El Papa Francisco celebra la Misa matutina en la
Capilla de la Casa de Santa Marta - OSS_ROM
05/05/2015 12:35
(RV).- Tribulaciones, entrega y paz.
Son las tres palabras en torno a las cuales el Papa Francisco desarrolló
su homilía de la Misa matutina celebrada en
la capilla de la Casa de Santa Marta. El Santo Padre subrayó
que el cristiano no tiene una “actitud sadomasoquista” frente a las
dificultades, sino que se encomienda al Señor con confianza y esperanza.
San Pablo es perseguido, pero a pesar de las diversas
tribulaciones, permanece firme en la fe y anima a los hermanos a esperar en el Señor.
Inspirándose en un pasaje de los Hechos de los Apóstoles, de la Primera
Lectura, el Papa Francisco se detuvo a considerar tres puntos: tribulaciones,
entrega y paz. Y recordó que para entrar en el Reino de Dios es
necesario “pasar momentos oscuros, momentos difíciles”.
El cristiano soporta las tribulaciones con valentía
Sin embargo, advirtió el Papa, ésta “no es una actitud
sadomasoquista”, sino que es “la lucha cristiana” contra el príncipe de este
mundo que trata de separarnos “de la Palabra de Jesús, de la fe, de la
esperanza”. Y puso de manifiesto que “soportar las tribulaciones” es una frase
que el Apóstol Pablo usa mucho:
“‘Soportar’: es más que tener paciencia, es llevar
sobre los hombros, llevar el peso de las tribulaciones. Y también la vida del
cristiano tiene momentos así. Pero Jesús nos dice: ‘Tengan coraje en aquel
momento. Yo he vencido, también ustedes serán vencedores’. Esta primera palabra
nos ilumina para ir adelante en los momentos más difíciles de la vida, aquellos
momentos que también nos hacen sufrir”.
Y después de haber dado este consejo, prosiguió
diciendo el Papa, Pablo “organiza aquella Iglesia”, “reza por los presbíteros,
impone las manos y los encomienda al Señor”.
Encomendarse al Señor en los momentos difíciles
La segunda palabra: “entregarse”. “Un cristiano –
dijo Francisco – puede llevar adelante las tribulaciones y también las
persecuciones encomendándose al Señor”. Sólo Él – reafirmó – “es capaz de
darnos la fuerza, darnos la perseverancia en la fe, darnos la esperanza”:
“Encomendar al Señor algo, entregar al Señor este
momento difícil, encomendarme yo mismo al Señor encomendar al Señor a
nuestros fieles, nosotros los sacerdotes, los obispos; encomendar nuestras
familias, nuestros amigos al Señor y decirle: ‘Cuida de estos, son los tuyos’.
Es una oración que no siempre hacemos, la oración de encomendar: ‘Señor te
encomiendo esto, llévalo Tú adelante’, es una bella oración cristiana. Es la
actitud de la confianza en el poder del Señor, también en la ternura del Señor
que es Padre”.
Cuando una persona “hace esta oración”, desde el
corazón – añadió el Papa Bergoglio – entonces siente que
está encomendada al Señor, se siente segura: “Él no defrauda jamás”. La
tribulación – fue la reflexión del Papa – nos hace sufrir, pero “el hecho
de encomendarnos al Señor te da esperanza y de aquí surge la tercera palabra:
la paz”.
La paz del Señor refuerza la fe y la esperanza
Francisco recordó lo que Jesús dice, como
“despedida”, a sus discípulos: “Les dejo la paz, les doy mi paz”. Y puso de
manifiesto que “no se trata de una sencilla tranquilidad”, sino de una paz que
“va adentro, una paz que te da la fuerza, que refuerza lo que hoy hemos pedido
al Señor: nuestra fe y nuestra esperanza”:
“Tres palabras: tribulaciones, entrega y paz. En la
vida debemos ir por caminos de tribulación pero es la ley de la vida. Y en
aquellos mementos encomendarse al Señor y Él nos responde con la paz.
Este Señor que es Padre nos ama tanto y jamás decepciona. Prosigamos
ahora la celebración eucarística con el Señor, pidiendo que refuerce nuestra fe
y nuestra esperanza, pidiendo que nos dé confianza para vencer las
tribulaciones porque Él ha vencido al mundo, y que nos dé a todos su paz”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
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