1.
SIGNIFICADO DE LA METÁFORA CORAZÓN
Se hace
obligado comenzar analizando el significado de la metáfora corazón. Podría
realizarse desde muchos puntos de vista (literario, filosófico, histórico,…)
Nosotros nos ceñimos al campo teológico. De esta manera, nuestra investigación
se centra en la Escritura, la tradición y la teología actual. Tres puntos de
apoyo necesarios para encontrar algunas ideas básicas.
1.1. EN
LA ESCRITURA
La palabra
corazón es muy usada. Más allá de su sentido propio (corazón orgánico) se
utiliza en sentido metafórico. Su riqueza polisémica hace de ella un reto. En
este caso es referida tanto a entes materiales como espirituales. Indica
aspectos tan variados como los sentimientos, valores, impulsos, personalidad,
inteligencia, totalidad-unidad…
Hay
algunos sentidos de la palabra corazón que aparecen como novedosos en algunos
libros de la Escritura, pero en líneas generales el contenido de esta metáfora
es similar en el A.T. y en el N.T. Para encontrar el significado de la palabra
corazón hemos querido partir de los sujetos a quienes es referida para intentar
encontrar un sentido distinto a la mera acumulación de significados. De esta
manera, la metáfora corazón es referida tanto a Dios como a los hombres e
incluso a la naturaleza y a los animales, aunque fundamentalmente el término
pertenece a Dios y por participación al hombre.
1.1.1. DIOS
TIENE CORAZÓN
El dato
de la Escritura es claro: Dios tiene corazón. David es elegido rey según el
corazón de Dios (1S 13, 14; Hch 13, 22). Las acciones de Dios brotan de su
corazón (1Cro 17, 19). Yahvéh realiza los designios de su corazón (Jr 23, 20;
30, 24), habla en su corazón (Gn 8, 21) e incluso es capaz de indignarse en su
corazón (Gn 6, 6).
El
corazón sólo le pertenece a Dios pero ha querido compartirlo con el hombre (Jr
7, 17; Ba 2, 31). Él conoce el corazón de todos los hombres (1R 8, 39; 2Cro 6,
30) porque ha formado el corazón a cada uno (Sal 33, 15). De esta manera, Dios
sondea el corazón humano y sólo él lo conoce (Si 42, 18; Sal 17, 3; 44, 22; Jdt
8, 14). Y cuando Dios mira a una persona no se fija en las apariencias sino en
el corazón (1S 16, 7).
1.1.2. EL
HOMBRE TIENE CORAZÓN
Desde la
Escritura podemos afirmar que el corazón es en el hombre lo más importante e
íntimo. Mirando al corazón del hombre podemos descubrir:
a) La personalidad y las características de una persona: inteligente (1R 3, 12; Jb 37, 24; Mt 13, 15), inquieta (2R 6, 11), soberbia (2R 14, 10; Jr 49, 16; Lc 1, 66), débil
(2Cro 13, 17), generosa (2Cro 29, 31), torpe (Sal 4, 3), firme (Sal 27, 14), torcida (Pr 11, 20; 12, 8), intranquila (Is 35, 4), perfecta (Is 38, 3), incrédula (Hb 3, 12), pervertida (Pr 17, 20), alegre (Jn 16, 22; Hch 2, 26), sencilla (Hch 2, 46; Ef 6, 5; Col 3, 22).
a) La personalidad y las características de una persona: inteligente (1R 3, 12; Jb 37, 24; Mt 13, 15), inquieta (2R 6, 11), soberbia (2R 14, 10; Jr 49, 16; Lc 1, 66), débil
(2Cro 13, 17), generosa (2Cro 29, 31), torpe (Sal 4, 3), firme (Sal 27, 14), torcida (Pr 11, 20; 12, 8), intranquila (Is 35, 4), perfecta (Is 38, 3), incrédula (Hb 3, 12), pervertida (Pr 17, 20), alegre (Jn 16, 22; Hch 2, 26), sencilla (Hch 2, 46; Ef 6, 5; Col 3, 22).
b) La causa y fundamento de todas
las acciones de la persona (1Cro 17, 2; Hch 5, 4). El corazón es el que mueve a
la persona (Ex 25, 2; 35, 21) y el que dicta lo que se debe hacer (1S 14, 7; 2S
7, 3). Es el lugar donde se decide (1Cro 28, 2; Ne 5, 7), se piensa (2Cro 1,
11; Est 7, 5), se medita (Pr 16,9; Lc 2, 19), se ora (2M 15, 27; Sal 30, 13),
donde se peca y se maldice a Dios (Jb 1, 5), se cometen injusticias (Sal 58, 3;
Mt 15, 19). Del corazón sale lo bueno y lo malo (Lc 6, 45).
c) Es la forma y el lugar donde se
establece el diálogo entre el hombre y Dios. A Yahvéh se le busca con todo el
corazón (Dt 4, 29; 6, 5; 2Cro 22, 9; Sal 119, 2; 2Tm 2, 22), y encontrado se le
ama con todo el corazón (Dt 13, 4; Mt 22, 37; Mc 12, 30) y se le entrega el
corazón entero (1R 11, 4). El resultado es que Yahvéh fortalece a los que
tienen en él todo el corazón (2Cro 16, 9), y esto conlleva que el corazón viva
más allá de la vida y de la muerte (2Cor 7, 3). La fe del hombre se ratifica en
el corazón (Rm 10, 9).
Podemos
encontrar señalados de forma especial el corazón de Jesús y de María en cuanto
personas concretas:
- El corazón de Jesús. Él mismo se define como manso y humilde de corazón (Mt 11, 29) y hace referencia al corazón en los sentidos ya aludidos. Se cree en el corazón de Cristo (Flp 1, 8).
- El corazón de Jesús. Él mismo se define como manso y humilde de corazón (Mt 11, 29) y hace referencia al corazón en los sentidos ya aludidos. Se cree en el corazón de Cristo (Flp 1, 8).
- El
corazón de María. María aparece como aquella que guarda las palabras y los
hechos de Jesús en su corazón y los medita (Lc 2, 19; 2, 52). Incluso puede
verse reflejado el sufrimiento de María (6) (Lc 2, 35).
-El
corazón de los profetas. La palabra del profeta surge del corazón (Jr 23, 26).
1.1.3. EL
PUEBLO TIENE CORAZÓN
En la
Escritura encontramos que se habla al corazón de Jerusalén (Is 40, 2), se le
reprende (Ez 14, 5), incluso se le recrimina que pueda ser traidor y rebelde
(Jr 5, 23). El corazón del pueblo puede volverse al Señor (1R 12, 27) y es el
lugar donde se conservan las enseñanzas de Yahvéh (1Cro 29, 18).
1.1.4. EL
CIELO Y EL MAR TIENEN CORAZÓN
Se hace
referencia al lugar más profundo, a aquello que proporciona misterio e
inmensidad
(Ex 15,
8; Dt 4, 11; Ez 27, 4; 27, 25-26; Jon 2, 4).
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