DÍA PRIMERO
ACTO DE CONTRICIÓN.
Dios mío y Padre mío, que sois infinitamente bueno,
os amo con todo mi corazón, y por lo mucho que os amo,
me pesa de haberos ofendido.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.
Omnipotente y sempiterno Dios, que quisisteis restaurar en vuestro
querido Hijo, Rey del Universo, todas las cosas, concédenos que todas las
familias de las Gentes disgregadas por la herida del pecado se sometan a su
suavísimo imperio. Que con Vos y el Espíritu Santo vive
y reina Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
"¿A quién buscáis?-¿A Jesús Nazareno? Yo
Soy".
Señor y Rey nuestro: siempre dejas que te descubra tu amor, aun cuando
tus criaturas tan amadas por Ti, te busquen para martirizarte. Sabiendo que Tú
eres Jesús Nazareno, te buscamos hoy de nuevo para prenderte otra vez,
mas no con cadenas y cuerdas, sino con nuestras miserias y nuestros
amores, pues sabemos es lo que más ata y sujeta tu misericordioso y amante
Corazón,
y así preso por amor, conducirte en triunfo al trono que te han formado
los corazones amantes, para que empieces tu reinado de misericordia y amor en
la tierra. Amén.
ORACIÓN FINAL:
Dios omnipotente y misericordioso, Tú quebrantas el poder del mal y todo
lo renuevas en tu Hijo Jesucristo, Rey del universo. Que todos en el Cielo y en
la tierra aclamen tu gloria y nunca cesen de alabarte.
Padre Todopoderoso, guía de amor, Tú hiciste pasar a Jesucristo nuestro señor de la muerte a la vida, resplandeciente en gloria como Rey de la creación. Abre nuestros corazones; libera a todo el mundo para que gocen de Su paz, glorifiquen Su justicia y vivan en Su amor. Que toda la humanidad se unifique en Jesucristo, tu Hijo, que reina contigo y el Espíritu Santo, Dios por siempre. Amén
Padre Todopoderoso, guía de amor, Tú hiciste pasar a Jesucristo nuestro señor de la muerte a la vida, resplandeciente en gloria como Rey de la creación. Abre nuestros corazones; libera a todo el mundo para que gocen de Su paz, glorifiquen Su justicia y vivan en Su amor. Que toda la humanidad se unifique en Jesucristo, tu Hijo, que reina contigo y el Espíritu Santo, Dios por siempre. Amén
COMPROMISO
Cumplir con fidelidad mis
obligaciones por ser lazos de amor
que me unen con Jesús.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis
intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
PRECES:
Eterno Padre, derrama tus misericordias sobre toda la tierra,
Reino de tu Hijo Jesús. Amén.
¡Oh Cristo Rey!, establece tu paz en tu reino. Amén.
Espíritu Santo, abrasa al mundo en tu purísima y ardiente amor. Amén.
Madre querida, une cada vez más y más a tu Hijo Divino, todo misericordia,
Espíritu Santo, abrasa al mundo en tu purísima y ardiente amor. Amén.
Madre querida, une cada vez más y más a tu Hijo Divino, todo misericordia,
con tus hijos, todo miseria. Amén.
San José, enséñanos a amar a Jesús y a María. Amén.
San José, enséñanos a amar a Jesús y a María. Amén.
"Cristo, adivina quién te ha herido".
¡Oh Jesús
amante y bueno!, aquella noche triste de tu Pasión tus ojos divinos veían a
través de los siglos todos nuestros pecados y olvidos que tan dolorosamente
herían tu divino Corazón, tanto, que para que tu pureza no te hiciese huir de
nosotros, no tus verdugos, sino el amor vendó tus ojos, a fin de que no vieses
más que almas que se perdían si Tú las dejabas.
ORACIÓN FINAL:
Haz que esas almas a las que tu sangre y tus lágrimas han lavado y
purificado lleguen a amarte con tanto entusiasmo, que se cierren sus ojos a
todo lo que no seas Tú, Rey de sus amores.
Haz, Señor, que los hombres te conozcan y te amen. Amén.
COMPROMISO
Cerrar los ojos a todo lo que no
sea Jesús.
Uniendo
mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré:
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
"Luego Tú eres Rey? –
Bien dices: Yo soy Rey.-Yo he venido al mundo para
dar testimonio de la verdad.-¿Y qué es la verdad?".
Dios
Nuestro Señor es la verdad por esencia, y es verdad encantadora, es verdad que
entusiasma el corazón; que este Dios Omnipotente se hizo hombre por mí, y me
amó entre desprecios, entre burlas, entre toda clase de sufrimientos, y no por
ser necesario para salvarme, pues unas gotas de su sangre bastaban para eso,
sino por ser necesario al amor grande e infinito que ardía en su Corazón por
las almas.
ORACIÓN FINAL:
Señor, y Rey nuestro: enséñanos a
amar como Tú, sin retroceder ante el sacrificio y el dolor, pues queremos
sufrir y amar, para que ni un solo corazón deje de amarte; hazlos todos
tuyos.-Amén.
COMPROMISO
Abrasarme con lo que me haga sufrir.
Uniendo
mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré:
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
"Desprecióle Herodes con todo su ejército y
vistiéndole una ropa blanca, se burló y le remitió
a Pilatos.".
¡Oh Jesús divino Rey nuestro!, cuán grande ha de ser nuestro amor hacia
Ti,
que por el nuestro quisiste ser burlado y tenido por loco, y en verdad,
Jesús mío, locura de amor parece, el que la grandeza de Dios se encierre en el
cuerpecillo
de un Niño, que el poder de Dios esté sujeto con clavos, que este mismo
Dios y Hombre se esconda en una pequeña Hostia, y enamorado venga buscando la
intimidad de nuestros corazones, para tener en ellos sus delicias; Jesús amante
y bueno, que el fuego de tu amor nos convierta también en pequeñas
hostias,
que escondidas en tu Corazón se pierdan a todas las miradas, para que
Tú seas conocido y amado.
COMPROMISO
Huir
de todo lo que me pueda hacer pecar.
Uniendo
mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré:
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
"Vamos a coronarle de Rey. -Salve, Rey de los
judíos, y escupiéndole
le tomaban su cofia y le herían su cabeza y le
daban bofetadas."
¿Qué pensabas Jesús mío en
aquella triste prisión?
¿Qué deseabas cuando eras
coronado de espinas, cuando eras maltratado?
Sólo dos cosas, ¡oh sabiduría y amor infinitos!:
que tu Eterno Padre fuese
glorificado, que las almas se salvasen;
¿y podremos pensar las almas en otra cosa que en Ti?
¿Podrán nuestros corazones desear
otra cosa que el que se repitan
por amor aquellas palabras «Salve
Rey», pero no sólo de los judíos,
sino de todas las naciones de la tierra conquistadas
con tus sufrimientos y tu muerte? Que el grito
«¡Vamos a coronarle por Rey! »
ORACIÓN FINAL:
Resuene por amor en toda la
tierra, ¡oh Dios mío!. Amén.
COMPROMISO
Apartar mi pensamiento lo que no
sea Dios.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis
intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
"Ecce Homo .-He aquí a
vuestro Rey."
¡Oh divino Jesús!, cómo te
presentan por Rey, coronada de espinas tu cabeza, tu cuerpo cubierto de
heridas, llenos de lágrimas tus ojos; pero era preciso que ésa fuese tu
presentación, pues no sólo eres nuestro Rey, sino nuestro modelo, y nunca mejor
que entonces podías decir: "Aprended de Mi que soy manso y humilde de
corazón.".
ORACIÓN FINAL:
Caigan, Señor, en presencia de tanta grandeza, de
tanta humildad, de tanto amor, todos los idolillos que queden en nuestros
corazones. Déjanos recoger tu sangre y tus lágrimas, para que derramándolas
sobre los corazones de todas las criaturas seamos de nuevo purificados y
envueltos en el amor. Amén.
COMPROMISO
Procurar con empeño la humildad.
Uniendo
mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré:
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
"Señor, acuérdate de mí cuando vengas a tu
reino.
-En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el
paraíso."
Quisiéramos, Señor, presentarte en el día de tu fiesta los corazones
de todos los hombres rendidos a tu amor; pero mira, Rey nuestro,
cuántos millones de ellos están envueltos en las tinieblas de la muerte
y del pecado y no te conocen; por
ellos te pedimos nosotros que tenemos
la dicha de conocer tu Corazón, todo misericordia.
ORACIÓN FINAL:
"Señor, acuérdate de estos desgraciados cuando estés en tu
Reino",
haznos, Señor, oír: "pronto,
muy pronto estarán conmigo en el paraíso".
Amén.
COMPROMISO
Actos
de fe, esperanza y caridad.
Uniendo
mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré:
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
"Mujer, he ahí tu hijo." "He ahí tu Madre."
Más uno de los soldados le abrió el costado con una
lanza
y salió de Él sangre y agua.
¡La Madre de nuestro Dios es nuestra Madre querida!
¡Qué felicidad y qué confianza!
El Corazón de nuestro Dios es nuestro Cielo, nuestro tesoro.
Madre bendita, queremos amarte como te amaba Jesús,
y a Él, como Tú le amabas;
enséñanos las delicadezas del amor,
la felicidad de la vida de unión,
de unión íntima, confiada, amorosa;
haznos chiquitos, muy chiquitos, para poder entrar y perdernos en el
Corazón de Jesús, sin tener más móvil ni deseo que amaros
y haceros amar. Amén.
COMPROMISO
-Consagrarme
de todo corazón a la Santísima Virgen.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis
intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
"Jesús Nazareno, Rey de los judíos."
"Regnavit a ligno Deus"
"Y al nombre de Jesús doblarán la rodilla en
el Cielo, en la tierra y en los infiernos."
¡Oh Rey
divino!, al presentarte en este día bendito nuestras adoraciones, te ofrecemos
cuanto somos, tenemos y deseamos; no nos detiene nuestra miseria, pues eres
todo misericordia; confiamos conseguir todas nuestras peticiones, pues eres
todo amor y el amor atiende siempre, y te lo pedimos en unión de nuestra Reina
y Madre Inmaculada y de los ángeles custodios de todas las almas.
¡Señor!,
arroja de tu reino a los demonios y a todos tus enemigos y concede a la Iglesia
una era de paz. Lleva a Ti en este día a las almas del Purgatorio, un perdón
general a todos los pecadores y poniendo luz en sus inteligencias y amor en sus
corazones, prueba una vez más que es más grande tu misericordia que nuestra
malicia y miseria.
ORACIÓN FINAL:
Llena de amor y pureza a los sacerdotes, a los niños y a las almas a Ti
consagradas, formando de ellas esas legiones de almas puras, humildes y amantes
que Tú deseas: almas pequeñitas que como granos de trigo, formen todas en una
perfecta unión de intenciones y corazones con la Víctima divina del Calvario y
del altar una Hostia que aplaque al Cielo por los pecados de la tierra y haga
descender sobre ella perdón y misericordia para los desgraciados pobres
pecadores, de esas almas que quieres sean las delicias de tu Corazón en la
tierra y tu corte de amor en el Cielo.
COMPROMISO
Abandonarme en el Corazón de
Dios.
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