En su
homilía en Casa Santa Marta, el Papa habló sobre la predicación. Dijo que algunos
cristianos rechazan la Palabra de Dios por culpa de los predicadores.
Explicó que sucedió algo parecido a Juan el Bautista y a Jesús, quienes fueron
rechazados a pesar de que sus palabras eran importantes.
PAPA
FRANCISCO
"Estos
cristianos que son cerrados, que están enjaulados, estos cristianos tristes… no
son libres. ¿Por qué? Porque tienen miedo de la libertad del Espíritu Santo,
que viene a través de la predicación. Y este es el escándalo de la predicación,
del que hablaba San Pablo: el escándalo de la predicación que termina en el
escándalo de la Cruz”.
El Papa
también dijo que aunque a muchos les cueste aceptarlo, Dios habla a través de
pecadores. Pero, añadió que es esta libertad de predicación lo que hace crecer
a la Iglesia.
EXTRACTO
DE LA HOMILÍA
(Fuente,
Radio Vaticana)
"Y ellos, la gente de aquel tiempo,
preferían refugiarse en una religión más elaborada: en los preceptos morales,
como aquel grupo de fariseos; en el compromiso político, como los saduceos; en
la revolución social, como los
zelotas; en la espiritualidad gnóstica, como los esenios. Con su sistema bien
limpio, bien hecho. Pero al predicador, no. También Jesús les hace recordar:
‘Sus padres han hecho lo mismo con los profetas’. El pueblo de Dios tiene una cierta alergia por los predicadores de
la Palabra: a los profetas, los ha perseguido, los ha asesinado”.
"Estos cristianos que son cerrados, que están enjaulados, estos cristianos tristes…
no son libres. ¿Por qué? Porque tienen miedo de la libertad del Espíritu Santo,
que viene a través de la predicación. Y este es el escándalo de la predicación,
del que hablaba San Pablo: el escándalo de la predicación que termina en el
escándalo de la Cruz. Escandaliza el
hecho que Dios nos hable a través de hombres con límites, hombres pecadores:
¡escandaliza! Y escandaliza más que Dios nos hable y nos salve a través de un
hombre que dice que es el Hijo de Dios y que termina como un criminal. Eso
escandaliza”.
"Estos cristianos tristes no creen en el
Espíritu Santo, no creen en aquella libertad que viene de la predicación, que
te advierte, te enseña, te abofetea, también; pero que es precisamente la
libertad que hace crecer a la Iglesia”
"Viendo a esos muchachos que tienen miedo de bailar, de llorar,
miedo de todo, que en todo piden seguridad, pienso en esos cristianos tristes
que siempre critican a los predicadores de la Verdad, porque tienen miedo de
abrir la puerta al Espíritu Santo. Recemos por ellos, y recemos también por
nosotros, para que no nos convirtamos en cristianos tristes, quitando al
Espíritu Santo la libertad de venir a nosotros a través del escándalo de la
predicación”.
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