La
Santísima Virgen, tal cual lo dijo a Juan Diego, ha sido verdaderamente
especialísima Madre de todos y cada uno de los moradores de esta tierra, y ha
prodigado sin medida tanto su amor, como su compasión, auxilio y defensa en
innumerables y constantes favores otorgados a ellos y a todos los que la
invocan y en Ella confían.
Ella está siempre atenta para escuchar nuestros lamentos
y remediar nuestras miserias, penas y dolores.
Y el
dichoso pueblo mexicano ha correspondido a tan alta predilección de la Madre de
Dios:
- Amándola con todo su corazón, pues no hay para el mexicano verdadero, un amor más tierno y delicado que el que todos tenemos a María Santísima de Guadalupe.
- Erigiéndole el templo que pedía y que de la ermita del Señor Zumárraga, se ha convertido en la magnífica Basílica en que hoy se venera.
- Multiplicando sus Santuarios, pues son innumerables los santuarios que se han erigido por todo el mundo en Honor a Nuestra Señora de Guadalupe, multiplicándose así sus altares, pues en prácticamente todos nuestros templos en el mundo entero y además son pocos los hogares mexicanos en que no se tenga su bendita imagen con amor y devoción.
- En medio del más grande regocijo del pueblo mexicano, SU SANTIDAD LEÓN XIII LA CORONÓ COMO REINA DE MÉXICO, EL 12 DE OCTUBRE DE 1895.
- La Iglesia entera rinde culto a la Virgen de Guadalupe.
- La Santa Iglesia ha establecido Misa propia de la Virgen de Guadalupe con rito doble de primera clase y oficio propio.
- Y el culto de la Virgen Santísima de Guadalupe tiende a extenderse por toda la tierra, habiéndose extendido ya a toda la América Latina, hasta tal grado que a petición del V. Episcopado Hispano-Americano, SU SANTIDAD PÍO X LA DECLARÓ PATRONA DE LA AMÉRICA LATINA EL 24 DE AGOSTO DE 1910.
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