1. Todo lo que me pidan por medio
del Corazón de mi Madre –a condición de que la petición sea compatible con la
voluntad del Padre- lo concederé durante la novena.
2. Sentirán en cada circunstancia la
extraordinaria ayuda de mi Madre, junto con sus bendiciones.
3. Paz, armonía y amor reinarán en
sus almas y en las almas de los miembros de sus familias.
4. Protegeré a sus familias de
contrariedades, engaños e injusticias.
5. Los matrimonios se mantendrán
juntos y, si uno ya se ha ido, él o ella, volverá.
6. Los miembros de sus familias se
comprenderán unos con otros y perseverarán en la fe.
7. Las madres, en particular las que
esperan, recibirán una especial protección para ellas, así como para sus hijos.
8. Los pobres recibirán alojamiento
y comida.
9. Los llevaré a amar la oración y
el sufrimiento. Aprenderán a amar a Dios y a sus prójimos.
10.
Los
pecadores se convertirán sin dificultad aunque sea otra la persona que hace
esta novena por ellos.
11.
Los
pecadores no volverán a caer en su estado anterior. No solamente recibirán
perdón por sus pecados sino que, a través de una perfecta contrición y amor,
recuperarán la inocencia bautismal.
12.
Aquellos
que hagan esta novena en su inocencia bautismal (especialmente los niños) nunca
ofenderán a mi corazón con pecados graves.
13.
Los
pecadores que se arrepientan sinceramente escaparán no sólo del infierno sino
también del purgatorio.
14.
Los
creyentes tibios se volverán fervorosos, perseverarán y alcanzarán la
perfección y la santidad en un corto tiempo.
15.
Si los
padres u otros miembros de la familia hacen esta novena, ninguno de esa familia
será condenado al infierno.
16.
Mucha
gente joven recibirá el llamado a la vida religiosa y al sacerdocio.
17.
Los
descreídos se volverán creyentes y aquellos que andan sin dirección volverán a
la Iglesia.
18.
Los
sacerdotes y religiosos permanecerán fieles a su vocación. Los que no fueron
fieles recibirán la gracia de una sincera contrición y la posibilidad de
regresar.
19.
Los padres
y la gente en posiciones de mando recibirán ayuda en sus necesidades
espirituales y materiales.
20.
El cuerpo
estará libre de tentaciones del mundo y de la carne.
21.
El
orgulloso se volverá humilde; el impetuoso se volverá amoroso.
22.
Las almas
fervorosas sentirán la dulzura de la oración y el sacrificio; nunca serán
atormentadas por la inquietud o la duda.
23.
Las
personas agonizantes no sufrirán los ataques de Satanás. Se irán súbitamente,
con una muerte inesperada.
24.
Los
moribundos experimentarán un deseo vehemente de la vida eterna; de este modo,
ellos se abandonarán a mi voluntad y se irán de la vida en los brazos de mi
Madre.
25.
Sentirán
la extraordinaria protección de mi Madre en el juicio final.
26.
Recibirán
la gracia de tener compasión y amor hacia mi sufrimiento y el de mi Madre.
27.
Aquellos
que se esfuerzan por ser perfectos obtendrán como un privilegio las principales
virtudes de mi Madre: humildad, amor y pureza.
28.
Estarán
acompañados con cierta alegría exterior e interior y con paz a lo largo de sus
vidas, estén enfermos o sanos.
29.
Los
sacerdotes recibirán la gracia de vivir en la presencia de mi Madre sin ninguna
adversidad.
30.
Aquellos
que progresen en su unión Conmigo recibirán la gracia de sentir esta unión.
Sabrán lo que significa: «ellos ya no vivirán, sino que Yo viviré en ellos». Es
decir, amaré con sus corazones, oraré con sus almas, hablaré con sus lenguas, y
serviré con todo su ser. Experimentarán que lo bueno, hermoso, santo, humilde,
manso, valioso y admirable en ellos, soy Yo. Yo, el Omnipotente, el Infinito, el
único Señor, el único Dios, el único Amor.
31.
Las almas
de aquellos que hagan esta novena estarán radiantes como lirios blancos
alrededor del Corazón de mi Madre por toda la eternidad.
32.
Yo, el
Divino Cordero de Dios, unido con mi Madre y con el Espíritu Santo, nos
regocijaremos para siempre viendo las almas que a través del Inmaculado Corazón
de mi Madre, ganarán la gloria de la eternidad.
33.
Las almas
de los sacerdotes avanzarán siempre en fe y en virtud.
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