2016-10-06
Francisco advirtió contra dos peligros en la Misa de Casa Santa Marta. Dijo que
por un lado hay cristianos que piensan que Dios es solo un conjunto de
normas y lo reducen a la ley. Otros, en cambio, se conforman
con llevar una vida cristiana mediocre.
FRANCISCO
"Nosotros
nos podemos preguntar hoy, en algún momento del día: ¿Ignoro al Espíritu Santo
y razono diciendo que si voy a Misa el domingo, si hago esto o lo otro, con eso
es suficiente? Segundo: ¿Mi vida es una vida a medias, tibia, que entristece al
Espíritu Santo y no deja en mí la fuerza de avanzar, de abrirme o finalmente mi
vida es una oración continua por abrirse al Espíritu Santo?”.
El Papa recordó que el cristiano no sigue ni a una
ideología ni simplemente se sujeta a una serie de normas: ser cristiano es
conocer y seguir a una persona: Jesús.
EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
"Y
este apego a la Ley hace que se ignore al Espíritu Santo. No deja que la fuerza
de la redención de Cristo salga adelante con el Espíritu Santo. Ignora; sólo la
Ley. Es verdad que están los Mandamientos y nosotros debemos seguirlos; pero
siempre desde la gracia de este don grande que nos ha dado el Padre, su Hijo,
es el don del Espíritu Santo. Y así se comprende la Ley. Pero no reducir al
Espíritu y al Hijo a la Ley. Éste era el problema de aquella gente: ignoraba al
Espíritu Santo y no sabían ir adelante. Estaban cerrados, encerrados en las
prescripciones: se debe hacer esto, se debe hacer aquello otro. A veces, a
nosotros, nos puede suceder que caigamos en esta tentación”.
"¿Por
qué las ideologías encantan; y así Pablo comienza, aquí: ‘Necios Gálatas, quién
los ha encantado?’. Aquellos que predican con ideologías: ¡es todo justo!
Encantan: ¡todo claro! Pero mira la revelación de Dios, ¿acaso no es clara? A
la revelación de Dios se la encuentra cada día más, más, más; siempre en camino.
¿Es clara? ¡Sí! ¡Clarísima! Es Él, pero nosotros debemos encontrarla en camino.
Y aquellos que creen que tienen toda la verdad en la mano no son ignorantes,
Pablo dice más: ‘¡Necios!’. Que se han dejado encantar”.
"Nosotros
podemos preguntarnos hoy, en un momento de la jornada, ¿yo ignoro al Espíritu
Santo? ¿Y sé que si voy a Misa el domingo, si hago esto, si hago esto es
suficiente? Segundo: ¿mi vida es una vida a medias, tibia, que entristece al
Espíritu Santo y no deja en mí la fuerza de ir adelante, de abrirme? ¿O,
finalmente, mi vida es una oración continua para abrirse al Espíritu Santo,
para que Él me lleve adelante con la alegría del Evangelio y me haga entender
la doctrina de Jesús, la verdadera doctrina, aquella que no encanta, aquella
que no nos hace necios, sino la verdadera? Y que nos haga entender dónde está
nuestra debilidad, aquella que lo entristece a Él; y que nos lleve adelante,
llevando adelante también el nombre de Jesús a los demás y enseñando el camino
de la salvación. Que el Señor nos dé esta gracia: abrirnos al Espíritu
Santo para no volvernos necios, encantados, ni hombres y mujeres que
entristecen al Espíritu”.
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