COMO REZAR EL SANTO ROSARIO
Para
recitar el Rosario con verdadero provecho se debe estar en estado de
gracia o por lo menos tener la firme
resolución de renunciar al pecado.
MIENTRAS SE SOSTIENE EL CRUCIFIJO NOS HACEMOS LA SEÑAL
DE LA CRUZ:
“Por
la señal + de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos, líbranos Señor + Dios Nuestro.
En el Nombre + del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
LUEGO RECITAR EL CREDO DE LOS APOSTOLES
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y
de la tierra, y en Jesucristo su Único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido
por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen, padeció bajo
el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos,
está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; desde allí ha de venir a
juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la Santa
Iglesia Católica, en la Comunión de los Santos, en el perdón de los pecados, en
la resurrección de la carne, y en la vida eterna. Amén.
SE DICE LA INTENCIÓN:
“OFRECEMOS ESTE SANTO ROSARIO POR LAS
SIGUIENTES INTENCIONES: (Y AQUÍ
NOMBRAMOS LAS INTENCIONES)
LUEGO DECIMOS EL MISTERIO:
EN EL PRIMER MISTERIO CONTEMPLAMOS...
(NOMBRAMOS EL MISTERIO QUE CORRESPONDE AL DÍA (*)
Y HACEMOS UN MOMENTO DE SILENCIO PARA SITUARNOS MENTALMENTE EN LA ESCENA
QUE VAMOS A CONTEMPLAR; Y REZAMOS:
EL PRIMER MISTERIO ES LA ORACIÓN DE JESÚS EN EL
HUERTO DE LOS OLIVOS:
La noche antes de
su muerte en la Cruz, Jesús, que siendo Dios sabía que lo iban a crucificar,
sube al Monte de los Olivos a rezar.
“Y
adelantándose un poco, cayó con el rostro en tierra, orando así: “Padre mío, si
es posible, que pase lejos de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino
la tuya”. (Mt. 26, 39)
Pidamos a la
Santísima Virgen, aprender a orar.
EN LA PRIMERA CUENTA GRANDE RECITAR UN
PADRE NUESTRO
“Padre nuestro, que estás en
el cielo, santificado sea tu Nombre – venga a nosotros tu Reino – hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén”.
EN CADA UNA DE LAS DIEZ SIGUIENTES CUENTAS PEQUEÑAS
(UNA DECENA) RECITAR UN AVE MARÍA, MIENTRAS SE REFLEXIONA EN EL MISTERIO;
10 AVEMARÍAS:
“Dios
te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres
entre todas las mujeres, - y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. – Santa
María, Madre de Dios, - ruega por nosotros pecadores – ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén”.
LUEGO, RECITAR UN GLORIA:
“Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
– como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén”.
Y LAS SIGUIENTES JACULATORIAS DADAS POR LA VIRGEN
MARÍA EN FÁTIMA:
"María es Madre de gracia y Madre de
Misericordia …
En la vida y en muerte ampáranos
Madre Nuestra".
"Oh mi buen Jesús, perdona nuestros pecados: líbranos del fuego del
infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más
necesitadas de Tu Misericordia."
ANUNCIAR EL SEGUNDO MISTERIO DEL ROSARIO
EN EL
SEGUNDO MISTERIO CONTEMPLAMOS LA FLAGELACIÓN DE NUESTRO SEÑOR:
“Pilatos
mandó entonces azotar a Jesús”. (Jn. 19, 1)
Pidamos a la
Santísima Virgen, aprender a sufrir.
En cada una de las siguientes
décadas recitar las oraciones de la misma manera: recitar el Padre
Nuestro, diez Ave Marías mientras se medita en el misterio, el Gloria y las
Jaculatorias
ANUNCIAR
EL TERCER MISTERIO DEL ROSARIO
EL
TERCER MISTERIO CONTEMPLAMOS “LA CORONACIÓN DE ESPINAS”:
“Los soldados tejieron una
corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto
rojo, y acercándose, le decían: “¡Salud, rey de los judíos!”, y lo abofeteaban”. (Jn. 19, 2-3)
Pidamos a la
Virgen, aprender a aceptar pacientemente las humillaciones
En cada
una de las siguientes décadas recitar las oraciones de la misma manera:
recitar el Padre Nuestro, diez Ave Marías mientras se medita en el misterio, el
Gloria y las Jaculatorias.
ANUNCIAR EL CUARTO MISTERIO DEL ROSARIO
EN EL CUARTO MISTERIO CONTEMPLAMOS A “JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS HACIA EL MONTE
DEL CALVARIO”:
“Jesús,
cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado
“del Cráneo”, en hebreo “Gólgota”. (Jn. 19, 17)
Pidamos a la
Virgen, aprender a aceptar y amar nuestra cruz.
En cada
una de las siguientes décadas recitar las oraciones de la misma manera: recitar
el Padre Nuestro, diez Ave Marías mientras se medita en el misterio, rezar el
Gloria y las Jaculatorias.
ANUNCIAR EL QUINTO MISTERIO DEL ROSARIO
EN ÉSTE QUINTO MISTERIO CONTEMPLAMOS “LA CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO”:
“Cuando
llegaron al lugar llamado “del Cráneo”, lo crucificaron”. (Lc. 23, 33).
“Era
alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra
hasta las tres de la tarde: el velo del Templo se rasgó por el medio. Jesús,
con un grito, exclamó: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y diciendo
esto, expiró”. (Lc. 23,
44-46)
Pidamos a la
Santísima Virgen llegar al último momento de nuestra vida, habiendo cumplido
bien nuestra misión aquí en la tierra.
En cada
una de las siguientes décadas recitar las oraciones de la misma manera: recitar
el Padre Nuestro, diez Ave Marías mientras se medita en el misterio, rezar el
Gloria y las Jaculatorias.
LUEGO DECIMOS:
“Por las intenciones del Santo Padre y para ganar las santas
indulgencias”
EN LA PRIMERA CUENTA GRANDE
RECITAR EL PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado
sea Tu nombre; venga a nosotros Tu Reino; hágase Tu Voluntad, así en la tierra
como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal. Amén.
Y LUEGO EN CADA UNA DE LAS TRES SIGUIENTES CUENTAS PEQUEÑAS RECITAR EL AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de Gracia, El Señor
es contigo,
bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
RECITAR UN GLORIA ANTES DE LA
SIGUIENTE CUENTA GRANDE EL GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, es ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Cuando se
ha concluido el quinto misterio el Rosario suele terminarse con el rezo de
LA
SALVE
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia, Vida y dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suplicamos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra. Vuelve a nosotros esos Tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de Tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!
L. Ruega por nosotros, Santa Madre
de Dios
R. para que seamos dignos de alcanzar las promesas y Gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén."
R. para que seamos dignos de alcanzar las promesas y Gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén."
Luego
podemos rezar:
BENDITA SEA TU PUREZA
Bendita
sea Tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa
belleza, a Ti Celestial Princesa, oh Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en
éste día, alma, vida y corazón, míranos con compasión, no nos dejes Madre mía y
danos Tu Bendición, que sea la del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Amén.
Los
Misterios Gozosos son meditados los lunes y sábados, los domingos de Adviento y
domingos después de la Epifanía hasta la Cuaresma.
Los Misterios Dolorosos son meditados los martes y viernes, y los domingos en Cuaresma.
Los Misterios Dolorosos son meditados los martes y viernes, y los domingos en Cuaresma.
Los
Misterios Gloriosos son meditados los miércoles y sábados, y los domingos desde
la Pascua de Resurrección hasta Adviento.
Los Misterios Luminosos, son meditados los
días jueves
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