¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

lunes, 3 de junio de 2013

ORÍGEN BÍBLICO DE LA DEVOCIÓN UNIVERSAL a los SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA, EN EL MES DE JUNIO



La Devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y María, tiene raíces y fundamento en las Sagradas Escrituras, independientemente que dicha devoción fuera promovida en forma especial por ciertas revelaciones privadas que se dieron en distintas épocas.
En el primer mandamiento entregado a Moisés, Dios mismo nos manda a que lo amemos “con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas” (Dt 6,5). Sin embargo, sabiendo que nuestros corazones son limitados para sentir el amor infinito que se debe a un Dios infinito, el Señor prometió desde la antigüedad que Él nos daría un corazón y un espíritu nuevos, que nos permitirían cumplir con Su mandato. Este nuevo corazón es el Corazón de Jesús, Su Hijo, cuya Encarnación viene a dar cumplimiento a varias profecías: “Les daré un corazón nuevo, y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo. Quitaré de su carne ese corazón de piedra y les daré un corazón de carne” (Ez 36,26).
A lo largo de los siglos, al ir descubriendo los misterios de la fe cristiana, el Corazón de Jesús se dio a conocer como el símbolo del Amor de Dios por Su pueblo, un amor tan grande que, en el Calvario, se abrió y fue traspasado por nosotros: “…uno de los soldados le abrió el costado con la lanza, y al instante salió sangre y agua (…). Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura (…) ‘ Contemplarán al que traspasaron’.” (Jn 19,34 y ss.)
Las Sagradas Escrituras nos comentan que Ella “atesoraba” todas sus vivencias al lado de Jesús, y “las meditaba en su corazón” (Cfr. Lc 2, 19 y 2, 51).
En el mismo capítulo de Lucas, encontramos la profecía del anciano Simeón, quien al conocer al Niño Jesús, a las puertas del templo, predijo a María que “una espada atravesaría su corazón” (Cfr. Lc 2, 39), refiriéndose al dolor que sufriría la Virgen con la Pasión y muerte de nuestro Redentor.

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