOR ES JESUCRISTO, pero no de las ánimas del purgatorio, sino
de los vivos que lo acepten y reciban como su Señor y acepten su obra en la
cruz.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
más tenga vida eterna. Juan 3:16
Pero, la VIRGEN DEL CARMEN prometió liberar del Purgatorio a todas las almas
que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la
muerte de la persona y llevarlos al cielo, creencia que ha sido respaldada por
los Pontífices. La iconografía principal de la Virgen la muestra portando dicho
escapulario.
Por lo
tanto, no podemos pasar por alto al ESCAPULARIO
DE LA VIRGEN DEL CARMEN, porque
es gracias a él que muchas almas, que se encuentran en el Purgatorio, se
salvaron de la condenación
eterna, según las promesas de la VIRGEN
DEL CARMEN a SAN SIMÓN STOCK, sexto superior general de la Orden religiosa
Carmelita durante los años 1245-1265[1],
inglés, hombre de gran santidad y devoción, ante serias dificultades de la
Orden, San Simón suplicaba diariamente la protección de María. Su oración fue
escuchada, y “se le apareció la Bienaventurada VIRGEN, acompañada de una
multitud de Ángeles, llevando en sus benditas manos el escapulario de la Orden
y diciendo estas palabras:
“ÉSTE SERÁ PRIVILEGIO PARA TI Y TODOS LOS CARMELITAS; QUIEN MURIERE CON
ÉL, NO PADECERÁ EL FUEGO ETERNO, ES DECIR, EL QUE CON ÉL MURIERE SE SALVARÁ”[2].
La fecha y lugar de la aparición no se conocen
con seguridad. Se habla de Londres, el 16 de julio de 1251. Siempre dentro del
generalato de San Simón y antes de 1252, pues
el 13 de enero de este año EL PAPA INOCENCIO IV
emite la BULA "EX PARTE
DILECTORUM" donde defiende a la Orden de los Carmelitas en este tema.
Sesenta y dos años después (1314), NUESTRA SEÑORA
se apareció al PAPA JUAN XXII, que recogió sus palabras en la BULA "SACRATISSIMO UTI CULMINE"
también llamada BULA SABATINA
(3.III.1322):
“Si entre los religiosos o cofrades de esta orden
hubiese algunos que al morir tengan que purgar sus pecados en la cárcel del
purgatorio, yo, que soy la MADRE DE LA MISERICORDIA, descenderé al purgatorio el primer
sábado después de su muerte,
y lo libraré para conducirlo al Monte Santo de la Vida Eterna”.
¿Cuáles son las condiciones para recibir éste
privilegio?
1. Tener
impuesto el escapulario. (Basta hacerlo una sola vez).
2. Llevarlo
puesto. Puede sustituirse por una medalla. (Lo comentaremos).
3. Tanto la
medalla como el escapulario deben estar bendecidos.
4. Devoción
a María; procurar imitarla; desear ser buenos hijos suyos. El
escapulario son dos trocitos de tela que simbolizan una vestimenta. Y quien
viste el hábito de María debe vivir como Ella, ejercitando las virtudes
cristianas. De modo que el hábito-vestido vaya unido al hábito-virtud.
5. Guardar
la castidad propia
de su estado. (La confesión recupera
la situación perdida).
6. Rezar el
oficio parvo de nuestra Señora. Este rezo puede sustituirse por la abstinencia
de carne los miércoles y sábados.
También se mencionan otras
posibles sustituciones:
7. El rezo
del oficio divino
8. O el rezo
del Santo Rosario,
9. O incluso
hasta simplemente cinco o tres avemarías.
10.
Y por
supuesto, asistir a la Eucaristía dominical, ojalá todos los días o cuando se
pueda en la semana.
Tomado de la web
ángelesysantos
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