RITO DE
BENDICIÓN DEL PESEBRE
1) Invocación inicial:
Guía: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
2) Introducción:
Guía: Alabemos y demos gracias al Señor, que tanto amó al mundo que le entregó a su propio Hijo.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
Guía: Durante estos días tan especiales de Adviento y Navidad, vamos a contemplar el significado de este nacimiento colocado en nuestro hogar y meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que siendo Dios inmenso, quiso hacerse pequeñito para habitar en medio de nosotros y mostrarnos el camino de la Vida. Pidamos, pues, a Dios, que el misterio que representa el pesebre que nuestras manos han preparado, sea vivido intensamente por nuestros corazones y nos haga crecer en la fe en el Hijo de Dios.
3) Lectura de la Palabra de Dios:
Uno de los presentes lee el siguiente texto del Evangelio de San Lucas (Lc 2, 1-7):
Por aquellos días salió un decreto de César Augusto para que se hiciera un censo del mundo entero. Este primer censo tuvo lugar siendo Quirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Estando ellos allí, le llegó a ella el tiempo del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en la posada.
Después de la lectura se puede hacer algún canto navideño apropiado.
4) Preces:
Guía: En este momento en que nos hemos reunido toda la familia para la bendición del nacimiento, dirijamos nuestros corazones y nuestra oración a Cristo, Hijo de Dios vivo, que quiso ser también hijo de una familia humana; y digámosle:
Todos: Por tu nacimiento, Señor, protege a nuestras familias y a nuestro pueblo.
Guía: Tú que amaste y fuiste amado por tus padres en la Sagrada Familia de Nazareth, afianza a nuestra familia en el amor y la concordia. Oremos al Señor.
Todos: Por tu nacimiento, Señor, protege a nuestras familias y a nuestro pueblo.
Guía: Tú que naciste en un humilde establo, infunde tu Espíritu a nuestro pueblo para que nuestro amor y nuestra solidaridad se manifieste de manera particular con los más pobres y los que sufren. Oremos al Señor.
Todos: Por tu nacimiento, Señor, protege a nuestras familias y a nuestro pueblo.
Guía: Tú que has dado parte de tu gloria a María y a José, admite a nuestros familiares, que en otros años celebraban las fiestas de Navidad con nosotros, en tu familia eterna. Oremos al Señor.
Se hacen peticiones libres.
5. Oración de Bendición:
Guía: Señor Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos entregaste a tu Hijo único, nacido de María la Virgen, dígnate bendecir este nacimiento y a la familia cristiana que está aquí presente, para que las imágenes que representan el episodio de tu nacimiento en Belén de Judá, nos ayuden a profundizar en la gratitud y la fe. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo amado, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
1) Invocación inicial:
Guía: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
2) Introducción:
Guía: Alabemos y demos gracias al Señor, que tanto amó al mundo que le entregó a su propio Hijo.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
Guía: Durante estos días tan especiales de Adviento y Navidad, vamos a contemplar el significado de este nacimiento colocado en nuestro hogar y meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que siendo Dios inmenso, quiso hacerse pequeñito para habitar en medio de nosotros y mostrarnos el camino de la Vida. Pidamos, pues, a Dios, que el misterio que representa el pesebre que nuestras manos han preparado, sea vivido intensamente por nuestros corazones y nos haga crecer en la fe en el Hijo de Dios.
3) Lectura de la Palabra de Dios:
Uno de los presentes lee el siguiente texto del Evangelio de San Lucas (Lc 2, 1-7):
Por aquellos días salió un decreto de César Augusto para que se hiciera un censo del mundo entero. Este primer censo tuvo lugar siendo Quirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Estando ellos allí, le llegó a ella el tiempo del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en la posada.
Después de la lectura se puede hacer algún canto navideño apropiado.
4) Preces:
Guía: En este momento en que nos hemos reunido toda la familia para la bendición del nacimiento, dirijamos nuestros corazones y nuestra oración a Cristo, Hijo de Dios vivo, que quiso ser también hijo de una familia humana; y digámosle:
Todos: Por tu nacimiento, Señor, protege a nuestras familias y a nuestro pueblo.
Guía: Tú que amaste y fuiste amado por tus padres en la Sagrada Familia de Nazareth, afianza a nuestra familia en el amor y la concordia. Oremos al Señor.
Todos: Por tu nacimiento, Señor, protege a nuestras familias y a nuestro pueblo.
Guía: Tú que naciste en un humilde establo, infunde tu Espíritu a nuestro pueblo para que nuestro amor y nuestra solidaridad se manifieste de manera particular con los más pobres y los que sufren. Oremos al Señor.
Todos: Por tu nacimiento, Señor, protege a nuestras familias y a nuestro pueblo.
Guía: Tú que has dado parte de tu gloria a María y a José, admite a nuestros familiares, que en otros años celebraban las fiestas de Navidad con nosotros, en tu familia eterna. Oremos al Señor.
Se hacen peticiones libres.
5. Oración de Bendición:
Guía: Señor Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos entregaste a tu Hijo único, nacido de María la Virgen, dígnate bendecir este nacimiento y a la familia cristiana que está aquí presente, para que las imágenes que representan el episodio de tu nacimiento en Belén de Judá, nos ayuden a profundizar en la gratitud y la fe. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo amado, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
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