2016-10-21
En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa invitó a ser más tolerantes los unos con los otros
para poder crear así un vínculo de paz. Dijo que hay que abrir el corazón y ser
más tolerantes con las cosas que nos molestan.
FRANCISCO
"Primero,
humildad; segundo: dulzura, esto significa soportarse mutuamente; y tercero:
magnanimidad: corazón grande, corazón grandioso con capacidad para todos y que
no condena, que no se achica en las pequeñeces, ‘que ha dicho esto’, ‘que he
oído esto’, ‘que…’. No: grande el corazón, hay lugar para todos. Y esto crea el
vínculo de la paz, éste es el modo digno de comportarnos para crear el vínculo
de la paz que es creadora de unidad. Creador de unidad es el Espíritu Santo,
pero favorece, preparar la creación de la unidad”.
El Papa concluyó su homilía haciendo hincapié en la
importancia de ser humilde, dulce y magnánimo para poder lograr un vínculo de
paz con nosotros mismos y también con los demás.
RESUMEN DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
"Paz
a ustedes. Un vínculo, un saludo que nos une para hacer la unidad del Espíritu.
Si no hay paz, si no somos capaces de saludarnos en el sentido más amplio de la
palabra, tener el corazón abierto con espíritu de paz, jamás existirá la
unidad”.
"El
espíritu del mal siembra guerras. Siempre. Celos, envidias, luchas,
habladurías… son cosas que destruyen la paz y, por tanto, no puede existir la
unidad. ¿Y cómo es el comportamiento de un cristiano en favor de la unidad,
para encontrar esta unidad? Pablo dice claramente: 'Compórtense de modo digno,
con toda humildad, dulzura y magnanimidad’. Estas tres actitudes. Humildad: no
se puede dar la paz sin la humidad. Donde está la soberbia, hay siempre guerra,
siempre el deseo de vencer sobre el otro, de creerse superior. Sin humildad no
hay paz y sin paz no hay unidad”.
"Hemos
olvidado la capacidad de hablar con dulzura, sino que nuestro modo de hablar es
gritarnos. O hablar mal de los demás… no hay dulzura. La dulzura, tiene un
núcleo que es la capacidad de soportarse recíprocamente: ‘Soportándose
recíprocamente’, dice Pablo. Es necesario tener paciencia soportar los defectos
de los demás, las cosas que no nos gustan”.
"Primero,
humildad; segundo: dulzura, esto significa soportarse recíprocamente; y
tercero: magnanimidad: corazón grande, corazón grandioso que tiene capacidad
para todos y no condena, no se achica en las pequeñeces, ‘que se ha dicho
esto’, ‘que he oído esto’, ‘que…’. No, grande el corazón, hay lugar para todos.
Y esto hace el vínculo de la paz, éste es el modo digno de comportarnos para
hacer el vínculo de la paz que es creador de unidad. Creador de unidad es el
Espíritu Santo, pero favorece, prepara la creación de la unidad”.
"El
misterio de la Iglesia es el misterio del Cuerpo de Cristo: ‘Una sola fe, un
solo Bautismo’, ‘un solo Dios, Padre de todos, que está por encima de todos’,
actúa ‘por medio de todos y está presente en todos’: ésta es la unidad que
Jesús ha pedido al Padre por nosotros y que nosotros debemos ayudar a hacer
esta unidad, con el vínculo de la paz. Y el vínculo de la paz crece con la humildad,
con la dulzura, con el soportarse recíprocamente y con la magnanimidad”.
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