Una
multitud recibió al Papa en la Plaza de España en el día de la
Inmaculada Concepción. Fue la primera visita de Francisco a este lugar.
El Papa fue dando y recibiendo continuas muestras de cariño. Durante el camino esta anciana le lanzó al Papa una rosa blanca y el Papa la recogió y se la devolvió. Luego, siguió caminando.
Durante la breve ceremonia el Papa dirigió una sencilla oración a la Virgen. Pidió que ayude a los enfermos, los pobres y los ancianos.
PAPA FRANCISCO
"Ayúdanos a permanecer en escucha atenta de la voz del Señor: Que el grito de los pobres no nos deje nunca indiferentes. Que el sufrimiento de los enfermos y de los necesitados no nos encuentre distraídos. Que la soledad de los ancianos y la fragilidad de los niños nos conmueva, que toda vida humana sea para todos nosotros siempre amada y venerada”.
Después de la ceremonia, y a pesar del retraso, el Papa saludó a algunos ancianos y enfermos.
Entre cartas y rosas, abrazos y besos, la gente se volcó de lleno con el Papa y se pudieron ver momentos entrañables como cuando esta mujer lloró de la emoción al estar con Francisco.
A continuación, el Papa se dirigió a la basílica de Santa María Mayor, la patrona de Roma. Es la sexta vez que va a esta basílica desde su elección.
El Papa fue dando y recibiendo continuas muestras de cariño. Durante el camino esta anciana le lanzó al Papa una rosa blanca y el Papa la recogió y se la devolvió. Luego, siguió caminando.
Durante la breve ceremonia el Papa dirigió una sencilla oración a la Virgen. Pidió que ayude a los enfermos, los pobres y los ancianos.
PAPA FRANCISCO
"Ayúdanos a permanecer en escucha atenta de la voz del Señor: Que el grito de los pobres no nos deje nunca indiferentes. Que el sufrimiento de los enfermos y de los necesitados no nos encuentre distraídos. Que la soledad de los ancianos y la fragilidad de los niños nos conmueva, que toda vida humana sea para todos nosotros siempre amada y venerada”.
Después de la ceremonia, y a pesar del retraso, el Papa saludó a algunos ancianos y enfermos.
Entre cartas y rosas, abrazos y besos, la gente se volcó de lleno con el Papa y se pudieron ver momentos entrañables como cuando esta mujer lloró de la emoción al estar con Francisco.
A continuación, el Papa se dirigió a la basílica de Santa María Mayor, la patrona de Roma. Es la sexta vez que va a esta basílica desde su elección.
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