Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
rezar tres avemarías
Día
Primero
REFLEXIÓN DEL DÍA
CÓMO EMPEZÓ ESTA DEVOCIÓN.
Hallándose
San Simón Stock, carmelita inglés y General de la Orden de Carmelitas, en
Londres el año 1251, el día 16 de julio, fue favorecido con la celestial
aparición de la Santísima Virgen, quien, rodeada de innumerables ángeles y
brillando con esplendores de cielo, le promete una singular benevolencia y
protección a él y a su Orden, en prenda de lo cual le da el Escapulario del
Carmen, diciendo: Recibe, amado hijo, el Escapulario de tu Orden, señal de mi
confraternidad, privilegio para ti y para todos los carmelitas; todo el que
muera con él se librará del fuego eterno. He aquí la señal de salvación,
salvación en los peligros, alianza de paz y de pacto sempiterno. El Papa Benedicto XIV dice: Creemos verdadera la visión y juzgamos que como tal debe ser admitida por todos.
salvación en los peligros, alianza de paz y de pacto sempiterno. El Papa Benedicto XIV dice: Creemos verdadera la visión y juzgamos que como tal debe ser admitida por todos.
Pedir la gracia
particular que se desee conseguir en esta Novena.
ORACIÓN FINAL
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen
bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti,
Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh
hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y
concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de
nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre,
así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis
parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores,
herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como
gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre
mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
VIRGEN DEL CARMEN
Virgen del Carmen, faro del Carmelo,
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
Se reza un PADRENUESTRO, un AVE
MARÍA y un GLORIA
ORACIÓN FINAL:
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Santísima Virgen
del Carmen, Madre de Dios y Madre nuestra, nos favorezca siempre para que,
libres de todo peligro de alma y cuerpo, vivamos en tu gracia y amistad
verdadera los que con tanta abundancia hemos recibido sus singulares
beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN
8 DE JULIO, SEGUNDO DÍA
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
rezar tres avemarías
Día
Segundo
REFLEXIÓN DEL DÍA
CONDICIONES DEL SANTO ESCAPULARIO.
Varios son los requisitos para obtener los privilegios del santo
Escapulario:
1. Recibirlo de mano de un sacerdote autorizado para ello.
2. Ser inscrito en la Cofradía del Carmen. Se queda inscrito por el
mismo hecho de imponérselo el sacerdote autorizado.
3. Llevarlo puesto en vida, y morir con el santo Escapulario puesto. No
se crea, con todo, que por el solo hecho de llevar el Escapulario, sin hacer
otra cosa, ni cooperar con nuestras buenas obras, se ha de salvar uno.
Oigamos lo que dice San Simón Stock: “Hermanos, esforzaos en asegurar
tu salvación con buenas obras y nunca desfallezcáis”.
Pedir la gracia
particular que se desee conseguir en esta Novena.
ORACIÓN FINAL
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
VIRGEN DEL CARMEN
Virgen del Carmen, faro del Carmelo,
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
un PADRENUESTRO, un AVE MARÍA y
un GLORIA
ORACIÓN FINAL:
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Santísima Virgen
del Carmen, Madre de Dios y Madre nuestra, nos favorezca siempre para que,
libres de todo peligro de alma y cuerpo, vivamos en tu gracia y amistad
verdadera los que con tanta abundancia hemos recibido sus singulares
beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN
09 DE JULIO, TERCER
DÍA
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
rezar tres avemarías
DÍA TERCERO
REFLEXIÓN DEL DÍA
EL CONCILIO VATICANO II Y ESTA
DEVOCIÓN.
El número 67 de la Constitución sobre la Iglesia, del Concilio Vaticano
II, dice: El Sacrosanto Sínodo enseña y en particular exhorta al mismo tiempo a
todos los hijos de la Iglesia a que cultiven generosamente el culto, sobre
todo, litúrgico, hacia la Bienaventurada Virgen, como también estimen mucho las
prácticas y ejercicios de piedad hacia Ella, recomendados en el curso de los
siglos por el Magisterio de la Iglesia.
El Papa Pablo VI, comentando este número de la Constitución de la
Iglesia decía:
Entre las que creemos se han de contar el Rosario Mariano y el uso devoto del Escapulario del Carmen.
(Congreso Mariano de Santo Domingo, 2-II-1965).
Pedir la gracia
particular que se desee conseguir en esta Novena.
ORACIÓN FINAL
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
VIRGEN DEL CARMEN
Virgen del Carmen, faro del Carmelo,
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
Se reza un PADRENUESTRO, un AVE
MARÍA y un GLORIA
ORACIÓN FINAL:
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Santísima Virgen
del Carmen, Madre de Dios y Madre nuestra, nos favorezca siempre para que,
libres de todo peligro de alma y cuerpo, vivamos en tu gracia y amistad
verdadera los que con tanta abundancia hemos recibido sus singulares
beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN
10 DE JULIO, CUARTO DÍA
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos
Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías)
DÍA CUARTO
REFLEXIÓN DEL DÍA
El Privilegio sabatino. La Santísima Virgen en el año
1314 se apareció al Papa Juan XXII, diciéndole estas consoladoras palabras: Quiero que favorezcas a mi Orden de los
Carmelitas, y les anuncies, conforme yo lo he alcanzado en el cielo, que los
religiosos de ella, o los que por devoción entraren en mi Cofradía del Carmen,
llevando puesto el Escapulario, guardando castidad conforme a su estado, y
rezando el Oficio divino, o los que no saben leer, absteniéndose de comer de
carne los miércoles y los sábados… Yo como Madre de Misericordia, con mis
ruegos, oraciones, méritos y protección especial, les ayudaré para que, libres
cuanto antes de sus penas, especialmente el sábado inmediato a la muerte de
cada uno, sean trasladadas sus almas a la bienaventuranza.
Pedir la gracia
particular que se desee conseguir en esta Novena.
ORACIÓN FINAL
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
VIRGEN DEL CARMEN
Virgen del Carmen, faro del Carmelo,
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN
11 DE JULIO, QUINTO
DÍA
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
rezar tres avemarías
DIA QUINTO
REFLEXIÓN DEL DÍA
EL TESTIMONIO DE LOS ROMANOS
PONTÍFICES.
El Papa Juan XXII promulgó este favor del privilegio sabatino en la Bula
llamada Sabatina, el día 3 de marzo de 1322; el Papa Paulo V, por decreto del
20 de enero de 1613, permitió a todos los religiosos Carmelitas predicar
públicamente el favor revelado a Juan XXII: Se permite –dice el Decreto- a los
padres carmelitas predicar al pueblo cristiano que puede piadosamente creer en
la ayuda a las almas de los hermanos y cofrades muertos en caridad, que
vistieron el hábito en la vida y guardaron castidad según su estado… que la
Santísima Virgen ha de ayudarles con sus continuas
intercesiones, piadosos ruegos y méritos y protección especial después de su muerte, principalmente en el día del sábado, día que la Iglesia tiene consagrado a la Santísima Virgen. También San Pío X hace mención a este privilegio.
intercesiones, piadosos ruegos y méritos y protección especial después de su muerte, principalmente en el día del sábado, día que la Iglesia tiene consagrado a la Santísima Virgen. También San Pío X hace mención a este privilegio.
Pedir la gracia
particular que se desee conseguir en esta Novena.
ORACIÓN FINAL
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen
bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti,
Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh
hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y
concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de
nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así
como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis
parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores,
herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como
gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre
mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
VIRGEN DEL CARMEN
Virgen del Carmen, faro del Carmelo,
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
Se reza un PADRENUESTRO, un AVE
MARÍA y un GLORIA
ORACIÓN FINAL:
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Santísima Virgen
del Carmen, Madre de Dios y Madre nuestra, nos favorezca siempre para que,
libres de todo peligro de alma y cuerpo, vivamos en tu gracia y amistad
verdadera los que con tanta abundancia hemos recibido sus singulares
beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN
12 DE JULIO, SEXTO
DÍA
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
rezar tres avemarías
DIA SEXTO
REFLEXIÓN DEL DÍA
LA MEDALLA ESCAPULARIO
Su Santidad Pío X, en el decreto que dio por medio del Santo Oficio
(16-XII-1910), dijo:
1. Los fieles pueden suplir, una vez hecha la imposición del
Escapulario, el Escapulario por una Medalla de metal que lleve por un lado la
imagen del Sagrado Corazón de Jesús y por el otro una imagen de la Santísima
Virgen.
2. Equivale la Medalla en todo al Escapulario: favores espirituales,
privilegios indulgencias, incluso el privilegio sabatino.
3. La medalla debe bendecirse - con una cruz es suficiente por un
sacerdote facultado -, y en caso de pérdida o echada perder, la que la
sustituya requiere la misma bendición que la primera (no nueva imposición del
escapulario). Los escapularios no necesitan nueva bendición en caso de pérdida
o deterioro.
4. Con una sola bendición pueden bendecirse varias medallas.
Pedir la gracia
particular que se desee conseguir en esta Novena.
ORACIÓN FINAL
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen
bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti,
Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh
hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y
concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de
nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre,
así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis
parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores,
herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como
gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre
mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
VIRGEN DEL CARMEN
Virgen del Carmen, faro del Carmelo,
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
Se reza un PADRENUESTRO, un AVE
MARÍA y un GLORIA
ORACIÓN FINAL:
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Santísima Virgen
del Carmen, Madre de Dios y Madre nuestra, nos favorezca siempre para que,
libres de todo peligro de alma y cuerpo, vivamos en tu gracia y amistad
verdadera los que con tanta abundancia hemos recibido sus singulares
beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN
13 DE JULIO, SÉPTIMO
DÍA
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
rezar tres avemarías
DIA SÉPTIMO
REFLEXIÓN DEL DÍA
RESUMEN DE LAS OBLIGACIONES PARA
CON EL ESCAPULARIO
O MEDALLA.
De acuerdo con los documentos citados en estos días y otros,
estas son las condiciones del santo Escapulario o de la
Medalla-Escapulario:
1. Tener impuesto el Escapulario y llevarlo habitualmente. No debe
quitarse nunca.
2. Guardar castidad conforme al estado de cada uno.
3. El rezo del Oficio Divino, o el Oficio Parvo, o siete Padrenuestros,
o al menos tres Avemarías.
Esta devoción a la Santísima Virgen ha de ayudarnos a ser más
piadosos nunca ampararnos en esta devoción para vivir una vida de indiferencia
religiosa.
La devoción a la virgen del Carmen nos obliga a vivir como dignos hijos
de tal Madre. Así lo entendieron San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús,
Santa Magdalena de Pazzis, Santa Teresita de Jesús y muchos otros santos, tanto
de la Orden Carmelita como sin pertenecer a la misma.
Pedir la gracia
particular que se desee conseguir en esta Novena.
ORACIÓN FINAL
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen
bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti,
Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh
hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y
concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de
nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre,
así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis
parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores,
herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como
gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre
mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
VIRGEN DEL CARMEN
Virgen del Carmen, faro del Carmelo,
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
Se reza un PADRENUESTRO, un AVE
MARÍA y un GLORIA
ORACIÓN FINAL:
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Santísima Virgen
del Carmen, Madre de Dios y Madre nuestra, nos favorezca siempre para que,
libres de todo peligro de alma y cuerpo, vivamos en tu gracia y amistad
verdadera los que con tanta abundancia hemos recibido sus singulares
beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN
14 DE JULIO, OCTAVO
DÍA
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
rezar tres avemarías
DIA OCTAVO
REFLEXIÓN DEL DÍA
ACTUALIDAD DE LA DEVOCIÓN DEL
SANTO ESCAPULARIO.
Qué dice al cristiano de hoy la devoción del CARMEN concretada en el SANTO
ESCAPULARIO?
Si el Escapulario se sigue considerando como la expresión de un tierno
amor a la Virgen María, avalado con el tesoro de vida de siete siglos de
existencia y supone para el que lo lleva un compromiso de imitación de nuestra
Madre, no cabe duda que entra de lleno entre los valores devocionales dignos de
conservar en nuestro tiempo, máxime cuando, tanto por su forma externa -
escapulario pequeño o medalla- como por su contenido religioso y teológico, se
adapta a la línea de sencillez y naturalidad con que el pueblo sencillo acepta
las cosas de Dios. Dice Pío XII en la carta que dirigió a los Carmelitas
con motivo del VII centenario del Escapulario:
Espejo de humildad, compendio de
modestia y candor, simbolismo elocuente de la oración, con la cual invocamos el
auxilio divino y símbolo de la consagración al Corazón Sagrado de la Virgen
Inmaculada.
ORACIÓN.
¡Oh! Virgen del
Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la
muerte para con los que devotamente visten tu santo escapulario, a fin de que
logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de
Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas,
ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera
penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y
ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene,
sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria.
Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:
LA SALVE
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia, Vida y dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suplicamos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra. Vuelve a nosotros esos Tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de Tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!
L. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios
R. para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén."
R. para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén."
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena.
ORACIÓN FINAL
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen
bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti,
Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh
hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y
concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de
nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre,
así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis
parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores,
herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como
gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre
mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
VIRGEN DEL CARMEN
Virgen del Carmen, faro del Carmelo,
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
Se reza un PADRENUESTRO, un AVE
MARÍA y un GLORIA
ORACIÓN FINAL:
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Santísima Virgen
del Carmen, Madre de Dios y Madre nuestra, nos favorezca siempre para que,
libres de todo peligro de alma y cuerpo, vivamos en tu gracia y amistad
verdadera los que con tanta abundancia hemos recibido sus singulares
beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN
15 DE JULIO, NOVENO
DÍA
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
rezar tres avemarías
DIA NOVENO
REFLEXIÓN DEL DÍA
EL ESCAPULARIO Y LA CONSAGRACIÓN
A MARÍA
El Escapulario es también un signo de consagración a María. La
consagración implica pertenencia a Nuestra Señora, estar al servicio de Ella,
como un hijo con su madre, y fidelidad a través de la imitación, que nos lleva
a través de María a una intimidad con Cristo y con su
Padre. No puede haber verdadera devoción mariana sin imitación, y el Escapulario es un continuo recuerdo de que debemos imitar la fe. la humildad. la pureza, la obediencia y el amor de María. Amar el Escapulario es amar a María. Amar a María es seguirla en su fidelidad a la voluntad de Dios. Amar a María significa imitación de María. La devoción al Escapulario no puede tener un sentido puramente sentimental, sino de entrega, de imitación, de consagración
a María y por María a Jesús.
Padre. No puede haber verdadera devoción mariana sin imitación, y el Escapulario es un continuo recuerdo de que debemos imitar la fe. la humildad. la pureza, la obediencia y el amor de María. Amar el Escapulario es amar a María. Amar a María es seguirla en su fidelidad a la voluntad de Dios. Amar a María significa imitación de María. La devoción al Escapulario no puede tener un sentido puramente sentimental, sino de entrega, de imitación, de consagración
a María y por María a Jesús.
Pedir la gracia
particular que se desee conseguir en esta Novena.
ORACIÓN FINAL
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen
bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti,
Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh
hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y
concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de
nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre,
así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis
parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores,
herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como
gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre
mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
VIRGEN DEL CARMEN
Virgen del Carmen, faro del Carmelo,
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
vela y timón de mi barquilla a vela,
estrella y norte que guía mi estela
y marca el derrotero rumbo al cielo.
Sobre el mar proceloso y su señuelo
tu mirada materna centinela,
tu manto es mi bandera y mi tutela,
tu escapulario, logotipo de tu vuelo.
Faro, guía y timón de mi barquilla,
Virgen del Carmen, timonel experto,
que conoces mi mar, milla tras milla
y me haces navegar, seguro, cierto,
para alcanzar, sin miedo, la otra orilla.
¿Quién como tú para guiarme a puerto?
Se reza un PADRENUESTRO, un AVE
MARÍA y un GLORIA
ORACIÓN FINAL:
Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Santísima Virgen
del Carmen, Madre de Dios y Madre nuestra, nos favorezca siempre para que,
libres de todo peligro de alma y cuerpo, vivamos en tu gracia y amistad
verdadera los que con tanta abundancia hemos recibido sus singulares
beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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