2014-07-17
Pablo VI
fue elegido Papa en junio de1963. Desde el primer momento tuvo un enorme
desafío entre manos: continuar el Concilio Vaticano II que su predecesor
había puesto en marcha.
PROF.
JOHANNES GROHE
Pontificia
Universidad de la Santa Cruz
"Había
más de 2.300 padres conciliares. Poner a todas estas personas de acuerdo sobre
un tema no era nada fácil”.
Los años
60 fueron años de cambios en la mentalidad social para los que el Concilio
Vaticano II debía dar una respuesta.
Por eso
Pablo VI tuvo que actuar con mucha cautela para no provocar divisiones
entre los obispos. Como Papa podía dar por cerrada una cuestión unilateralmente
pero el mensaje que quiso transmitir al mundo era otro: unanimidad.
PROF.
JOHANNES GROHE
Pontificia
Universidad de la Santa Cruz
"Él
sabía que tenía la última palabra, pero quiso el consenso de los padres
conciliares y prácticamente lo consiguió. Al final del Concilio sólo hubo un
pequeño grupo de obispos que mostraron una cierta oposición a los decretos”.
Sobre la
mesa había debates delicados como el diálogo interreligioso o las relaciones
con la sociedad del siglo XX.
PROF.
JOHANNES GROHE
Pontificia
Universidad de la Santa Cruz
"La
Iglesia, (en el Concilio Vaticano II), no presenta al mundo doctrinas nuevas
sino que habla al mundo de un modo nuevo, con un lenguaje nuevo. Juan XXIII
dijo: no es el momento de condenar sino de explicar bien el contenido de la
fe”.
Por eso
en cuanto llegó el momento de discutir cuestiones polémicas Pablo VI no se dejó
guiar por la agenda mediática sino que dio tiempo a los participantes para
debatir a fondo cada una de las cuestiones.
No impuso
su criterio pero marcó el ritmo y dejó espacio para el diálogo. El resultado
salta a la vista. En ocasiones sólo hubo 6 votos en contra.
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