Por
Nieves San Martín
CIUDAD
DEL VATICANO, lunes 22 octubre 2012 (ZENIT.org).-
El papel
de María transmisora de la Palabra de Dios, educadora en la fe, fue puesto de
relieve por algunos padres sinodales. El cardenal Ouellet afirmó que es
fundamental la promoción de "un nuevo paradigma mariano para la
relación de la Iglesia con la Sagrada Escritura" y, citó al
teólogo von Balthasar cuando afirmó que "las espantosas devastaciones que el
método de la 'crítica histórica' ejerce hoy en el mundo de la fe, no son
posibles sino en una esfera que ha abandonado la dimensión mariana de la
Iglesia".
El
cardenal Donald William Wuerl, arzobispo de Washington, Estados Unidos, en la
ponencia después de las intervenciones de los padres sinodales, hizo una
síntesis en la que, hablando de la naturaleza de la Nueva Evangelización,
afirmó, que "el fundamento de la Nueva Evangelización para la Transmisión de
la Fe es, sobre todo, la acción de la Santísima Trinidad en la historia. Dios
Padre envía a Su Hijo, el cual trae consigo la auténtica Buena Nueva de quién
somos en la potencia del Espíritu Santo. La Iglesia participa en este
movimiento de Divina Autorrevelación que empieza con la beata Virgen María
cuando ésta, por la acción del Espíritu Santo, recibe en su vientre la Palabra
de Dios que se encarna en ella para poder así donarse al mundo entero. Es la
Palabra encarnada la que ofrece sus palabras de vida eterna a aquellos que
tienen fe en él. Tras su muerte y Resurrección, Jesús envió a la Iglesia, su
Esposa y nuevo Cuerpo, al mundo para que continuara su misión
evangelizadora".
"La
importancia de María --añadió--, Madre de la Iglesia y de la Nueva Evangelización
como modelo y patrona de nuestros esfuerzos surgió en varias intervenciones. Su
fe nos empuja a responder del mismo modo. Fue por razón de su fe que la Palabra
de Dios entró en nuestro mundo. Imitando a María, por medio de nuestra fe y
testimonio en la vida del Espíritu, podemos provocar un cambio en el mundo en
que vivimos".
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