¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

jueves, 26 de noviembre de 2015

SUPLICAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EN SU ADVOCACIÓN DE LA MEDALLA MILAGROSA

¡Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra!,
al contemplaros con los brazos abiertos esparciendo gracias sobre los que os las piden, lleno de la más viva confianza en vuestra poderosa y segura intersección, manifestada innumerables veces por la Medalla Milagrosa, aunque reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas, osamos acercarnos a vuestros pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiante necesidades (Se pide la gracia deseada).

Escuchad, pues, ¡oh, Virgen de la Medalla Milagrosa!, este favor que confiadamente os solicitamos para la mayor gloria de Dios, engrandecimiento de vuestro Nombre y bien de nuestras almas.
Y para servir mejor a vuestro Divino Hijo, inspiradnos un profundo odio al pecado y dadnos el coraje de afirmarnos siempre verdaderos cristianos. ASÍ SEA.

Santísima Virgen, yo creo y confieso vuestra Santa e Inmaculada Concepción, pura y sin mancha. ¡Oh, purísima Virgen María!, por vuestra Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de Madre
de Dios, alcanzadme de vuestro amado Hijo la humildad, la caridad,
la obediencia, la castidad, la santa pureza de corazón, de cuerpo y
 de espíritu, la perseverancia en la práctica del bien, una vida santa
 y una buena muerte. Amén.

SÚPLICAS

Oh Madre del amor hermoso, purísima María, por la manifestación de vuestra santa Medalla, inflamad nuestros corazones en el amor divino, para que insensibles a las cosas terrenas, solo suspiren por las celestiales y eternas.
Dios te salve, María, etc.

Oh refugio de pecadores, poderosísima María, por la manifestación de vuestra santa Medalla, tened piedad de
nuestras culpas y miserias y alcanzadnos la gracia de morir
 antes que pecar.
Dios te salve, María, etc.

Oh puerta del paraíso, dulcísima María, por la manifestación
 de vuestra santa Medalla, concedednos la perseverancia en el bien morir santamente y participar de vuestra gloria en los cielos.
Dios te salve, María, etc.

OFRECIMIENTO.

Oh Milagrosa Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, prosternados a vuestras plantas os encomendamos nuestros corazones, nuestros afectos, nuestros intereses, la salud de nuestros cuerpos, la salvación de nuestras almas, la paz de nuestras familias y el bienestar de nuestro pueblo. Velad por nosotros desde los cielos, apartadnos de todo peligro, endulzad nuestros pesares, santificad nuestros trabajos y colmadnos de vuestras gracias y virtudes, oh siempre Virgen y siempre Madre y siempre buena, María.


V. Oh María sin pecado concebida
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

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