¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Te adoro con toda mi alma y
te consagro para siempre jamás, todos mis pensamientos, mis palabras y obras.
¡Ojalá pudiera, oh divino Corazón, consagrarte tantas
adoraciones, tanto amor y tanta gloria como Tú consagras a tu eterno Padre! Sé
el reparador de mis defectos, el protector de mi vida y mi amparo en la hora de
mi muerte. Esta gracia te la pido también para los pobres pecadores, los
corazones afligidos, los enfermos y los agonizantes; para mis parientes y
bienhechores, amigos y enemigos; por las personas que se encomiendan a mis
oraciones, especialmente por aquellas por quien tengo obligación de pedir y, en
fin, para todos los hombres que existen en la tierra, a fin de que los méritos
de tu preciosa Sangre no se pierdan para ellos. Haz también que sean aplicados
en sufragio por las almas del Purgatorio, para que todos en el Cielo podamos
bendecirte, adorarte y amarte. Amén.
¡Alabado sea el Sagrado Corazón de Jesús en
el Santísimo Sacramento del Altar!
¡Sea por siempre Bendito y Alabado!
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!
¡Sea por siempre Bendito y Alabado!
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!
Confío:
El pasado a vuestra Misericordia,
El presente a vuestro Amor
Y el futuro a vuestra Providencia.
El pasado a vuestra Misericordia,
El presente a vuestro Amor
Y el futuro a vuestra Providencia.
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