El
Papa Francisco recibió a unas siete mil personas de la diócesis italiana de
Isernia – Venafro - AP
02/05/2015 12:0
Ante
la injusticia social, los fracasos, el desempleo, es necesario un nuevo impulso
misionero
(RV).-
El Papa Francisco recibió a unas siete mil personas de la diócesis italiana de
Isernia – Venafro, que peregrinaron a Roma en agradecimiento por la visita
pontificia, del 5 de julio de 2014. El encuentro, que tuvo lugar en el Aula
Pablo VI, se desarrolló en un clima de fiesta, que sin embargo – dijo
el Obispo de Roma – no nos debe hacer olvidar los problemas, numerosos y
graves, que siguen afligiendo esa tierra. Empezando por el desempleo, problema
crónico, que sufren en especial los jóvenes, que cada vez más migran a otros
países, el Papa citó también la falta de servicios adecuados a las efectivas
necesidades de las personas. En particular, ancianos, enfermos, discapacitados
y familias, reiteró Francisco, subrayando que ya no se puede esperar:
«Ante
este escenario preocupante, se hace necesaria una movilización general, que una
los esfuerzos de la población, de las Instituciones, de los privados y de las
diversas realidades civiles», «No se pueden postergar los pasos concretos para
favorecer la apertura de nuevos puestos de trabajo, dando así – sobre todo a
los jóvenes – la posibilidad de realizarse a sí mismos, mediante una actividad
laboral honesta».
Llevar
el amor de Dios a los que más lo necesitan y construir una sociedad más justa y
solidaria
El
Papa enlazó el Año jubilar Celestianiano, que están viviendo estos
peregrinos, con el Año Santo de la Misericordia, para volver a Cristo, al
Evangelio, reconciliarse con Dios y con el prójimo. «Y así renace el anhelo de
llevar su amor a todos, sobre todo a las personas solas, marginadas, humilladas
por el sufrimiento y la injusticia social. A tantos, que cansados de palabras
humanas, sienten una profunda nostalgia de Dios. Este jubileo diocesano de
ustedes los prepara para vivir aún mejor el Año Santo de la Misericordia, que
convoqué hace poco», dijo el Santo Padre alentando nuevamente un amplio
esfuerzo caritativo hacia los más necesitados:
«Entonces
su camino diocesano, ya loablemente orientado a este camino de la caridad,
podrá implicar cada vez a más personas y más realidades sociales e institucionales,
acercándose a los que no tienen hogar, trabajo, así como cuantos sufren
antiguas y nuevas pobrezas, no sólo para proveer a sus necesidades más
urgentes, sino para construir junto con ellos una sociedad más acogedora, más
respetosa de las diversidades, más justa y solidaria».
«¡Qué
lindo es poder afrontar los altibajos de la existencia en compañía de Jesús,
tener con nosotros a su Persona y su mensaje!»
«A
los jóvenes y a todos ustedes les repito hoy: los problemas se superan con la
solidaridad. Los aliento a ser testimonios de solidaridad en sus ciudades y en
sus pueblos, en el trabajo, en la escuela, en familia, en los lugares de
encuentro», volvió a recordar el Santo Padre, para luego encomendar a todos a
la Virgen María y darles su bendición.
(CdM
– RV)
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