“Por la señal + de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos,
líbranos Señor + Dios Nuestro. En el Nombre + del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén”.
Nos ponemos en
presencia de Dios y para que la oración llegue al Cielo, pedimos humildemente
perdón al Señor por nuestras faltas (silencio…) y decimos:
ACTO DE
CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador,
Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberos ofendido;
propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos,
en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico,
propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos,
en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico,
así confío en vuestra bondad y misericordia infinita,
que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida.
Amén.
que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida.
Amén.
DÍA OCTAVO
ORACIÓN.
¡Oh Corazón amantísimo de Jesús,
trono ígneo y lucidísimo, inflamado en el amor de los hombres, a quienes
deseáis abrasados mutuamente en vuestro amor! Yo deseo vivir
siempre respirando llamas de amor divino en que me abrase, y con que encienda a
todo el mundo, para que os corresponda amante y obsequioso. Dadme la gracia de
resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y
la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y
bien de mi alma. Amén.
Tres Padrenuestros, tres Avemarías, en
reverencia de las tres insignias de la Pasión con que se mostró el divino
Corazón a Santa Margarita de Alacoque.
ORACIONES FINALES
Oración al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y
mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os
adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os
aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren
conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad
todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las
almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido
humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No
permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que
vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad,
sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los
llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón,
merezcan estar con vos eternamente. Amén.
Hacer
aquí la petición que se desea obtener con esta novena
ORACIÓN.
¡Oh Corazón divinísimo de Jesús,
dignísimo de la adoración de los hombres y de los ángeles! ¡Oh Corazón inefable
y verdaderamente amable, digno de ser adorado con infinitas alabanzas, por ser
fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por ser el
objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las
criaturas! ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente os adoro con
todos los espíritus de mi pobre corazón, yo os alabo, yo os ofrezco las
alabanzas todas de los más amantes serafines y de toda vuestra corte celestial
y todas las que os puede dar el Corazón de vuestra Madre Santísima. Amén
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