¿NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?
“SÁBELO, TEN POR CIERTO, HIJO MÍO EL MÁS PEQUEÑO, QUE YO SOY LA PERFECTA SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA, MADRE DEL VERDADERÍSIMO DIOS POR QUIEN SE VIVE, EL CREADOR DE LAS PERSONAS, EL DUEÑO DE LA CERCANÍA Y DE LA INMEDIACIÓN, EL DUEÑO DEL CIELO, EL DUEÑO DE LA TIERRA, MUCHO DESEO QUE AQUÍ ME LEVANTEN MI CASITA SAGRADA, EN DONDE LO MOSTRARÉ, LO ENSALZARÉ AL PONERLO DE MANIFIESTO: LO DARÉ A LAS GENTES EN TODO MI AMOR PERSONAL, EN MI MIRADA COMPASIVA, EN MI AUXILIO, EN MI SALVACIÓN: PORQUE YO EN VERDAD SOY VUESTRA MADRE COMPASIVA, TUYA Y DE TODOS LOS HOMBRES QUE EN ESTA TIERRA ESTÁIS EN UNO, Y DE LAS DEMÁS VARIADAS ESTIRPES DE HOMBRES, MIS AMADORES, LOS QUE A MÍ CLAMEN, LOS QUE ME BUSQUEN, LOS QUE CONFÍEN EN MÍ, PORQUE ALLÍ LES ESCUCHARÉ SU LLANTO, SU TRISTEZA, PARA REMEDIAR PARA CURAR TODAS SUS DIFERENTES PENAS, SUS MISERIAS, SUS DOLORES…". "ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. ¿NO ESTOY AQUÍ, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?. QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; …” Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, tomadas del Nican Mopohua.

domingo, 25 de enero de 2015

"RECEMOS A MARÍA PARA QUE NOS UNA TODOS", el Papa en la hora del Ángelus, TEXTO COMPLETO DE LAS PALABRAS DEL PAPA

El Papa en la hora del Ángelus con niños de la Acción Católica - RV
25/01/2015 11:53
(RV).- “Quien escucha a Jesucristo y lo sigue entra en el Reino de Dios”, lo dijo el Papa Francisco antes de la oración mariana del Ángelus este domingo, recibido con una gran ovación de los fieles que llegaron a la Plaza de San Pedro a rezar con él.  Hablando del Evangelio de hoy que presenta la predicación de Jesús en Galilea, explica que San Marcos nos hace ver como “Jesús inicia los caminos de su tierra para llevar a todos, especialmente a los pobres, el Evangelio de Dios".

TEXTO COMPLETO DE LAS PALABRAS DEL PAPA EN LA HORA DEL ÁNGELUS:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de hoy nos presenta el comienzo de la predicación de Jesús en Galilea. San Marcos subraya que Jesús comenzó a predicar, «después que Juan [el Bautista] fue arrestado» (1,14). Precisamente en el momento en el que la voz profética del Bautista, que anunciaba la venida del Reino de Dios, es silenciada por Herodes, Jesús comienza a recorrer las calles de su tierra para llevar a todos, especialmente a los pobres, «el Evangelio de Dios»(ibíd.). El anuncio de Jesús es similar al de Juan, con la diferencia sustancial de que Jesús ya no indica más otro que está por venir: Jesús es Él mismo el cumplimiento de las promesas, Él mismo la “buena noticia” que hay que creer, recibir y comunicar a los hombres y mujeres de todos los tiempos, para que también ellos confíen a Él su existencia. Jesucristo en persona es la Palabra viva y la Palabra operante en la historia: quien lo escucha y lo sigue entra en el Reino de Dios.

Jesús es el cumplimiento de las promesas divinas porque es Aquel que dona al hombre el Espíritu Santo, el “agua viva” que sacia nuestro corazón inquieto, sediento de vida, de amor, de libertad, de paz: sediento de Dios. ¡Cuántas veces sentimos o hemos sentido, nuestro corazón sediento! Él mismo lo reveló a la mujer samaritana, encontrada en el pozo de Jacob, a quien dijo: «Dame de beber» (Jn. 4,7). Precisamente estas palabras de Cristo, dirigidas a la mujer samaritana, han sido el tema de la actual SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS, que concluye hoy. Esta tarde, con los fieles de la diócesis de Roma y con los representantes de las diversas Iglesias y Comunidades eclesiales, nos reuniremos en la Basílica de San Pablo Extramuros para rezar intensamente al Señor, de modo que refuerce nuestro compromiso para la plena unidad de todos los cristianos. Es una cosa fea que los cristianos estén divididos. Jesús nos quiere unidos: un solo cuerpo. Nuestros pecados, nuestra historia, nos han dividido y por ello debemos rezar mucho para que el Espíritu Santo nos una de nuevo.

Dios, haciéndose hombre, hizo propia nuestra sed, no sólo del agua material, sino sobre todo, la sed de una vida plena, de una vida libre de la esclavitud del mal y de la muerte. Al mismo tiempo, con su encarnación, Dios ha puesto su sed - porque también Dios tiene sed - su sed en el corazón de un hombre: Jesús de Nazaret. Así, en el corazón de Cristo se encuentran la sed humana y la sed divina. Y el deseo de la unidad de sus discípulos pertenece a esta sed. Lo encontramos expresado en la oración elevada al Padre antes de la Pasión: «Que todos sean uno» (Jn. 17,21). Eso es lo que quería Jesús, la unidad de todos. El diablo - lo sabemos - es el padre de las divisiones, es uno que siempre divide, que siempre hace guerras, hace tanto mal.

¡Que esta sed de Jesús se convierta cada vez más también en nuestra sed! Continuemos, pues, rezando y comprometiéndonos por la plena unidad de los discípulos de Cristo, en la certeza de que Él mismo está a nuestro lado y nos sostiene con la fuerza de su Espíritu para que esta meta se acerque. Y confiamos nuestras oraciones a la materna intercesión de la Virgen María, Madre de Cristo y Madre de la Iglesia para que Ella nos una a todos, como buena Madre. Ángelus domini…
 
PALABRAS DEL PAPA DESPUÉS DEL ÁNGELUS:
LLAMAMIENTO POR LA PAZ EN UCRANIA
Sigo con profunda preocupación la escalada de los combates Ucrania oriental, que siguen causando numerosas víctimas entre la población civil. Mientras aseguro mis oraciones por todos los que sufren, renuevo un apremiante llamamiento para que se reanuden los tentativos de diálogo y se ponga fin a todas las hostilidades.

Ahora continuamos en compañía:
Queridos hermanos y hermanas,
Hoy se celebra la JORNADA MUNDIAL DE LOS ENFERMOS DE LEPRA. Expreso mi cercanía a todas las personas que sufren por esta enfermedad, así como a aquellos que cuidan de ellos, y a quienes luchan para eliminar las causas del contagio, es decir, las condiciones de vida no dignas del hombre. ¡Renovamos nuestro compromiso de solidaridad hacia estos hermanos y hermanas!

Saludo con afecto a todos ustedes, queridos peregrinos venidos de diversas parroquias de Italia y otros países, así como a las asociaciones y grupos escolares.
En particular, saludo a la comunidad filipina de Roma. Queridos, el pueblo filipino es maravilloso, por su fe fuerte y alegre. Que el Señor sostenga siempre también a ustedes que viven lejos de casa. ¡Muchas gracias por su testimonio! Y muchas gracias por todo el bien que hacen aquí, porque ustedes siembran la fe entre nosotros, ustedes dan un bello testimonio de fe. ¡Muchas gracias!
Saludo a los estudiantes de Cuenca, Villafranca de los Barros y Badajoz (España), a los grupos parroquiales de las Islas Baleares y a las jóvenes de Panamá. Saludo a los fieles de Catania, Diamante, y Delianuova y Crespano del Grappa.
Me dirijo ahora a los chicos y chicas de la Acción Católica de Roma. Queridos chicos, también este año, acompañados por el Cardenal Vicario y por Mons. Mansueto, han venido en gran número al finalizar su “Caravana de la Paz”. Les agradezco, y los animo a continuar con alegría el camino cristiano, llevando a todos la paz de Jesús. Ahora escuchamos el mensaje que leerán sus amigos, aquí a mi lado (lectura del Mensaje).
He aquí: estos globos quieren decir Paz. ¡Gracias, chicos! Les deseo a todos buen domingo y buen almuerzo. Y por favor, por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Hasta la vista!

Traducción del italiano: Griselda Mutual, Radio Vaticano

PROCESOS DE NULIDAD MATRIMONIAL RÁPIDOS Y LIBRES DE FORMALISMO, PIDE EL PAPA

El Papa Francisco en el Aula Clementina del Palacio Apostólico - AFP
24/01/2015 13:32
(RV).-  Tras dos jornadas de intenso trabajo, concluye hoy en Roma el Congreso internacional de la Facultad de Derecho Canónico, de la Pontificia Universidad Gregoriana, sobre el balance y las perspectivas a diez años de la publicación de la Dignitas Connubii.  
En efecto, el 25 de enero de 2005, en la fiesta de la Conversión de San Pablo Apóstol, el CONSEJO PONTIFICIO PARA LOS TEXTOS LEGISLATIVOS, publicaba la Instrucción que deben observar los TRIBUNALES DIOCESANOS E INTERDIOCESANOS al tratar las causas de nulidad del matrimonio, titulada, DIGNITAS CONNUBII, en la que se explica que la dignidad del matrimonio, que entre bautizados “es imagen y participación de la alianza de amor entre Cristo y la Iglesia”, reclama que la Iglesia promueva el matrimonio y la familia fundada en él con la mayor solicitud pastoral y, con todos los medios posibles, los proteja y defienda.
Precisamente con motivo de este aniversario, el Papa Francisco recibió, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, a los participantes y a los sacerdotes de la Facultad de Derecho Canónico de la Alta Casa de Estudios de los jesuitas que organizó el Congreso, con el patrocinio del Consejo Pontificio para los textos legislativos y de la CONSOCIATIO INTERNATIONALIS STUDIO IURIS CANONICI PROMOVENDO.
Al saludar con afecto a quienes proceden de las Iglesia locales de diversas partes del mundo para participar activamente en este Congreso, comunicando también las experiencias de sus Tribunales locales, el Santo Padre afirmó que es de gran consuelo su presencia numerosa y calificada, que se traduce en una respuesta generosa a las solicitaciones que todo auténtico ministro de los tribunales eclesiásticos siente por el bien de las almas.

El Pontífice destacó que la amplia participación en este encuentro, de casi 120 personas, indica la importancia de la Instrucción Dignitas connubii, que no está destinada a los especialistas del derecho, sino a quienes trabajan en los tribunales locales puesto que, en efecto, se trata de un modesto pero útil vademécum que lleva de la mano a los ministros de estos tribunales a fin de que los procesos se desarrollen de modo seguro y rápido al mismo tiempo.

Tras afirmar que el conocimiento de esta Instrucción también podrá ayudar en el futuro a los ministros de los tribunales a abreviar el itinerario procesal, que los cónyuges suelen percibir frecuentemente como largo y fatigoso; el Papa Bergoglio recordó que aún no se han estudiado todos los recursos que la Dignitas connubii  pone a disposición para llevar a cabo un proceso rápido libre de todo formalismo y que no se pueden excluir para el futuro ulteriores intervenciones legislativas tendentes a la misma finalidad.

El Pontífice volvió a recordar que entre las solicitudes de esta instrucción está la de la aportación propia y original del defensor del vínculo en el proceso matrimonial, cuya presencia y cumplimiento fiel de su deber no condiciona al juez, sino que permite favorecer la imparcialidad de su juicio, al presentarle los argumentos a favor y en contra de la declaración de nulidad del matrimonio.

Antes de impartirles su Bendición Apostólica, el Obispo de Roma concluyó este encuentro encomendando a María Santísima, Sedes Sapientiae, la prosecución de sus estudios y reflexiones sobre cuanto el Señor quiere hoy para el bien de las almas, que ha adquirido con su sangre.
(María Fernanda Bernasconi - RV). 


domingo, 18 de enero de 2015

¡CAMBIEN EL MUNDO! APRENDAN A AMAR Y TENGAN LA VALENTÍA DE LLORAR, PIDIÓ EL PAPA A LA JUVENTUD EN FILIPINAS

El abrazo del Papa a la pequeña June ex niña de la calle - AFP
17/01/2015 16:04
(RV).- Un encuentro lleno de conmoción - entrelazada con fervor y entusiasmo, lágrimas y sonrisas - del Papa Francisco con más de 30 mil jóvenes filipinos, en el campus de la Pontificia y Real Universidad de Santo Tomás, el ateneo pontificio más antiguo de Asia, que celebró recientemente 400 años de su fundación.
«En mi visita a Filipinashe querido reunirme especialmente con ustedes los jóvenes, para escucharlos y hablar con ustedes», dijo el Obispo de Roma y añadió: «quiero transmitirles el amor y las esperanzas que la Iglesia tiene puestas en ustedes. Y quiero animarlos, como cristianos ciudadanos de este país, para que se entreguen con pasión y sinceridad a la gran tarea de la renovación de su sociedad y ayuden a construir un mundo mejor», señaló el Santo Padre a los jóvenes que le hablaron de sus dificultades, expectativas, tristezas y anhelos.
Y después de escuchar los testimonios, el Papa Francisco improvisó sus palabras dialogando de corazón a corazón. Recordó a la joven voluntaria que falleció en Tacloban y rezó por ella y sus familiares y dialogó con los jóvenes, reflexionando sobre las preguntas que le presentaron una ex niña y un ex niño de la calle, un estudiante y un  superviviente del tifón Yolanda e  inventor de una sencilla lámpara solar para dar luz a donde no llega la electricidad y sobre todo tras las catástrofes naturales.
Con sus 14 años de edad, Jun Chura, contó la terrible vivencia de los niños de la calle, de la pobreza y de la violencia sufrida, preguntando entre sollozos «Querido Santo Padre ¿por qué?...»
El Papa empezó con su oración junto con todos los presentes y su pesar por la muerte de Cristel, para luego reflexionar sobre las preguntas que se le habían formulado. Sobre el sufrimiento de los menores, recordó las lágrimas de Cristo y la incapacidad que tiene el mundo hoy de llorar.
El que no aprende a llorar no es un buen cristiano: «Y cuando nos hagan la pregunta: porqué sufren los niños, ¿por qué sucede esto, esto otro  trágico en la vida? que nuestra respuesta sea el silencio o las palabras que nacen de las lágrimas. ¡Sean valientes, no tengan miedo de llorar!».
La importancia de aprender a amar y dejarse amar, de pensar en los pobres, de que los jóvenes no se vuelvan ‘museos’, con demasiada información y sin saber amar: «pensemos en san Francisco, dejó todo, murió con las manos vacías, pero con el corazón lleno». Y estar siempre a la escucha de los que nos dice Jesús, para aprender a ser evangelizados por lospobres, los enfermos, los huérfanos.
Hablando del desafío de la integridad, explicó el Papa que la palabra «desafío» puede entenderse de dos maneras. De forma negativa, pero también en un sentido positivo. «Se puede ver como una invitación a ser valientes, una llamada a dar testimonio profético de aquello en lo que crees y consideras sagrado».
El Papa Francisco terminó con estas palabras «Perdónenme porque no leí lo que les tenía preparado. Pero hay una frase que me consuela un poquito: ‘La realidad es superior a la idea’ y la realidad que ustedes plantearon y la realidad de ustedes es superior a todas las respuestas que yo había preparado. ¡Gracias!»

(CdM – RV)

LOS FILIPINOS ESTÁN LLAMADOS A SER GRANDES MISIONEROS DE LA FE EN ASIA, DIJO EL PAPA, TEXTO COMPLETO DE A HOMILÍA

Los fieles en el Rizal Park de Manila con el Papa Francisco - AP
17/01/2015 17:09

(RV).- En su homilía el Papa Francisco afirmó que los filipinos están llamados a ser grandes misioneros de la fe en Asia.  Y tras referirse a la imagen del Santo Niño Jesús que acompañó desde el principio la difusión del Evangelio en este país, recordó la identidad de hijos de Dios de los cristianos, hermosa expresión que se refleja, por ejemplo, en la imagen de los mismos filipinos que se prodigaron para socorrer a sus hermanos afectados por el tifón Yolanda.
TEXTO DE LA HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO:
Santa Misa en el Rizal Park de Manila, 18 enero 2015
«Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado» (Is 9, 5). Es una gran alegría para mí celebrar el domingo del Santo Niño con ustedes. La imagen del Santo Niño Jesús acompañó desde el principio la difusión del Evangelio en este país. Vestido como un rey, coronado y sosteniendo en sus manos el cetro, el globo y la cruz, nos recuerda continuamente la relación entre el Reino de Dios y el misterio de la infancia espiritual. Nos lo dice el Evangelio de hoy: «Quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él» (Mc 10, 15). El Santo Niño sigue anunciándonos que la luz de la gracia de Dios ha brillado sobre un mundo que habitaba en la oscuridad, trayendo la Buena Nueva de nuestra liberación de la esclavitud y guiándonos por los caminos de la paz, el derecho y la justicia. Nos recuerda también que estamos llamados a extender el Reino de Cristo por todo el mundo.          
            En estos días, durante mi visita, he escuchado la canción: «Todos somos hijos de Dios». Esto es lo que el Santo Niño nos dice. Nos recuerda nuestra identidad más profunda. Todos somos hijos de Dios, miembros de la familia de Dios. Hoy san Pablo nos ha dicho que hemos sido hechos hijos adoptivos de Dios, hermanos y hermanas en Cristo. Eso es lo que somos. Ésa es nuestra identidad. Hemos visto una hermosa expresión de esto cuando los filipinos se volcaron con nuestros hermanos y hermanas afectados por el tifón.
            El Apóstol nos dice que gracias a la elección de Dios hemos sido abundantemente bendecidos. Dios «nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos» (Ef 1, 3). Estas palabras tienen una resonancia especial en Filipinas, ya que es el principal país católico de Asia; esto ya es un don especial de Dios, una bendición. Pero es también una vocación. Los filipinos están llamados a ser grandes misioneros de la fe en Asia.
            Dios nos ha escogido y bendecido con un propósito: «Para que fuésemos santos e irreprochables en su presencia» (Ef 1, 4). Nos eligió a cada uno de nosotros para ser testigos de su verdad y su justicia en este mundo. Creó el mundo como un hermoso jardín y nos pidió que cuidáramos de él. Pero, con el pecado, el hombre desfiguró aquella belleza natural; destruyó también la unidad y la belleza de nuestra familia humana, dando lugar a estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la falta de educación y la corrupción.
            A veces, cuando vemos los problemas, las dificultades y las injusticias que nos rodean, sentimos la tentación de resignarnos. Parece como si las promesas del Evangelio no se fueran a cumplir; que fueran irreales. Pero la Biblia nos dice que la gran amenaza para el plan de Dios sobre nosotros es, y siempre ha sido, la mentira. El diablo es el padre de la mentira. A menudo esconde sus engaños bajo la apariencia de la sofisticación, de la fascinación por ser «moderno», «como todo el mundo». Nos distrae con el señuelo de placeres efímeros, de pasatiempos superficiales. Y así malgastamos los dones que Dios nos ha dado jugando con artilugios triviales; malgastamos nuestro dinero en el juego y la bebida; nos encerramos en nosotros mismos. Y no nos centramos en las cosas que realmente importan, de seguir siendo en el fondo hijos de Dios. Como nos enseña el Señor, los niños tienen su propia sabiduría, que no es la sabiduría del mundo. Por eso el mensaje del Santo Niño es tan importante. Nos habla al corazón de cada uno de nosotros. Nos recuerda nuestra identidad más profunda, que estamos llamados a ser la familia de Dios.
            El Santo Niño nos recuerda también que hay que proteger esta identidad. El Niño Jesús es el protector de este gran país. Cuando vino al mundo, su propia vida estuvo amenazada por un rey corrupto. Jesús mismo tuvo que ser protegido. Tenía un protector en la tierra: san José. Tenía una familia humana, la Sagrada Familia de Nazaret. Así nos recuerda la importancia de proteger a nuestras familias, y las familias más amplias como son la Iglesia, familia de Dios, y el mundo, nuestra familia humana. Lamentablemente, en nuestros días, la familia con demasiada frecuencia necesita ser protegida de los ataques y programas insidiosos, contrarios a todo lo que consideramos verdadero y sagrado, a lo más hermoso y noble de nuestra cultura.
            En el Evangelio, Jesús acoge a los niños, los abraza y bendice. También nosotros necesitamos protegerguiar y alentar a nuestros jóvenes, ayudándolos a construir una sociedad digna de su gran patrimonio espiritual y cultural. En concreto, tenemos que ver a cada niño como un regalo que acogerquerer y proteger. Y tenemos que cuidar a nuestros jóvenes, no permitiendo que les roben la esperanza y queden condenados a vivir en la calle.
            Un niño frágil, que necesitaba ser protegido, trajo la bondad, la misericordia y la justicia de Dios al mundo. Se enfrentó a la falta de honradez y la corrupción, que son herencia del pecado, y triunfó sobre ellos por el poder de su cruz. Ahora, al final de mi visita a Filipinas, los encomiendo a él, a Jesús que vino a nosotros niño. Que conceda a todo el amado pueblo de este país que trabaje unido, protegiéndose unos a otros, comenzando por sus familias y comunidades, para construir un mundo de justiciaintegridad y paz. Que el Santo Niño siga bendiciendo a Filipinas y sostenga a los cristianos de esta gran nación en su vocación a ser testigos y misioneros de la alegría del Evangelio, en Asia y en el mundo entero.
            Por favor, recen por mí. Que Dios les bendiga.

sábado, 17 de enero de 2015

EL ANTÍDOTO ES RECONOCERSE PECADOR Y CONFESARSE, PREDICA FRANCISCO MISIONERO EN ASIA

Francisco en Filipinas - REUTERS                     
17/01/2015 14:39
Es necesario el arrepentimiento, dar y recibir el perdón, repite el Sucesor de Pedro también en su salida misionera.
Aquel para quien la misericordia de Dios es desde el inicio del pontificado su caballo de batalla y que en su discurso natalicio a la Curia Vaticana, después de diagnosticar 15 enfermedades espirituales graves, coronó el año afirmando que el antídoto para todas las enfermedades espirituales es el reconocimiento de los pecados y la confesión, también en la Sri Lanka -lacerada cruelmente y dividida por la guerra interna-, concluyó su visita diciendo que “solo cuando llegamos a comprender, a la luz de la Cruz, el que somos capaces de hacer, y del que incluso formamos parte, podremos experimentar el auténtico remordimiento y el verdadero arrepentimiento. Sólo entonces –el Obispo de Roma- podremos recibir la gracia de acercarnos unos a otros con una verdadera contrición, dando y recibiendo el perdón verdadero”.
El Papa hizo esta exhortación en el regazo de María, Madre de Dios, en el santuario de Nuestra Señora de Mahdu, remanso de la paz y de la ternura de Dios tanto para los singaleses como para los tamiles enfrentados: “queremos pedirle que implore para nosotros la gracia de la misericordia de Dios. Pedimos también la gracia de reparar por nuestros pecados y por todo el mal que esta tierra ha conocido. No es fácil hacer esto… para que el bálsamo del perdón y la misericordia de Dios proporcione una verdadera curación para todos”.
Pero también en la Catedral de Filipinas el Papa insistió “debemos ser los primeros en acoger en nuestros corazones su gracia reconciliadora… ser los primeros en examinar nuestras conciencias, reconocer nuestras faltas y pecados, y recorrer el camino de una conversión constante. ¿Cómo podemos proclamar a los demás la novedad y el poder liberador de la Cruz, si nosotros mismos no dejamos que la Palabra de Dios sacuda nuestra complacencia, nuestro miedo al cambio, nuestros pequeños compromisos con los modos de este mundo, nuestra «mundanidad espiritual».”
Yo me pregunto, ante esta insistencia del Vicario de Cristo: ¿cómo andamos por casa?, ¿cuál crees que es el remedio a la división y el enfrentamiento en la familia, en la comunidad?, ¿me reconozco, te reconoces pecador y pedimos y damos el perdón?

Con Francisco en salida misionera, desde Filipinas, jesuita Guillermo Ortiz de RADIO VATICANA

CONSTRUIR PUENTES Y PREPARAR CAMINOS PARA EL EVANGELIO EN ASIA, PIDE EL PAPA AL CLERO FILIPINO, TEXTO COMPLETO

El Papa Francisco celebra la misa con el clero filipino en la Catedral de Manila - AFP
15/01/2015 17:14
(RV).- En su segundo día en Filipinas el Papa Francisco, como segunda actividad pública tras su encuentro con el Cuerpo Diplomático, celebró la Misa en la catedral de Manila con los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas.  En una homilía amable y personal, dedicada al clero filipino, el Santo Padre recordó ante todo que el papel de los pastores está enraizado en el seguimiento de Cristo y que la vida consagrada es un signo del amor del Señor que trae la reconciliación.
En el contexto de los preparativos para celebrar en el año 2021, el 500 aniversario de la  evangelización de Filipinas, el Papa Bergoglio subrayó que el trabajo de las generaciones pasadas llevó el conocimiento de la Palabra de Dios, así como también la inspiración cristiana en el ámbito caritativo, de la reconciliación y de la solidaridad al servicio del bien común.

TEXTO DE LA HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO durante la Misa con los obispos, sacerdotes y religiosos en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Manila:
“¿Me amas?” [la gente: “¡Sí!”] ¡Gracias! ¡Pero yo estaba leyendo la palabra de Jesús! Dice el Señor:  “¿Me amas?... Apacienta mis ovejas” (Jn 21, 15-17). Las palabras de Jesús a Pedro en el Evangelio de hoy son las primeras que les dirijo, queridos hermanos obispos y sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y jóvenes. Estas palabras nos recuerdan algo esencial. Todo ministerio pastoral nace del amor. ¡Todo ministerio pastoral nace del amor! Toda vida consagrada es un signo del amor reconciliador de Cristo.
Al igual que santa Teresa de Lisieux, cada uno de nosotros, en la diversidad de nuestras vocaciones, está llamado de alguna manera a ser el amor en el corazón de la Iglesia.
            Los saludo a todos con gran afecto. Y les pido que hagan llegar mi afecto a todos sus hermanos y hermanas ancianos y enfermos, y a todos aquellos que no han podido unirse a nosotros hoy. Ahora que la Iglesia en Filipinas mira hacia el quinto centenario de su evangelización, sentimos gratitud por el legado dejado por tantos obispos, sacerdotes y religiosos de generaciones pasadas.
Ellos trabajaron, no sólo para predicar el Evangelio y edificar la Iglesia en este país, sino también para forjar una sociedad animada por el mensaje del Evangelio de la caridad, el perdón y la solidaridad al servicio del bien común. Hoy ustedes continúan esa obra de amor. Como ellos, están llamados a construir puentes, a apacentar las ovejas de Cristo, y preparar caminos nuevos para el Evangelio en Asia, en los albores de una nueva era.
            “El amor de Cristo nos apremia” (2 Co 5, 14). En la primera lectura de hoy san Pablo nos dice que el amor que estamos llamados a proclamar es un amor reconciliador, que brota del corazón del Salvador crucificado. Estamos llamados a ser “embajadores de Cristo” (2 Co 5, 20). El nuestro es un ministerio de la reconciliación. Proclamamos la Buena Nueva del amor infinito, de la misericordia y de la compasión de Dios. Proclamamos la alegría del Evangelio. Pues el Evangelio es la promesa de la gracia de Dios, la única que puede traer la plenitud y la salvación a nuestro mundo quebrantado. Es capaz de inspirar la construcción de un orden social verdaderamente justo y redimido.
             Ser un embajador de Cristo significa, en primer lugar, invitar a todos a un renovado encuentro personal con el Señor Jesús (Evangelii Gaudium, 3).
Nuestro encuentro personal con Él. Esta invitación debe estar en el centro de su conmemoración de la evangelización de Filipinas.
Pero el Evangelio es también una llamada a la conversión, a examinar nuestra conciencia, como individuos y como pueblo. Como los obispos de Filipinas han enseñado justamente, la Iglesia está llamada a reconocer y combatir las causas de la desigualdad y la injusticia profundamente arraigada, que deforman el rostro de la sociedad filipina, contradiciendo claramente las enseñanzas de Cristo. El Evangelio llama a cada cristiano a vivir una vida de honestidad, integridad e interés por el bien común. Pero también llama a las comunidades cristianas a crear “círculos de integridad”redes de solidaridad que se expandan hasta abrazar y transformar la sociedad mediante su testimonio profético.
            LOS POBRES. Los pobres están en el centro del Evangelio, están en el corazón del Evangelios; si quitamos a los pobres del Evangelio no podemos comprender plenamente el mensaje de Jesucristo. Como embajadores de Cristo, nosotros, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, debemos ser los primeros en acoger en nuestros corazones su gracia reconciliadora. San Pablo explica con claridad lo que esto significa: rechazar perspectivas mundanas y ver todas las cosas de nuevo a la luz de Cristo; ser los primeros en examinar nuestras conciencias, reconocer nuestras faltas y pecados, y recorrer el camino de una conversión constante de la conversión cotidiana.  ¿Cómo podemos proclamar a los demás la novedad y el poder liberador de la Cruz, si nosotros mismos no dejamos que la Palabra de Dios sacuda nuestra complacencia, nuestro miedo al cambio, nuestros pequeños compromisos con los modos de este mundo, nuestra “mundanidad espiritual”? (Cf. Evangelii Gaudium, 93).
            Para nosotros, sacerdotes y personas consagradas, la conversión a la novedad del Evangelio implica un encuentro diario con el Señor en la oración. Los santos nos enseñan que ésta es la fuente de todo el celo apostólico. Para los religiosos, vivir la novedad del Evangelio significa también encontrar siempre de nuevo en la vida comunitaria y en los apostolados de la comunidad el incentivo de una unión cada vez más estrecha con el Señor en la caridad perfecta. Para todos nosotros, significa vivir de modo que se refleje en nuestras vidas la pobreza de Cristo, cuya existencia entera se centró en hacer la voluntad del Padre y en servir a los demás.
El gran peligro, por supuesto, es el materialismo que puede deslizarse en nuestras vidas y comprometer el testimonio que ofrecemos. Sólo si llegamos a ser pobres, haciéndonos nosotros mismos pobres, y eliminamos nuestra complacencia, seremos capaces de identificarnos con los últimos de nuestros hermanos y hermanas. Veremos las cosas desde una perspectiva nueva y así responderemos con honestidad e integridad al desafío de anunciar la radicalidad del Evangelio en una sociedad acostumbrada a la exclusión social, a la polarización y a la inequidad escandalosa.
            Quisiera decir una palabra especialmente a los jóvenes sacerdotes, religiosos y seminaristas, aquí presentes. Les pido que compartan con todos la alegría y el entusiasmo de su amor a Cristo y a la Iglesia, pero sobre todo con sus coetáneos.
Que estén cerca de los jóvenes que pueden estar confundidos y desanimados, pero siguen viendo a la Iglesia como compañera en el camino y una fuente de esperanza.
Estar cerca de aquellos que, viviendo en medio de una sociedad abrumada por la pobreza y la corrupción, están abatidos, tentados de darse por vencidos, de abandonar los estudios y vivir en las calles. Proclamar la belleza y la verdad del mensaje cristiano a una sociedad que está tentada por una visión confusa de la sexualidad, el matrimonio y la familia. Como saben, estas realidades sufren cada vez más el ataque de fuerzas poderosas que amenazan con desfigurar el plan de Dios sobre la creación y traicionan los verdaderos valores que han inspirado y plasmado todo lo mejor de su cultura.
            La cultura filipina, de hecho, ha sido modelada por la creatividad de la fe. Los filipinos son conocidos en todas partes por su amor a Dios, su ferviente piedad y su cálida devoción a Nuestra Señora y su Rosario; su amor a Dios, su ferviente piedad y su calurosa y cordial devoción a la Virgen y a su Rosario. Este gran patrimonio contiene un poderoso potencial misionero. Es la forma en la que su pueblo ha inculturado el Evangelio y sigue viviendo su mensaje (cf. Evangelii Gaudium, 122). En sus trabajos para preparar el quinto centenario, construyan sobre esta sólida base.
            Cristo murió por todos para que, muertos en él, ya no vivamos para nosotros mismos, sino para Él (cf. 2 Co 5, 15).
Queridos hermanos obispos, sacerdotes y religiosos: pido a María, Madre de la Iglesia, que les conceda un celo desbordante que los lleve a gastarse con generosidad en el servicio de nuestros hermanos y hermanas.

Que de esta manera, el amor reconciliador de Cristo penetre cada vez más profundamente en el tejido de la sociedad filipina y, a través de él, hasta los confines de la tierra. Amén.

viernes, 16 de enero de 2015

¡PROTEJAN A LAS FAMILIAS, FUTURO DE LA HUMANIDAD! ALENTÓ EL PAPA EN FILIPINAS … DESCANSAR EN EL SEÑOR; LEVANTARSE CON JESÚS Y MARÍA; Y, SER UNA VOZ PROFÉTICA. son los tres aspectos que señaló el Papa Francisco para defender el don de la familia TEXTO COMPLETO

Filipinas y el mundo necesitan familias buenas, fuertes, santas y unidas, dijo el Papa - RV
15/01/2015 18:47
(RV).- Un encuentro de oración, de diálogo y de fiesta ‘en’ familia, ‘con’ la familia y ‘por’ la familia, en el abarrotado palacio de deportes ‘Mall of Asia Arena’ de Manila, con capacidad para 20 mil personas, a las que se sumaron muchísimas más, que pudieron seguir el encuentro con el Papa en todas las salas del circuito cinematográfico, de la cadena de los centros comerciales SM.
En la celebración de la Liturgia de la Palabra, reflexionando sobre la lectura del Evangelio, en la que «un ángel le revela a san José la voluntad de Dios en sueños», para salvar al Niño Jesús y a María, el Santo Padre destacó que «Dios nos habla» también a nosotros cuando nos detenemos a descansar en el Señor. Y añadió: «me gustaría descansar en el Señor con todos ustedes, y reflexionar sobre el don de la familia».

TEXTO Y AUDIO COMPLETO DE LAS PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
Estimadas familias
«Queridos amigos en Cristo
Muchas gracias por su presencia aquí esta noche y por su testimonio de amor a Jesús y a su Iglesia. Agradezco a monseñor Reyes, Presidente de la Comisión Episcopal de Familia y Vida, sus palabras de bienvenida. Y, de una manera especial, doy las gracias a los que han presentado sus testimonios y han compartido su vida de fe con nosotros. La Iglesia en Filipinas está bendecida por el apostolado de muchos movimientos que se dedican a la familia y yo les agradezco por su testimonio.
  Las Escrituras rara vez hablan de san José, pero cuando lo hacen, a menudo lo encuentran descansando, mientras un ángel le revela la voluntad de Dios en sueños. En el pasaje del Evangelio que acabamos de escuchar, nos encontramos con José que descansa no una vez sino dos veces. Esta noche me gustaría descansar en el Señor con todos ustedes. ¿Necesito descansar en el Señor con las familias y recordar a mi familia: a mi Padre, a mi madre, a mi abuelo y a mi abuela? Hoy, yo descanso con ustedes y quisiera y reflexionar sobre el don de la familia.
¡Pero antes quisiera decir algo sobre el sueño, pero mi inglés es tan pobre!
Si me lo permiten, le pediré a Mons. Miles que traduzca y hablaré en español.
¡A mí me gusta mucho esto de soñar en una familia! Toda mamá y todo papá soñó a su hijo durante nueve meses ¿es verdad o no? (respuesta sí!!!!) Soñar cómo será el hijo. No es posible una familia sin soñar. Cuando en una familia se pierde la capacidad de soñar los chicos no crecen, el amor no crece la vida se debilita y se apaga (aplausos) Por eso les recomiendo que a la noche, cuando hacen el examen de conciencia, se hagan también – también – esta pregunta: ¿hoy soñé con el futuro de mis hijos? ¿hoy soñé con el amor de mi esposo, de mi esposa? ¿hoy soñé con mis padres, mis abuelos que llevaron la historia.. también?
¡Es tan importante soñar! Primero de todo soñar en una familia. No pierdan esta capacidad de soñar (aplausos...) Y también cuántas dificultades en la vida del matrimonio se solucionan si nos tomamos un espacio de sueño. Si nos detenemos y pensamos en el cónyuge, en la cónyuge. Y soñamos con las bondades que tiene, las cosas buenas que tiene.
Por eso es muy importante recuperar el amor a través de la ilusión de todos los días.
¡Nunca dejen de ser novios!
A José le fue revelada la voluntad de Dios durante el descanso. En este momento de descanso en el Señor, cuando nos detenemos de nuestras muchas obligaciones y actividades diarias, Dios también nos habla. Él nos habla en la lectura que acabamos de escuchar, en nuestra oración y testimonio, y en el silencio de nuestro corazón. Reflexionemos sobre lo que el Señor nos quiere decir, especialmente en el Evangelio de esta tarde. Hay tres aspectos de este pasaje que me gustaría que considerásemos: PRIMERO, DESCANSAR EN EL SEÑOR; SEGUNDO, LEVANTARSE CON JESÚS Y MARÍA; Y, TERCERO, SER UNA VOZ PROFÉTICA.

DESCANSAR EN EL SEÑOR. El descanso es necesario para la salud de nuestras mentes y cuerpos, aunque a menudo es muy difícil de lograr debido a las numerosas obligaciones que recaen sobre nosotros. Pero el descanso es también esencial para nuestra salud espiritual, para que podamos escuchar la voz de Dios y entender lo que él nos pide. José fue elegido por Dios para ser el padre putativo de Jesús y el esposo de María. Como cristianos, también ustedes están llamados, al igual que José, a construir un hogar para Jesús. ¡Construir una casa para Jesús! Ustedes le prepararan un hogar en sus corazones, sus familias, en sus parroquias y comunidades.
Para oír y aceptar la llamada de Dios, y preparar una casa para Jesús, deben ser capaces de descansar en el Señor. Deben dedicar tiempo cada día para descansar en el Señor, para la oración. ORAR ES DESCANSAR EN EL SEÑOR. Es posible que me digan:
Santo Padre, yo quiero orar, pero tengo mucho trabajo. Tengo que cuidar a mis hijos; además están las tareas del hogar; estoy muy cansado incluso para dormir bien. Y es justo. Y seguramente es así, pero si no oramos, no conoceremos la cosa más importante de todas: la voluntad de Dios sobre nosotros. Y a pesar de toda nuestra actividad y ajetreo, sin la oración, lograremos muy poco.
DESCANSAR EN LA ORACIÓN ES ESPECIALMENTE IMPORTANTE PARA LAS FAMILIAS. Donde primero aprendemos a orar es en la familia. No olviden: cuando la familia reza unida, permanece unida. Esto es importante. Allí conseguimos conocer a Dios, crecer como hombres y mujeres de fe, vernos como miembros de la gran familia de Dios, la Iglesia. En la familia aprendemos a amar, cómo perdonar, cómo ser generosos y abiertos, no cerrados y egoístas. Aprendemos a ir más allá de nuestras propias necesidades, para encontrar a los demás y compartir nuestras vidas con ellos. Por eso es tan importante rezar en familia ¡muy importante!. POR ESO LAS FAMILIAS SON TAN IMPORTANTES EN EL PLAN DE DIOS SOBRE LA IGLESIA. DESCANSAR EN EL SEÑOR ES ORAR. ORAR JUNTOS EN FAMILIA.
Yo quisiera decirles también una cosa personal. Yo quiero mucho a San José porque es un hombre fuerte y de silencio y en mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo y ¡durmiendo cuida a la Iglesia!
¡Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José, para que lo sueñe!
¡Esto significa para que rece por ese problema!

El segundo aspecto, ‘LEVANTARSE CON JESÚS Y MARÍA’. Esos momentos preciosos de reposo, de descanso con el Señor en la oración, son momentos que quisiéramos tal vez prolongar. Pero, al igual que san José, una vez que hemos oído la voz de Dios, debemos despertar, levantarnos y actuar (cf. Rm 13,11). ¡En familia, debemos levantarnos y actuar! La fe no nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profundamente en él.
¡Esto es muy importante! Debemos profundizar en el mundo con el poder de la oración. Cada uno de nosotros tiene un papel especial que desempeñar en la preparación de la venida del reino de Dios a nuestro mundo.
Del mismo modo que el don de la sagrada Familia fue confiado a san José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios.
Lo mismo que con San José. A San José el regalo de la Sagrada Familia le fue encomendado para que lo llevara adelante,  a cada uno de ustedes y de nosotros – porque yo también soy hijo de una familia – nos entregaron el plan de Dios para llevarlo adelante.
El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret. Así también, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier daño.
Cuidado con las nuevas colonizaciones ideológicas.
Existen colonizaciones ideológicas que buscan destruir la familia. No nacen del sueño, de la oración, del encuentro con Dios, de la misión que Dios nos da. Vienen de afuera, por eso digo que son colonizaciones. ¡No perdamos la libertad de la misión que Dios nos da, la misión de la familia!
Y así como nuestros pueblos en un momento de su historia llegaron a l madurez de decir ‘no’ a cualquier colonización política, como familia tenemos que ser muy, muy sagaces. ¡Muy hábiles Muy fuertes para decir ‘no’ a cualquier intento de colonización ideológica sobre la familia! Y pedirle a San la intercesión a San José, que es amigo del ángel, para saber cuando decir ‘sí’ y cuando decir ‘no’.
Las dificultades que hoy pesan sobre la vida familiar son muchas. Aquí, en las Filipinas, multitud de familias siguen sufriendo los efectos de los desastres naturales. La situación económica ha provocado la separación de las familias  a causa de la migración y la búsqueda de empleo, y los problemas financieros gravan sobre muchos hogares. Si, por un lado, demasiadas personas viven en pobreza extrema, otras, en cambio, están atrapadas por el materialismo y un estilo de vida que destruye la vida familiar y las más elementales exigencias de la moral cristiana. Esas son las colonizaciones ideológicas. La familia se ve también amenazada por el creciente intento, por parte de algunos, de redefinir la institución misma del matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta de apertura a la vida.
Pienso en el Beato Pablo VI en un momento donde se le proponía el problema del crecimiento de la población tuvo la valentía de defender la apertura a la vida de la familia. Él sabía las dificultades que había en cada familia, por eso en su Carta Encíclica era tan misericordioso con los casos particulares. Y pidió a los confesores que fueran muy misericordiosos y comprensivos con los casos particulares. Pero él miró más allá, miró a los pueblos de la tierra y vio esta amenaza de destrucción de la familia por la privación de los hijos. Pablo VI era valiente, era un buen pastor y alertó a sus ovejas de los lobos que venían. ¡Que desde el cielo nos bendiga esta tarde!
NUESTRO MUNDO NECESITA FAMILIAS BUENAS Y FUERTES PARA SUPERAR ESTOS PELIGROS. Filipinas necesita familias santas y unidas para proteger la belleza y la verdad de la familia en el plan de Dios y para que sean un apoyo y ejemplo para otras familias. Toda amenaza para la familia es una amenaza para la propia sociedad. Como afirmaba a menudo san Juan Pablo II, el futuro de la humanidad pasa por la familia (cf. Familiaris Consortio, 85). ¡El futuro pasa por la familia! Así pues, ¡protejan a sus familias! ¡Protejan a sus familias!
Vean en ellas el mayor tesoro de su país y susténtenlas siempre con la oración y la gracia de los sacramentos. Las familias siempre tendrán dificultades, así que no le añadan otras. Más bien, sean ejemplo vivo de amor, de perdón y atención. Sean santuarios de respeto a la vida, proclamando la sacralidad de toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural. ¡Qué don para la sociedad si cada familia cristiana viviera plenamente su noble vocación! Levántense con Jesús y María, y sigan el camino que el Señor traza para cada uno de ustedes.

Por último, EL EVANGELIO QUE HEMOS ESCUCHADO NOS RECUERDA NUESTRO DEBER CRISTIANO DE SER VOCES PROFÉTICAS EN MEDIO DE NUESTRA SOCIEDAD. José escuchó al ángel del Señor, y respondió a la llamada de Dios a cuidar de Jesús y María. De esta manera, cumplió su papel en el plan de Dios, y llegó a ser una bendición no sólo para la sagrada Familia, sino para toda la humanidad.
Con María, José sirvió de modelo para el niño Jesús, mientras crecía en sabiduría, edad y gracia (cf. Lc 2,52). Cuando las familias tienen hijos, los forman en la fe y en sanos valores, y les enseñan a colaborar en la sociedad, se convierten en una bendición para nuestro mundo.
La familia puede ser una bendición para el mundo. El amor de Dios se hace presente y operante a través de cómo es nuestro amor y de las buenas obras que hacemos. Extendemos el reino de Cristo en este mundo. Y al hacer esto, somos fieles a la misión profética que hemos recibido en el bautismo.
Durante este año, que sus obispos han establecido como el Año de los Pobres, LES PEDIRÍA, COMO FAMILIAS, QUE FUERAN ESPECIALMENTE CONSCIENTES DE SU LLAMADA A SER DISCÍPULOS MISIONEROS DE JESÚS. ESTO SIGNIFICA ESTAR DISPUESTOS A SALIR DE SUS CASAS Y ATENDER A NUESTROS HERMANOS Y HERMANAS MÁS NECESITADOS. LES PIDO ADEMÁS QUE SE PREOCUPEN DE AQUELLOS QUE NO TIENEN FAMILIA, EN PARTICULAR DE LOS ANCIANOS Y NIÑOS SIN PADRES. NO DEJEN QUE SE SIENTAN NUNCA AISLADOS, SOLOS Y ABANDONADOS; AYÚDENLOS PARA QUE SEPAN QUE DIOS NO LOS OLVIDA.
Hoy quedé sumamente conmovido en el corazón después de la Misa, cuando visité ese hogar de niños solos, sin familia.
¡Cuánta gente trabaja en la Iglesia para que ese hogar sea una familia!
¡Esto significa llevar adelante proféticamente qué significa una familia!
Incluso si ustedes mismos sufren la pobreza material, tienen una abundancia de dones cuando dan a Cristo y a la comunidad de su Iglesia. No escondan su fe, no escondan a Jesús, llévenlo al mundo y den el testimonio de su vida familiar.

Queridos amigos en Cristo, sepan que yo rezo siempre por ustedes. Rezo hoy por las familias. ¡Lo hago! Rezo para que el Señor siga haciendo más profundo su amor por él, y que este amor se manifieste en su amor por los demás y por la Iglesia. NO OLVIDEN A JOSÉ QUE DUERME. JESÚS DURMIÓ CON LA PROTECCIÓN DE JOSÉ. NO OLVIDEN: EL SUEÑO DE LA FAMILIA ES LA ORACIÓN. NO OLVIDEN DE ORAR POR LA FAMILIA. NO DEJEN DE REZAR A MENUDO Y QUE SU ORACIÓN DÉ FRUTOS EN TODO EL MUNDO, DE MODO QUE TODOS CONOZCAN A JESUCRISTO Y SU AMOR MISERICORDIOSO. POR FAVOR, DUERMAN TAMBIÉN POR MÍ, RECEN TAMBIÉN POR MÍ, PORQUE NECESITO VERDADERAMENTE SUS ORACIONES Y SIEMPRE CUENTO CON ELLAS. ¡MUCHAS GRACIAS!»