Los
Belenes, Pesebres o Nacimiento navideño consisten en la representación del
nacimiento de Jesús, mediante una maqueta de Belén y sus alrededores, en la que
las figuras principales son el establo en donde nació Jesús, la Sagrada
Familia, los animales y los pastores, también los 3 reyes magos y una estrella
con una estela que también suele colocarse en lo alto del árbol de
Navidad.
La
palabra pesebre denomina exactamente esa especie de cajón generalmente
de madera en que se les echa la comida a los animales. En uno de esos cajones
es donde puso la Virgen a su hijo recién nacido, porque al no tener sitio en la
posada, tuvieron que guarecerse ella y san José en una cueva de la montaña, de
esas que aprovechan los pastores como cobijo para ellos y sus rebaños. "Y dio a luz a su hijo primogénito,
y le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, por no haber sitio para
ellos en el mesón" (Lucas 2, 7).
Cuenta la historia que el pesebre como lo conocemos hoy día fue inventado por San Francisco de Asís. Francisco era famoso por la vida que llevaba, hablaba del Evangelio con tanto entusiasmo que la gente y hasta los animales lo escuchaban atentos. En el año 1219, luego de haber formado una nueva congregación religiosa basada en la pobreza absoluta, partió a Oriente y pudo visitar los lugares donde estuvo Jesús.
El recuerdo más intenso de aquel viaje fue la gruta de Belén, donde el Señor quiso nacer en la pobreza más grande. Un día, un hombre rico, llamado Juan le preguntó a Francisco qué debía hacer para imitar a Jesús. Francisco le dijo que se preparara para la NAVIDAD, y así este hombre hizo construir un establo y ordenó que llevaran heno, un buey y un asno. una representación simbólica de la escena del nacimiento, mediante un pesebre (sin niño) basándose en la tradición cristiana y los Evangelios apócrifos, así como en la lectura de Isaías: "Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne" (Is. 1,3). Así la noche de Navidad de 1223, muchos pastores y gente pobre fueron a la gruta que Juan había preparado para Francisco.
Allí, con el permiso del Papa, Francisco celebró la Santa misa. La emoción fue tal que Francisco se sintió él mismo un niño y comenzó a balbucear como uno de ellos. Entonces pudo verse dentro del pesebre un niño hermosísimo dormido, al que Francisco, sosteniéndolo en sus brazos, intentaba despertar de su sueño.
Entre testigos del milagro muchas eran personas dignas de Fe y así se divulgó la noticia por todo el mundo. De aquel milagro, muchos obtuvieron beneficios espirituales y corporales: algunos se convirtieron, otros utilizaron el heno del pesebre y lo utilizaron como medicina para curar enfermedades y una mujer con los dolores de un parto difícil encontró fuerza y nació un niño y fue fiesta en toda la casa.
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